Terremoto, 25 diciembre 1884
Huétor Tájar
Reparación de la Iglesia y de la ermita de San Sebastián; construcción de la casa rectoral.
Huétor Tájar |
Carta de don Francisco López Huete,
arcipreste de Loja a don Julio Gámez (seguramente ecónomo de la diócesis); 8 de
marzo de 1885.
“Arciprestazgo
de Loja. 8 de marzo de 1885.
Sr. Don Julio Gámez.
Muy
señor mío y apreciable amigo y compañero: en vista de su muy atenta del 3, ayer
sábado pasé a Huétor Tájar acompañado de un maestro de obras de esta ciudad y,
practicado un detenido reconocimiento en la iglesia y sus dependencias,
resulta:
1.-Que el templo, que consta de una
sola nave, es de una fábrica pésima, formado en su mayor parte de cajones de
tierra y la otra de ladrillo de muy mala construcción y con poco espesor en los
muros y los arcos, se encontraba, según creo, en no muy buen estado antes del
25 de diciembre, y con los terremotos se ha sentido bastante, principalmente la
pared frente al altar mayor y las de la capilla principal en su parte alta, teniendo,
a demás, los arcos algunas quiebras, aunque no de consideración. Aunque no
amenaza ruina, el estado general del templo es malo y como es de tan mala
construcción y muy pequeño para aquel pueblo, da lástima gastar mucho dinero en
su reparación; por consiguiente, me parece que hay que contentarse por hoy con
tapar las quiebras, poner unas tirantes de hierro en los arcos, mientras se
piensa en hacerlo nuevo y más grande. La torre es nueva, se encuentra en buen
estado, a pesar de haber hecho en ella disparates para colocar las campanas, y
sólo una pequeña parte del tejado necesita alguna compostura.
2.-La casa rectoral, que está
contigua a la iglesia y que es bastante vieja, ha tenido también algunos
desperfectos, pero no está muy mal del todo; sin embargo, tiene un corrimiento
grande en el tejado.
3.-La casa sacristía unida, también,
a la iglesia ha sufrido más y necesita más reparación; principalmente, una
pared que cae a la calle está muy mal y serian necesarios cinco o seis mil pesetas
para hacerla nueva, pero esta obra sería inútil el día que se quisiera agrandar
la iglesia o hacerla nueva.
Par
la total reparación de todo cree el maestro que serían necesarios unas 10.000
pesetas y si sólo se trata de reparar lo absolutamente necesario, esperando
mejores tiempos para tomar otra determinación, habrá bastante con unas 5.000
pesetas. Debo advertir a V. para que lo diga al señor arzobispo, que cualquier
reparación que se haga sea por persona competente, pues además de no haber allí
maestros entendidos, según me ha dicho el párroco, las reformas que he visto me
satisfacen poco y el poco o mucho dinero que se gaste en aquella iglesia es
necesario saber gastarlo bien en lo más interesante, pero con inteligencia.
En
cuanto a la condesa de Montijo, no puede ver al administrador por estar fuera
del pueblo; ha espantado el ánimo de dicha señora exagerándole muchísimo los
daños, pues habiendo sufrido aquel pueblo muy poco y no teniendo que reedificar
más que dos o tres casas de su propiedad y de poca importancia, le ha mandado
este administrador un presupuesto de 50.000 pesetas y 16.000 más para la iglesia,
haciéndole desconfiar, y no ha contestado nada.
Desgraciadamente,
seguimos meciéndonos y hoy ha estado el día abundante de terremotos y buenos;
casi puede decirse que en todo el día no han cesado; esta mañana a las siete se
sintió uno bastante grande.
Sírvase
V. saludar en mi nombre a S. E.I. y deseando no tenga novedad, sabe que siempre
le aprecia mucho y queda a sus órdenes sin más a V.S. S,…
Firma: Francisco López Huete.”
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