CRISTÓBAL BERMÚDEZ, CAPITÁN DE ENRIQUE IV
El tiempo en el que los hombres, en la guerra, se ocultaban detrás de las
mujeres.
“Para Walter
Benjamin, el historiador que se cree portador de un método que hace de la relación
con el pasado un acto reconstructivo, es aquel que supone que el pasado
permanece intocado y que puede ser convocado por el gesto científico-objetivo
del sujeto dedicado a comprender lo acontecido (…); para Benjamin no hay tal
imagen de la historia como estructura objetiva, no hay tal permanencia del
pasado con la espera de que venga a reconstruirlo objetivamente otra época que,
en el presente, representa la propia del historiador. Más bien el pasado está
cargado de olvidos, de sombras, de fragmentos, de pérdidas y de promesas incumplidas.”
(Foster, Benjamin, una introducción,
ed. Editorial Quadrata-Biblioteca Nacional, fls. 29-30, 2012).
Índice
1.-Portugal. Juana de Castilla.
2.-Castilla. Cristóbal Bermúdez.
3.-Córdoba. Mayor Sánchez de
Cárdenas.
3.1.- Hijas de Cristóbal Bermúdez y
de Mayor Sánchez de Cárdenas.
4.-Recapitulamos.
5.-Alburquerque – Alcántara. Pedro
Barrantes Maldonado.
5.1.-Ancestros de Escolástica Pareja,
mujer de Diego Ordóñez (Bermúdez) de Guadalajara.
6.-Zamora. Ancestros de Cristóbal
Bermúdez y de Diego Ordóñez de Guadalajara.
7.-Cuenca.
8.-Alhama – Cuenca – Extremadura –
Santo Domingo – Alhama.
El historiador Tarsicio
de Azcona, en su libro Juana de Castilla,
mal llamada la Beltraneja, vida de la hija de Enrique IV de Castilla y su
exilio en Portugal (1462-1530), después de transcribir el testamento de
doña Juana de Castilla, afirma que habría que descubrir quiénes eran los
personajes que aparecen citados y beneficiados en dicho testamento:
“Cuentas y pagos a particulares:
Debía
2.000 doblas a la vizcondesa para su casamiento.
Ítem
1.000 doblas al gobernador de Lisboa y a su mujer.
Ítem 500
doblas a Isabel de Atayde para su casamiento.
Ítem…
…este borrador de
testamento fue redactado antes de emitir su profesión religiosa, poco antes del
15 de noviembre de 1480.”[1]
Isabel
de Atayde, es el punto de arranque de esta investigación, y el hilo conductor
será el marido de Isabel, Fernando Bermúdez, hijo del capitán de Enrique IV,
Cristóbal Bermúdez.
El
historiador portugués Saul António Gomes será más explícito que Azcona en lo
referente tanto al testamento de Juana como a Isabel de Atayde:
“En
su último testamento, D. Juana (…) debía a la Excelente Señora para casamientos y
prometimientos, especialmente a la vizcondesa, a D. Álvaro, gobernador de
Lisboa, a Fernando Bermúdez, que dará en casamiento a Isabel de Atáide”[2]
Fernando Bermúdez, casado
con Isabel de Ataide, sirviendo al rey portugués participará en la conquista de
las Indias Orientales a las órdenes de Francisco de Almeida; Fernando irá
acompañado de su pariente Diego Ordóñez de Guadalajara, o como se le llamará en
otras ocasiones Diego Bermúdez de Guadalajara:
“Era
hijo de Cristóbal Bermúdez que tomó partido por la Beltraneja, lo que lo
obligó, después de la victoria de Isabel, la Católica, a refugiarse en
Portugal. Este caballero de origen castellano recibió, conjuntamente con su
mujer, doña Isabel de Ataide la protección de la Excelente Señora, en 1490; él
era miembro de la guardia de Juan II. Era padre de Cristóbal Fernando Bermúdez,
que viajó hasta el Oriente juntamente con su pariente Diego Bermúdez
Guadalajara que fue alcalde de Cananor.”[3]
Este Diego Bermúdez Guadalajara
alcalde Mayor de Cananor y pariente de Fernando Bermúdez, es vecino y natural
de Alburquerque (Badajoz). En el libro “Descubridores
do Brasil: exploradores do Atlântico e constructores do Estado da India,
Sociedade histórica da independencia de Portugal, 2000, pp. 246-247, en el
año de 1506, cuenta cómo Pedro Fernandes Tinoco viaja a la India para informar
de lo que sucede allí al rey portugués Manuel I y en las cartas que le envía le
indica que Francisco de Almeida protege especialmente a Fernâo Bermudez y a
Diogo Bermudez Guadalajara.
D. Afonso V - Saul António Gomes |
Diego
Ordóñez (Bermúdez) de Guadalajara, será el suegro de Pedro Barrantes Maldonado,
historiador, militar y noble del pueblo de Alcántara; más tarde volveremos
sobre estos dos extremeños.
Vamos
buscando aclarar quién fue y de qué linaje formaba parte el capitán de Enrique
IV Cristóbal Bermúdez; en España todo es silencio respecto a este tema; el
mismo olvido en el que quisieron enterrar a Juana de Castilla; de hecho, tan sólo
los descendientes directos del capitán Bermúdez lo mantendrá en la memoria;
hermanos y parientes lo ignorarán; es necesario que sea así si quieren
prosperar en la España de Isabel la Católica.
El
historiador portugués Damiâo de Goes, en su obra La Chronica do serenissimo príncipe D. Joâo, en el folio 225, relata la guerra de Isabel y Fernando
contra los portugueses y la Beltraneja, levantando acta de los capitanes que
acompañan al obispo de Évora, entre ellos a Cristovao Bermúdez, al que denomina
Senhor de Telhes, esto es, Señor de
Téllez. El que sea Damiâo de Goes quien se refiera a Cristóbal Bermúdez como
Señor de Téllez, da veracidad al dato, pues Damiâo fue un humanista discípulo
de Erasmo de Róterdam, el cual fue nombrado en 1548 Gran Guardián de la Torre
do Tombo, y encargado de los Archivos Reales. Así mismo, volverá a ser nombrado
con el título de Señor de Téllez en el libro “A ambiçao d’um re”, volumen 1, seccâo editorial 1904, autor Eduardo
de Noronha, p. 466.
Como
hemos constatado en los documentos portugueses Cristóbal fue defensor de Juana
de Castilla (Beltraneja) hasta ser degollado por orden de los Reyes Católicos,
reyes de Sicilia.
Sobre
las actuaciones más polémicas de Cristóbal Bermúdez como capitán de Enrique IV,
aludimos a la ocupación de Canales y Perales; se dirá que fue la causa por la
que se le degolló, aunque claramente el motivo fue el apoyo incondicional a
Juana de Castilla (Beltraneja). Para abordar este tema vamos a seguir el
artículo de Eloy Benito Ruano publicado en Anuario de estudios medievales,
Barcelona 1965, Canales y Perales, un
episodio en las rebeldías del Arzobispo Carrillo.
Ruano
nos dice que:
“Éste,
capitán Bermúdez, aparece reiteradamente citado en las fuentes de aquellos años
como uno de los más fieles y eficaces servidores de Enrique IV. Ajeno, al
parecer, a cualquier significación política que no fuese el específico servicio
real, le hallamos en 1470 en misiones de guarnición y patrullaje de la ciudad y
tierra de Toledo”.
Enrique IV - Luis Suarez |
La
mayoría de las crónicas que nos han llegado, justifican el que fuese
ajusticiado en Lobón Cristóbal Bermúdez por orden de los reyes católicos; esto
no es de extrañar, pues todos estos cronistas fueron auténticos hombres
serviles de la reina de Sicilia, como gustaba llamar Juana de Castilla a su tía
Isabel.
Toledo,
según Eloy, se encontraba sufriendo las malas obras del Arzobispo Carrillo, en
defensa de los ciudadanos, acudió a Toledo, por orden de Enrique IV, el capitán
Bermúdez; así, entre el magnífico aparato crítico que aporta el historiador
Ruano, se encuentra un documento, cuyo original se conserva en el Archivo del
Ayuntamiento de Toledo, Caja 5, legajo 6, número 3:
“El Rey. Mi asistente, alcaldes, alguacil,
regidores, cavalleros, jurados, escuderos, oficiales e omes buenos de la muy
noble çidad de Toledo. Yo he sabido que vosotros estais quexosos de Christoval
Bermúdez, mi capitán, y por quél agora va allá sobre algunas cosas conplideras
a mi servicio, e como sabeis yo tengo cargo dél grande, por los muchos e buenos
e leales servicios quél me ha fecho e faze de cada día, e si alguna cosa contra
esa çibdad ha fecho ha seydo a más no poder, por sostener aquella fortaleza por
mi mandado e por mi servicio, por lo qual, allende de le favoresçer e mirar por
él, si en tiempo estuviese le faría merçedes. Por ende, yo vos ruego e mando,
si servicio e placer me deseáis fazer, que todos vos conformedes con él e lo
tratedes como a criado e servidor mío, non curando de repetir las cosas
pasadas, en lo qual crehed mucho placer e señalado servicio me farsis. De (en
blanco) Yo el Rey. Por mandado del Rey, Johan de Ouiedo”.
Queda claro que las actuaciones de
Bermúdez no son por iniciativa propia, sino que siempre se realizaron en
cumplimiento de las órdenes del Rey. En el caso de la Fortaleza de Canales,
debemos citar otro documento que, al igual que el anterior queda manifiesta la
obediencia a la que se debía el capitán de Enrique IV:
“El Rey. Conçejo, asistente,
alcaldes, alguacil, regidores, cavalleros e escuderos de la noble çibdad de
Toledo. Amigos: Ya sabeis como Christobal Bermúdez, mi capitán, tiene la
fortaleza de Canales para la defensa e guarda desa tierra, en lo qual yo soy
muy servido, el qual ha menester para provisión e basteçimiento de la dicha
fortaleza cierto pan, trigo e çevada e otras cosas. Por que vos mando que sin
otra dilaçion alguna, si placer y servicio me descais hacer, que juntos en
vuestro ayuntamiento fagays repartir por los lugares e juridiçion desa dicha
çibdad trezientas fanegas de trigo e quatroçientas fanegas de cevada, e que las
fagades poner dentro en la fortaleza de Canales, las quales el dicho Christobal
Bermudez os pagará a los precios razonables, segund que por las comarcas vale.
Esto vos ruego e mando fagades, porque cunple mucho a mi servicio. De (en
blanco) días de (en blanco) año (en blanco). Yo el Rey. Por mandado del rey,
Johan de Ouiedo.” (Archivo ayuntamiento de Toledo, caja 5, legajo 6, número 1;
tomado y transcrito por Eloy Benito Ruano).
Óscar Villaroel González, La construcción de una ilegitimidad |
En
otro documento del mismo archivo toledano y también aportado por Eloy, Enrique
IV pide al cabildo de la ciudad de Toledo que guarden la absolución obtenida
por Cristóbal Bermúdez de sus acciones en Canales:
“El Rey (…). Yo escribo al deán e
cabildo de la Santa Iglesia desa dicha çibdad de Toledo sobre las absoluçiones
de Christóbal Bermúdez e de los otros que por mi mandado fueron en tomar el
castillo de Canales por cuidar los escándalos que de allí se seguían, send
veréis por mi carta e por otro mandamiento que aparte yo envío al dicho mi
asistente. E porque algunos de los parciales al arçobispo de Toledo, con alguna
falsa color, e a fin que mi servicio no segundase, por aventura impedirían en
alguna manera de no obtemperar nin guardar los mandamientos apostólicos en esta
parte, yo vos ruego y mando, si servicio y placer me descais fazer, en esta
parte vos conformedes todos juntamente a los fazer guardar, en manera que, pues
justamente el dicho Christóbal Bermúdez e los otros son absueltos, por vosotros
él e los contenidos en la dicha absolución sean favoresçidos en esa dicha
çibdad, mediante las çensuras del juez que las diernió, en lo que señalado
placer e servicio fareys. Segovia, a XXVI días de abril de LXXIII. Yo el Rey.
Por mandado del rey, Johan de Ouiedo”. (Caja 5, legajo 6, número 1).
Queda
claro que las actuaciones de Cristóbal Bermúdez respondían a las órdenes
recibidas por parte del rey Enrique IV. En la medida en que nos adentramos en
la investigación, aún se hace más interesante y desconcertante; es muy conocida
la reacción, casi histriónica, del cardenal Carrillo al enterarse de que su
fortaleza había sido ocupada por Bermúdez; así, el prelado toledano convoca al
ejército de sus aliados, que, junto al propio, se dirigen a la reconquista de
Canales; para ello, como estrategia rodean el castillo y lo someten a un asedio
que duró muchos días. Imaginemos la escena con la retórica de Pedro Guillén
Segovia, biógrafo del cardenal, el cual lo publica en su obra Libro de los consonantes o de la Gaya
ciencia, escrito hoy digitalizado y conservado en la Biblioteca Nacional:
“…luego hizo cabalgar, el arzobispo, a
Fernando de Ribadeneira, caballero muy esforzado de su casa, con cincuenta
lanzas, muy en punto, el cual amaneció cerca de Canales y se aposentó a media
legua de la fortaleza con el fin de que no se pudiesen abastecer; y luego mando
llamar de su casa a cumplimiento de quinientas lanzas, y envió decir al
virtuoso y esforzado caballero Gómez Manrique, su primo y mayordomo mayor de su
casa (…) Luego en continente con algunos de esos caballeros de Toledo se fue a
aposentar a una aldea cercana y el capitán Gómez Manrique se quedó en el sitio,
e puso luego otras dos estampas mucho más cercanas a la fortaleza, (…) Y porque
el Arzobispo fue avisado que el Rey, que a la sason estaba en la villa de
Madrid, estimulado por Cristóbal Bermúdez su capitán que aunque excomulgado,
estaba en su corte, para que le ayudasen a socorrer la dicha fortaleza, para lo
cual a gran prisa todos mamaban a sus gentes, el Arzobispo acordó de llamar
toda su casa, y aun allende de esto requerir a todos sus parientes e amos, los
cuales todos acudieron y viniera toda la gente de la casa del arzobispo, salvo
por un tracto doblado y malo que Cristóbal Bermúdez hizo en que quebró su fe,
en el que prometió entregar la dicha fortaleza luego e firmolo de su nombre e
jurolo; y el lunes que se cumplieron quince días del cerco, que la había de
entregar, según lo asentado, cautelosamente envió un escudero suyo so color que
la farya luego entregar, y de secreto envió
a decir a esos que la defendían que se detuviesen, que presto serían
socorridos…”.
Así
pues, la fortaleza en su esperanza de recibir ayuda por parte del rey, soportó
el asedio durante más tiempo; al final sucumbirá y se entregará al enorme y
desproporcionado ejército que rodeaba el castillo de Canales. Hay algunos
elementos que hay que destacar el más significativo, además de lo mencionado,
fue que Cristóbal Bermúdez no estaba en Canales sino en la corte del rey, en
Madrid, y que al frente de la fortaleza dejó a su mujer, Mayor Sánchez de
Cárdenas, pariente de Fernández de Córdoba, el Gran Capitán; hija de Gonzalo
Gómez de Córdoba y de Leonor Sánchez de Cárdenas; más tarde volveremos a hablar
de la mujer de Cristóbal. Antes quisiera, retomando el artículo de Eloy Benito
Ruano, remarcar la desproporción entre las tropas aportadas por el cardenal y
el problema que querían solucionar; normalmente, cuando se produce esta
desproporción, es provocada, no por un análisis serio de los acontecimientos,
sino que nace del miedo histérico que debió de sentir el Cardenal de Toledo
ante Mayor Sánchez de Cárdenas, mujer de Cristóbal Bermúdez:
-150
lanzas al mando de Fernando Rivadeneira.
-300
lanzas con 300 peones, a las órdenes de Gómez Manrique.
-300
lanzas y 1000 peones, a las órdenes de Gutiérrez de Cárdenas.
-50
lanzas, a las órdenes del prior de San Juan.
-60
lanzas al mando del obispo de Segovia.
-30
lanzas, al mando de Pedro de Luna.
-100
caballeros de afrenta, a las órdenes del Conde de Treviño.
-150
lanzas mandó el duque de Alba.
-350
lanzas a las órdenes del condestable Rodrigo Manrique.
-Y
otra mucha gente.
Mayor
Sánchez de Cárdenas se rindió el 4 de noviembre de 1474, tras un mes de asedio.
Durante este tiempo tuvo en vilo a los partidarios de la reina de Sicilia y que,
como hemos visto, pocos faltaron a la cita de Canales.
Mayor
Sánchez de Cárdenas fue hija de Gonzalo Gómez de Córdoba, señor de la Montesina
y de Leonor Sánchez Cárdenas. Son numerosos los documentos donde se hace referencia
a la mujer de Cristóbal Bermúdez y a su linaje; recogemos el testamento del tío
materno de Mayor Sánchez de Cárdenas, don Pedro Ruiz de Cárdenas, fundador en
Córdoba del convento de Santa María de Gracia en Córdoba:
“Testamento de Pedro de Cárdenas, del Consejo
Real, alcalde mayor y veinticuatro de la ciudad de Córdoba en el que dispone:
su entierro en la capilla de Santa María de Gracia en el monasterio agustino de
San Agustín de Córdoba; la celebración de misas por parte de los frailes de las
diversas Órdenes religiosas de la ciudad; donaciones a la catedral de Santa
María, para la redención de cautivos (Cruzada, Trinidad, Santa María de la
Merced), emparedadas de Santa María de las Huertas de Córdoba y obra de San
Llorente; donaciones a los conventos de San Francisco del Monte, San Francisco
de Arizafa y San Jerónimo de esa misma ciudad, para que recen por las almas de
sus padres don Pedro, señor de Aguilar, y doña Elvira Fernández; fundación del
monasterio de Santa María de Gracia de monjas dominicas, en sus casas en la
collación de San Llorente; mandas de pago de ciertas cantidades a varios
particulares; disposición de bienes a favor de su mujer María Fernández de
Arenillas, de su sobrino Luis de Cárdenas veinticuatro de Córdoba, de su sobrino
Juan de Cárdenas, hijo de su hermana Leonor Sánchez y de Gonzalo Gómez, jurado,
ya fallecido, de su hermana Leonor Sánchez y de la hija de ésta Elvira
Fernández. Albaceas designados: su mujer, María Fernández de Arenillas; el
licenciado fray Antón de Córdoba, provincial de la Orden de San Agustín; Diego
Gutiérrez de los Ríos; y Juan de Valenzuela, veinticuatro de Córdoba. Testigos:
el bachiller Fernán López y el mayordomo Alfonso Rodríguez de Baeza, hijo del
jurado Fernán Rodríguez de Baeza, vecinos de Córdoba; Juan Fernández y Diego
Correa, escribanos públicos de Córdoba; Fernán Gómez, escribano de cámara del
rey y notario público; Gómez Fernández, escribano y notario público”.[4]
La
profesora Margarita Cabrera Sánchez, en su obra Nobleza, oligarquía y poder en Córdoba al final de la Edad Media,
recoge algunos documentos del Archivo Provincial de Córdoba que nos dan cuenta
de la relación matrimonial entre Cristóbal Bermúdez y Mayor Sánchez de
Cárdenas, de los hijos de ambos y de algunos de los hermanos de Mayor de
Cárdenas, y que traemos a colación:
“En Córdoba, en este dicho día 8 días del
dicho mes de enero del dicho año de 81, arrendó doña Mayor de Cárdenas, mujer
de Cristóbal Bermúdes, 24 de Córdoba, que Dios aya, vesina de Santiago, a
Alfonso García de Cabrero, fijo de Gonçalo García, e a Teresa Lópes, su mujer,
vecinos moradores en esta çibdad en la colaçión de Santiago, una heredat de
casas bodegas e lagar e pila e tinajas e viñas e olivares e otros árboles que
en ella están que ella tiene suya çerca desta çibdad en el pago del arroyo don
Tello, que alinda con viñas de Juan Ximénes -, e con viñas del judío Rodrigo e
con viñas de Juan Martínez, corredor, e con el camino real que va a Sevilla. De
oy fasta 8 años primeros que vernan ocho – e ellos que le den e paguen por ella
en renta de cada un año del dicho tiempo de los dichos 8 años mil e
quatrocientos maravedís horros de diesmo e de rediesmo e de otros derechos e
una carga de uva para // colgar … e cuatro celemines de aceituna e una sera de
figo xahare de la – de las seras de higo que se venden en la plaça puesto todo
en las dichas casas de su morada de la dicha doña Mayor, todo tal que está de
dar e tomar e los dichos maravedís que ge les den e paguen de cada un año en
dos pagas la mitad para el día de pasqua de navidad e la otra mitad por el día
de pasqua florida e las uvas e granadas e aceituna e figo en sus tiempos
convenibles so pena del doblo cada una paga a los sobre dichos. Que poden e
caven…. Las viñas de la dicha heredat… Obligaron sus bienes… e los suso dichos
firmaron.. el dicho Alonso García consintió en lo de su mujer”.[5]
“Obligación// En Córdoba 26 días de agosto de
96 años, Margarida, criada de doña María Bermudes, vecina moradora en Córdoba
en la colaçión de Sant Llorente, en presencia de la dicha doña María Bermudes,
fija del onrado caballero Cristóbal Bermúdes, 24 que fue desta çibdad que
Dios aya, otorgó que debe dar e pagar a Alfonso de Ribas trapero, hijo de Rui
Sánchez de Ribas, que Dios aya, vecino desta çibdad en la colaçión de
Santo Domingo, 5.000 mrs de la moneda usual de ciertas frisas que le ovo
vendido e se otorgó por entregada dellos … obligo mis bienes … en empeño a un
hijo de color moreno de 9 años para que lo tenga hasta el dicho plazo, Francisco.”[6]
“En Córdoba, en este dicho día 25 días del
dicho mes de noviembre del dicho año de 77, arrendó e dio por vida doña Mayor
de Cardenas, muger de Cristóbal Bermudes, 24 de Córdoba, vesina de
Santiago.
A Martín Ruis, cantero, hijo de Antón
Ruis, que Dios aya, e Aloçia Ruis, su mujer, vecinos de Sant Nicolás de la
Villa.
Una heredat de casas bodega e lagar e
pila e tinajas e viñas e árboles, quella tiene suyaçerca desta çibdad en el
pago del arroyo don tello, que alinda con las dichas viñas, con viñas del – e
con viñas del judío e con viñas de Aulagas el acemilero e con el camino real e
con viñas de Martín Alonso torcedor (…) Testigo del otorgó de la dicha Mayor de
Cárdenas e del dicho Martín Ruis, digo Ruis de Baena, pintor, hijo de Gonçalo
García e Rodrigo de Julian -, hijo de Ruy García Porayle, testigo del
otorgamiento de la dicha Loçia Ruis – Ortelano, fijo de Pedro Gonçales e Pedro
de Baena….”.[7]
3.1.- Hijas de Cristóbal Bermúdez y de Mayor Sánchez de Cárdenas.
“En Córdoba en este dicho día – su poder doña
María y doña Elvira Bermudes, hijas de Cristóbal Bermudes, que aya santa
gloria, a Luis de Cardenas, su primo, 24 de Córdoba, especialmente para
recabdar todos los bienes e herencia que le pertenecen al tiempo e por tenencia
aver e heredat de Francisco Bermudes, su hermano, e para dar cartas de pago y
ajuisiar e obligaron sus bienes e renunçiaron las leyes. //Poder: En este día
otorgó su poder doña Catalina mujer del alcayde Pedro de Cárdenas, 24 de
Córdoba, a Fernándo Ruis de – general en sus pleitos e pública sustitución.”[8]
4.-Recapitulamos.
Sabemos
que:
1.-Cristóbal Bermúdez fue decapitado
por orden de los Reyes Católicos.
2.-Mayor
Sánchez de Cárdenas fue la mujer del capitán Cristóbal Bermúdez.
3.-al
menos tuvieron cuatro hijos: Fernando, que está en Portugal; María y Elvira
Bermúdez, que están en Córdoba; ambas reclaman los bienes de su hermano
Francisco, que ha muerto.
4.-el
hijo de Cristóbal, llamado Fernando, se refugió en Portugal, que se casó con
Isabel de Ataide y que ambos son nombrados en el testamento de Juana la
Beltraneja. También sabemos que Fernando Bermúdez a las ordenes de Almeida y al
servicio del rey de Portugal, participó en la conquista de las Indias
Orientales junto con su pariente Diego Ordóñez de Guadalajara; también nos
consta que los portugueses se refieren a Diego, a veces con el apellido Ordóñez,
otras con el de Bermúdez de Guadalajara. Sabemos, así mismo, que Diego Ordóñez
de Guadalajara fue el suegro de Pedro Barrantes Maldonado, historiador,
militar, natural de Alcántara en Extremadura. Será Pedro Barrantes el que nos
va a dar información acerca de su suegro y, por tanto, también sobre su
pariente Fernando Bermúdez y, consecuentemente, de Cristóbal Bermúdez.
5.- Alburquerque – Alcántara. Pedro Barrantes Maldonado.
Noticias de Alcántara - Pedro Barrantes Maldonado |
Antes de adentrarnos en
la identidad de Cristóbal Bermúdez, debemos acercarnos a la rica personalidad
de Pedro Barrantes Maldonado.
En 2010, la Diputación de
Cáceres tuvo el acierto de editar en dos volúmenes parte de la obra de Pedro
Barrantes: Noticias de Alcántara; así
mismo, podemos consultar los originales en la Biblioteca Nacional que ha
digitalizado dichos manuscritos. Esta es una de las fuentes principales que nos
va a guiar en los siguientes pasos.
Pedro Barrantes fue
hermano de San Pedro de Alcántara, patrón de Extremadura. El padre de ambos fue
Alonso Barrantes.
Pedro contrajo matrimonio
en 1537 con Mariana Ordóñez de Pareja, hija de Diego Ordóñez de Guadalajara, el
pariente de Fernando Bermúdez; como hemos visto, ambos fueron a la conquista de
las Indias Orientales al servicio del rey de Portugal; así mismo, Barrantes
confirma que Diego fue Alcalde Mayor del castillo de Sant Angelo en la ciudad
de Cananor. Según diversas fuentes, entre ellas el estudio preliminar de la
obra de Barrantes, realizada por Dionisio Martín Nieto, Mariana Ordoñez Pareja
era hija de la familia más importante de Alburquerque. La importancia de esta
familia, más que por la economía, vendría por las estrechas relaciones con la
Casa Real de Portugal. Así se narran varios acontecimientos relacionados en los
que se muestra claramente esta especial relación de la familia de Cristóbal
Bermúdez con la Casa Real Portuguesa:
En 1543, Felipe II se dispone a contraer matrimonio con la
princesa María Manuela de Portugal; ella, tras pasar varios días en Badajoz se
dispone a marchar a Alburquerque, donde se alojará en la casa del suegro de
Pedro Barrantes, Diego Ordóñez de Guadalajara, sobrino de Cristóbal Bermúdez:
“La Princesa posó en
Alburquerque en las casas principales que eran de Doña Escolástica de Pareja,
viuda, suegra de Pedro Barrantes Maldonado, y allí fueron el Pedro Barrantes
Maldonado y su mujer doña María Pareja Ordóñez a besar las manos a la princesa
por huéspedes, porque la Doña Escolástica era ida a Mérida, donde tenía otra
hija casada llamada doña Francisca de Albarado con Pedro de Mendoza de Vera,
regidor de Mérida (…) . Pedro Barrantes fue acompañando a su mujer doña Mariana
hasta ponerla delante de la princesa, y así mismo iba Lorenzo Téllez, Mayordomo
de la Princesa, que posaba en casa de Beltrán Pareja, abuelo de doña Mariana, y
lleva por su mano Doña Mariana (…) a Alonso Barrantes Maldonado, hijo mayor de
Pedro Barrantes Maldonado, bien aderezado, de edad de cinco años, con el hábito
en los pechos de la Cruz Verde de Caballero de la Militar Orden de Avis en
Portugal (…). Como entraron Pedro Barrantes Maldonado y doña Mariana en la
cuadra de la Princesa, y hecha la reverencia, (…) y de allí fueron marido y
mujer a hincarse de rodillas delante de la Princesa y le besaron la mano por
huéspedes, y allí le representó Pedro Barrantes como aquella posada había sido
de Diego Ordóñez de Guadalajara, Fidalgo de la Casa del Rey Don Manuel su
abuelo y el primer Alcayde que tuvo en la India el Castillo de Sant Angelo en
la ciudad y Reino de Cananor (…) y que
doña Mariana, que estaba presente, era
su hija, y que, y que aquel niño que estaba presente era su hijo y tenía el
hábito militar de la Orden de Avis de Portugal y era fidalgo de la Casa del Rey
Don Juan su padre, por lo haber sido su abuelo Diego Ordóñez y no haber dejado
hijo varón, y que tenía el niño toda habilidad y que sabía bien leer y
escribir, que le suplicaba que lo recibiese en su servicio como paje. El
muchacho estaba vestido con un sayo y una ropilla encima de terciopelo con
mucha argentería de oro, y una gorra con plumajes en la mano. Preguntó la
Princesa cómo se llamaba este menino, y antes que sus padres respondieren
respondió el niño: Alonso Barrantes Maldonado, Comendador y caballero de
espuelas doradas….”.[9]
Dionisio A. Martín Nieto,
en el perfil biográfico que realiza en la introducción de la obra Noticias de Alcántara, afirma que “Fallecida en 1552 en Alburquerque su suegra
doña Escolástica, la más principal y rica señora de la villa, de edad de 80
años, dejando una cumplida herencia que condicionó el traslado semestral del
matrimonio a aquella localidad. Aconteció entonces el casamiento de doña Juana,
hermana del rey Felipe, con el príncipe don Juan Manuel de Portugal, príncipe
del Brasil, en la ciudad castellana de Toro el 7 de diciembre de 1552. A los
dos años, en 1554, retornó viuda a Madrid y convertida en madre del infante don
Sebastián, al que dejó en Portugal, para ocupar la regencia del reino por orden
de su hermano Felipe II, que marchaba a matrimoniar con la reina inglesa María
Tudor. Tanto a la ida como a la vuelta, la infanta Juana se instaló en las
casas que fueran morada de doña Escolástica Pareja”.[10]
Tanto en los relatos que
el propio Barrantes hace de estos acontecimientos como sus comentaristas alegan,
que el motivo para los miembros de la Casa Real de Portugal se instalasen en la
casa de la suegra de Pedro Barrantes fue que era la señora más importante de
Alburquerque; obviamente, éste no pudo ser el motivo, ya que seguro que en los
pueblos y ciudades cercanos a la frontera portuguesa había gente más poderosa y
rica que doña Escolástica Pareja; el motivo más bien sería la conexión del
marido de Escolástica con Portugal; no olvidemos que Diego Ordóñez de
Guadalajara era primo de Fernando Bermúdez, que permanecía en Portugal y al
servicio de su rey. Barrantes, curiosamente olvida el papel de la familia de su
mujer en la guerra entre Juana de Castilla (Beltraneja) e Isabel la Católica;
tanto los Pareja, de los que desciende Escolástica, como la familia del marido
de ésta, Diego Ordóñez, así como Cristóbal Bermúdez, apoyaron sin reservas a
Juana y, por tanto, al rey de Portugal; es más, éste es el motivo por el que
Fernando Bermúdez y su pariente Diego Ordóñez de Guadalajara se instalaron en
Portugal. Barrantes, buscando sobrevivir en la Castilla nacida de los Reyes
Católicos, en la que la guerra por la sucesión por la corona de Castilla, según
la propaganda impuesta por Isabel y Fernando fue una guerra entre Portugal y
Castilla, no esencialmente cierta, al referirse a esta guerra, dice:
“…en el tiempo del rey don Enrique cuando él estaba próspero,
y del Maestre don Gómez de Solís cuando estaba pacífico, porque desde en diez
años que hubo las guerras y revueltas en el Reino y en Alcántara con el clavero
don Alonso de Monrroy, y después entre el rey don Alfonso de Portugal el quinto
y los Reyes Cathólicos don Fernando y doña Isabel sobre cuios eran los Reinos
de Castilla (…). Y cuando estas guerras de Portugal, cautivaban los portugueses
a los castellanos y los rescataban como si fueran turcos…”.[11]
Una vez que queda clara
documentalmente la relación entre Diego Ordóñez de Guadalajara y Cristóbal
Bermúdez, así como su posición económica y política, podemos adentrarnos en la
búsqueda de sus ancestros; sin embargo, antes nos vamos a referir a los
antepasados de doña Escolástica Pareja, también sumamente interesantes:
5.1.- Ancestros de Escolástica Pareja, mujer de Diego Ordóñez (Bermúdez)
de Guadalajara y suegra de Pedro Barrantes Maldonado.
Pedro
Barrantes, en la mención que hace de la estancia de su hijo Garcí Barrantes en
Inglaterra, acompañando al tercer duque de Alburquerque, nos dirá que “lo amaba mucho el Duque, y por ser como era
deudo el Duque de doña Mariana de Pareja, mujer de Pedro Barrantes Maldonado
por la vía de los Parejas y Mercados naturales de Úbeda”.[12]
Al dar noticia de la
muerte de Escolástica, Barrantes nos dirá que fue hija de Martín Ezquerro, hijo
de Juan Ezquerra de Alvarado, montañés de la Casa de Rozas y Alvarado.[13] Así mismo, nos informa de que su abuelo
materno fue Beltrán Pareja[14];
Alonso de Palencia, en su Crónica de
Enrique IV, nos dirá en un primer momento que Beltrán Pareja fue hermano de
Beltrán de la Cueva y en otro momento se nos indica que eran primos; lo
dejaremos en primos hermanos.
6.- Zamora. Ancestros de Cristóbal Bermúdez y Diego Ordóñez (Bermúdez) de
Guadalajara:
Nobleza de Zamora. Fernández - Prieto. |
Barrantes
obvia a Cristóbal Bermúdez, pero no le queda más remedio que decir quién era su
suegro y, en consecuencia, nos informa de los ancestros de Cristóbal; Pedro nos
dirá que su suegro:
“fue
hijo de Sancho Ordóñez de Guadalajara,
caballero del hábito de Santiago, alcaide que fue de Cartagena, y gobernador de
Mérida en tiempo del maestro don Beltrán de la Cueva, que fue el primer Duque
de Alburquerque, descendiendo de Alonso
González de Guadalajara, Señor de Alba de Aliste, de quien la tuvieron don
Enrique Enríquez, primer Señor de Alba de Aliste. Y fue este caballero Alonso
González de Guadalajara hijo de Juan
Hernández de Guadalajara, secretario de la ricahembra Condesa de
Alburquerque que fue Reina de Aragón, mujer del Infante don Fernando que fue
Rey de Aragón, y fue hijo de Pedro
Hernández de Guadalajara, Repostero Mayor del Rey Alfonso Onzeno, como se
ve en la Crónica del Rey don Pedro el Cruel, su hijo, en el primero año de su
Reinado cuando repartió los oficios de su casa, que anda de molde.”[15]
Enrique Fernández-Prieto
en su obra Nobleza de Zamora nos dice
quiénes fueron estos miembros del linaje Guadalajara o Guadalfajara:
“I.-Don Alonso González de Guadalajara, natural
y vecino de Zamora, era descendiente directo de don Pedro Fernández, y
éste, a su vez, pariente de Alvar Fáñez y del Cid Campeador, siendo dicho Pedro
Fernández el primero que escaló los muros de Guadalajara al ser conquistada en
tiempos del Rey don Alfonso VI de Castilla, hecho por el que por concesión Real
el año 1118 añadió a su patronímico el apellido Guadalfajara (…); don Alonso González de Guadalajara, al
que nos referimos fue armado caballero en el sitio de Antequera por el Rey don
Fernando I de Aragón, siendo más tarde Canciller y Copero Mayor de la Reina
Doña Leonor de Aragón, y en 1418 obtuvo el Castillo de Alba de Aliste, la villa
de Carbajales y todos los lugares y aldeas de estas referidas tierras de Alba
de Aliste y 874 doblas de oro cada año por juro de heredad sobre las Alcabalas
Reales de Zamora; estaba casado con doña
Leonor Ordóñez de Villaquirán y fundó la capilla que se llamaba del
Capítulo en el Monasterio de Santo Domingo, de Zamora, para su enterramiento y
los de sus descendientes; le sucedió su hijo:
II.-Don Juan González de Guadalajara, que
contrajo matrimonio primeramente con doña
Isabel Núñez Ramírez, y en segundas nupcias con doña Isabel Fernández Cabeza de
Vaca (…), testó en 1496”. [16]
Los padres de Alonso
González de Guadalajara y, por tanto suegros de Leonor Ordóñez Villaquirán,
habrían sido, según don Luis Manuel de Villena Cabeza, Juan Fernández de
Guadalajara y María Fernández Pacheco.
Algún historiador
portugués dice que Cristóbal Bermúdez era natural de Guadalajara; parece que no
es así, sino que se refiere al linaje.
Siguiendo el rastro del
capitán Cristóbal Bermúdez nos hemos encontrado en el entorno de Enrique IV, y
en él nos hemos topado con: Juana de Castilla (la Beltraneja); Escolástica
Pareja, nieta de Beltrán Pareja, primo de Beltrán de la Cueva, duque de
Alburquerque y pariente de Fernández Pareja, Adelantado Mayor de Galicia, el
cual morirá en la batalla que llevó a Fernando el Católico a degollar a
Cristóbal Bermúdez; encontramos a la mujer de Cristóbal, Mayor de Cárdenas y
Córdoba, pariente del Gran Capitán; encontramos a los Guadalajara; a Pedro
Maldonado Barrantes etc…; pero ahí no queda la cosa.
Mi interés por Cristóbal
Bermúdez nace al estudiar la historia de Alhama de Granada; ahí encontramos que
el linaje Zamora que se asienta en esta ciudad andaluza proviene de Cuenca y es
el fruto de la unión con el linaje Bermúdez. Así pues, desde la tercera parte
del siglo XVI, en Alhama de Granada se produce la unión de estos dos linajes,
aunque realmente desconozco si esta unión se produjo con anterioridad, ya que
los Zamora de Cuenca normalmente se denominaban Zamora-Aguilar; será en Alhama
donde, durante siglos, utilizarán Zamora-Bermúdez. Por a documentación
conservada y encontrada sobre el linaje Zamora-Bermúdez, llega a ellos como
descendientes de Cristóbal Bermúdez.
Pero para sorpresa,
cuando estudiaba, no el linaje/apellido Zamora, sino el Bermúdez, descubro lo
que sigue.
7.-Cuenca.
En
esta ciudad encontramos a los Zamora viviendo en la calle la Moneda, cerca de la
Puerta de Valencia; así queda patente en los dos expedientes de limpieza de
sangre de Pedro de Zamora, Presidente de la Chancillería de Granada y, más
tarde, de la de Valladolid, que hemos encontrado ; el primero, realizado en
1576 para entrar en el Colegio Mayor de Cuenca, en Salamanca[17], y
conservado en el Archivo de la Universidad de dicha ciudad; el segundo se
encuentra en el Archivo de la Catedral de Córdoba; Luis de Góngora[18], miembro
del Cabildo de dicha Catedral se desplazará a Cuenca y a Mohorte en 1603, con el
objeto de realizar la investigación pertinente para admitir como Racionero, en
Córdoba, a Pedro de Zamora.
Ambos expedientes de
Limpieza de Sangre son coincidentes y el contenido podemos sintetizarlo en los
siguientes puntos:
Padres: Alonso
García de Zamora y María de la Guardia, naturales y vecinos de Cuenca; su
residencia estaba en la calle de La Moneda. Alonso fue prioste de una Cofradía
conquense llamada de Todos los Santos,
y a la que sólo podían pertenecer los cristianos viejos. María, llamada de pequeña
la Calvilla, aludiendo a su apellido paterno, quedó huérfana, fue criada por su
tía, mujer de Pedro de la Guardia. Ambos serán padres, al menos de cuatro
hijos: Pedro de Zamora, el licenciado; Diego Zamora, tejedor de terciopelo, el
que se instalará en Alhama; Isabel Zamora, casada con Luis Arias Conde; y la
mujer del familiar del Santo Oficio, Mateo Villalba.
Abuelos paternos: Francisco Zamora y María García de la Puebla; ambos fueron padres
también, al menos, de Lorenzo Zamora, familiar del Santo Oficio y de Francisco
de Zamora, el que fue General de los Franciscanos. Juan Collado afirma que su
padre fue testigo de otro expediente de Limpieza de Sangre realizado cuando
Francisco fue a estudiar a un colegio de Alcalá de Henares. Todos naturales de Cuenca, vivieron en la
calle de La Moneda, al lado de la Puerta de Valencia. María García de la Puebla
fue hija de un oficial de la Casa de la Moneda de Cuenca; a él se refieren
los testigos del expediente de Salamanca como un “fulano de la Puebla, oficial del
Rey en la Casa de la Moneda”; ella, tras quedar viuda de Francisco de
Zamora, se casa con un tundidor llamado Pedro de Atienza; así consta en estos
expedientes y en las partidas de bautismo de sus nietos año 1546; en la de su
nieto, Pedro de Zamora, año 1548, aparece casada con Pedro de Atienza.
En
este punto, vuelve a saltar la sorpresa: ¿qué fulano oficial del rey Enrique IV
tenía una casa en la calle Valencia? Alfonso González de Guadalajara; así
consta en diversos documentos; entre ellos, uno que se conserva en el Archivo
General de Simancas:
“1480,
mayo 3, Toledo.
Provisión
del Consejo de los Reyes Católicos al corregidor de Cuenca y Huete, ordenando
hacer pesquisa en Cuenca para averiguar quiénes robaron la casa que Alfonso González de Guadalajara, siendo
tesorero de la Casa de la Moneda de
Cuenca, hizo a su costa dicha casa
para afinar los vellones y la plata para labrar cuartos y reales que Enrique IV
ordenó acuñar en ella; durante los pasados movimientos y guerras tuvo que salir
de la ciudad y, para que no se tomasen los vellones y plomos que tenía en la
casa, los echó al río para sacarlos
cuando los tiempos fuesen más seguros, cerrando y atrancando después la casa.
Pero cuando más tarde envió a algunos lavadores para que sacasen del río lo que
había dejado, se encontraron la casa derrocada sin teja ni madera. Estima la
pérdida global en unos 200.000 maravedíes. Nunius doctor. Antonius doctor. Don
Sancho. Fernandus doctor. Vista, Iohanes doctor. Juan Díaz de Lobera,
secretario real. Registrada. Diego Sánchez[19].
La
historiadora María Dolores Cabañas González en su artículo, Notas sobre los monederos de Cuenca en el
siglo XV, nos dice que entre los oficiales de la Casa de la Moneda en
cuenca se encontraba Alfonso de Guadalajara, hijo de Alfonso González de
Guadalajara; a esto añade, citando otra de sus obras, La caballería popular en Cuenca durante la Baja Edad Media, que
formaban parte de las familias más importantes de Cuenca por la cantidad de
miembros que tenían ocupando cargos concejiles.
Que los Guadalajara de
Zamora y los Guadalajara de Cuenca sean los mismos lo ignoro; quizás se trate
de los Cherinos, que llevaban el apellido García, esto queda por ver; sin
embargo, nos consta por un documento conservado en la Real Academia de la
Historia que Pedro Fernández de Guadalajara, natural de Zamora, pasó a Belmonte
con Juan Pacheco, señor de aquella villa, allí se casó con Isabel Fernández de
Aguilar.[20]
8.- Alhama - Cuenca – Extremadura -Santo Domingo – Alhama.
Volviendo
a Alhama, no sólo encontramos a los Zamora de Cuenca convertidos en Zamora
Bermúdez, sino que descubrimos dos elementos significativos:
1.-que
el primer Zamora (Diego, año 1560) que se instala en Alhama se casó con Ana
Martín de la Puebla, hija de Martín Sánchez de la Puebla, apellidados de la
Puebla como la abuela materna del Presidente de la Chancillerías de Granada y
Valladolid, Pedro de Zamora.
2.-que
en los testamentos de los suegros de Diego Zamora se dice que son familia de
Juan Caballero de la Puebla; éste mostrará su identidad en el testamento de su
hija, Juana de Figueroa y Mendoza, mujer en segundas nupcias del capitán Diego
Núñez de Ovando, (en primeras nupcias, con Pedro de Bazán, en la Isla de Santo
Domingo) realizado en Alhama en 1608; en dicho testamento se nos dice que la
mujer de Juan Caballero de la Puebla fue María Campofrío.[21]
Recordemos que el padre de Pedro Barrantes Maldonado, Alonso Barrantes se había
casado, en primeras nupcias con María Campofrío Figueroa; de su padre y de la
primera mujer de éste, nos da cuenta Pedro Barrantes Maldonado en su obra ya
citada, Noticias de Alcántara:
“Alonso Barrantes, casó en Alcántara con una
doncella principal, hija de Alonso Campofrío Bootello y de Teresa Suárez de
Figueroa Hurtada y Mendoza, hija de Gómez Suárez de Figueroa y Aldana y de
Isabel Hurtado de Mendoza, hija de Martín Hernández de Mendoza, hermano de Juan
Hurtado de Mendoza, marido de Teresa Díaz de Vega (…). Tuvo como hijos este
Alonso de Campofrío a Juan de Campofrío, cuyos hijos son regidores perpetuos en
la ciudad de Santiago en la Isla de Santo Domingo, y de Francisco Bootello, que
se halló con Hernán Cortés en la conquista de Méjico y de toda la Nueva España…”.[22]
El Ángel de la historia, Walter Benjamin |
[2] “No seu último
testamento, D. Joana (…) Devia a Excelente Senhora casamentos e prometimentos,
mormente à viscondessa, a D. Álvaro, gobernador de Lisboa, a Fernão Bermudes,
que dera em casamento a Isabel de Ataíde…” GOMES, Saul.A., D. Alfonso V, ed. Centro de Estudos dos
Povos, Rio de Mouro, 2009, fl: 314.
[3] “Era filhio de
Cristóvão Bermudes que tomou o partido da Beltraneja o que o obrigou, depois da
victoria de Isabel, a Catolica a refugiar-se em Portugal. Este cabaleiro de
origen castelhana recibeu, conjuntamente, com a sua mulhier don Isabel Ataíde a
protecção de excelente Snh., en 1490, e era membro da guarda de João II. Era
pai de Cristovão Fernão Bermúdez que viajou consigo até ao Oriente e Parente de
Diogo Bermudez Guadalajara que foi alcaide de Cananor”. Silva da, Cadeias,
“O fundador do Estado portugués da India,
dom Francisco Almeida, 1505”, Lisboa 1996.
[4] RAH,
col. Catedrales de España, Córdoba (9/5434).
[5] AHPCO,
14120 P, cuaderno 3, fol. 10v y ss.
[6]AHPCO,
14135 P, cuaderno 11, fol. 24r y ss.
[8] AHPCO.
[9]
Barrantes Maldonado, P., Noticias de Alcántara, ed. Gráficas Romero, 2010, fls.
377-378.
[10] Ibídem,
fl. 32.
[11] Ibídem,
fls. 250-251.
[12] Ibídem,
fls. 390.
[13]
Ibídem,fl. 384.
[14] Ibídem,
fl 378.
[15] Ibídem,
374.
[16] Fernández-Prieto
Dominguez y Losada, E., Nobleza de Zamora,
ed. Consejo superior de investigaciones científicas, Madrid 1953, folios
727-728.
[17]AUSA, 2288,25, Colegio Mayor de Cuenca en
Salamanca, Expediente Limpieza de Sangre de Pedro de Zamora, del año 1576
[18]ACC.,
Expedientes Limpieza de Sangre, catedral de Córdoba.
[19] .”
AGS,RGS, 1480-V,fol99.Copia simple de la época; Reg. Registro General del
Sello, vol.II,nº 3440 -tomado del libro: Documentos
sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo Vol. I, documento nº 3574, fol.
1261.
[20] RAH,
33, fº 154 v.
[21] APNGr,
Alhama Granada. Escribano: Diego Meneses;1608; folio: 439.
[22]
Barrantes Maldonado, P., Noticias de Alcántara, ed. Gráficas Romero, fl. 371.
No hay comentarios:
Publicar un comentario