viernes, 17 de mayo de 2019

Alhama Granada corrupción comisión regia terremotos Andalucia?



Signatura: Periódico La Política, sábado 4 de junio de 1887
“La Comisaría Regia:
        De Alhama nos dirigen la siguiente carta, que con gusto insertamos, por la justicia que entendemos asiste a su autor, y porque es una prueba más de los cargos que, a nombre de queridos amigos nuestros, hemos formulado y están y quedarán en pie contra la Comisaría Regia que con tan poco tino ha procedido en el desempeño de su delicado cometido.
        <<Sr. Director de La Política.
Muy señor mío y de mi especial consideración: cuando a raíz de los terremotos de 1884 acudían a visitar las ruinas de Alhama multitud de comisiones de España y del extranjero, todas las miradas se fijaban en los restos de la fachada de una casa principal que existió en el callejón de Molinos; asentada aquella sobre el tajo que bordea la ciudad, desapareció en su mayor parte la inolvidable noche del 25 de diciembre, y hasta hace poco tiempo, todos hemos podido ver en el olivar que hay a su espalda, las inmensas moles de piedra que la arrastraron en su caída.
        El ministro de la Gobernación en aquella época, Excmo. Sr. D. Francisco Romero Robledo, que acompañaba a S. M. el rey D. Alfonso XII en su peregrinación a los pueblos destruidos, manifestó delante de muchas personas y a la vista de los pequeños vestigios que aún quedaban de la casa de que hablamos: <<el dueño de esta casa, si vive, es acreedor a una gran indemnización>>. Esto mismo decían todas las comisiones que vinieron, y de idéntico modo lo manifestaban los vecinos de Alhama, sin distinción de clases, asegurando en todos tonos que su convecino D. José Branchat Gómez era sin disputa el que había sufrido más perdidas con los terremotos, pues a más de la casa mencionada y en la cual vivía, había perdido otra en la misma calle, otra en la calle Llana, otra en el huerto de San Diego, y finalmente, grandes desperfectos en la casa cortijo del Navazo, en este término municipal.
        Hecha solicitud por el interesado a la Comisaría Regia, para que lo declararan acreedor a indemnización, ordenó aquella a sus dependientes justipreciaran las cinco fincas antas nombradas, lo que tuvo efecto dándoles de valor más de once mil pesetas, según de público se dijo.
        Hace un año, poco más o menos don José Branchat fue llamado por la Secretaría del Ayuntamiento, y se le hizo saber que la Comisaría Regia había ordenado se le indemnizase por la casa huerto de San Diego, completamente destruida y que se componía antes de los terremotos de ocho o nueve habitaciones o dependencias con alto y bajo, la cantidad de 1.280 reales, y por los desperfectos sufridos en la casa cortijo del Navazo, 240 reales, haciendo caso omiso de las otras tres casas destruidas.
        La equivocación en las dependencias de la Comisaría Regia, y no a otra cosa, atribuimos esta resolución de la misma; y en tal sentido, recurrí nuevamente al excelentísimo señor Comisario Regio, suplicándole, por medio de solicitud, se justipreciaran las fincas y se me indemnizara en justicia, pues con 380 reales que aquel día me entregaron como cuarta parte de ambos indemnizaciones, no había ni para principiar a abrir los cimientos para la obra de una de las fincas; buena prueba de ello era el haber gastado hacía poco tiempo cerca de seis mil reales en arreglar os desperfectos que ocasionaron los terremotos en la casa-cortijo del Navazo, obra que hizo el maestro D. Manuel Guerrero Castillo.
        Al poco tiempo, y como accediendo a mi solicitud, se presentó en la casa-cortijo del Navazo, donde habito a la sazón, el Sr. D. Francisco Letté, delegado facultativo de la de la Comisaría Regia, el que justipreció los daños y desperfectos causados por los terremotos en la mencionada casa-cortijo de San Diego, de la que informó hallarse completamente destruida, y por consiguiente, sujeta a toda la mayor indemnización que marca la ley ofreciéndome dicho Sr. Letté, en presencia de mis criados y del dependiente del Municipio que acompañaba a dicho señor, que hablaría con su padrino el señor Comisario y le manifestaría la injusticia tan notoria que por falta de pericia en los tasadores se había cometido conmigo.
        Esperando siempre un resultad bueno y justo, como me aseguró D. Francisco Letté, dejando transcurrir los meses y los días, y hago con fecha 6 de mayo nueva solicitud al señor Comisario Regio, suplicando o que se me indemnizara con arreglo a lo justipreciado por el delegado facultativo, o que se tasaran nuevamente las fincas, y con su resultado se me indemnizase en justicia.
        No se esperó mucho tiempo la superior resolución; a los cuatro días el señor Alcalde de Alhama me dirige un oficio cuya parte dispositiva dice así: <<El Excmo, señor comisario regio, en comunicación de ayer, dice a esta Alcaldía: Sírvase V.S. notificar a D. José Branchat y Gómez, de esa vecindad, que no procede se le otorguen nuevos auxilios, por haber recibido ya de la Comisaría regia por las fincas que posee más de tres mil pesetas, no sólo en vales para la reparación de algunas, sino en una casa del Hoyo del Egido. Y lo participo, etc.>>
        No son necesarios grandes esfuerzos de imaginación para probar la marcha anómala de la Comisaría Regia en este asunto; el sencillo relato de él, las vicisitudes y peripecias por que ha atravesado, llevan al ánimo de cualquiera el triste convencimiento de que dicha Comisaría no está a la altura de su misión, y por consiguiente no llena por completo los altos fines a que está llamada.
        Tasase las fincas casa cortijo del Navazo, y casa huerto de San Diego, la primera en 240 reales, de los que el interesado ha percibido 60 reales o sea la cuarta parte; y la segunda en 1.280 reales, de los que entregaron al interesado 320 reales. Si la Comisaría Regia tenía bastante confianza en la rectitud, probidad y competencia de los peritos que hicieron esta tasación; si la Comisaría Regia sabía a ciencia cierta que esta tasación era justa y legal, ¿por qué accedió a la solicitud del interesado, mandado al Delegado Facultativo D. Francisco Letté a que justipreciara nuevamente esas dos fincas? ¿Por qué, entonces como ahora, al pedir el interesado limosna a la caridad no se le dio con la puerta en las narices?
        Tenemos, pues, que el propietario don José Branchat y Gómez ha recibido de la Comisaría Regia, por una sola ve, la cantidad de 380 reales; de ellos 60 por la casa cortijo del Navazo, y 320 reales por la casa huerto de San Diego, completamente destruida, y las ocho o nueve habitaciones con alto y bajo de que constaba en el suelo: acerca de la primera, el maestro de obras D, Manuel Guerrero Castillo podrá decir cuantas cantidades de a 60 reales habrá importado medio arreglarla para que no se viniera toda abajo: con respecto a la segunda, allí está de la misma manera que quedó en la noche del 25 de diciembre de 1884, y allí estará para feliz recordación, pues con 320 reales, bien sabe la Comisaría Regia que muy poco puede hacerse; es decir, ni aun una casita suiza, siquiera sea de poco ámbito.
        Pero, para que la Comisaría Regia sea anómala en todo, tenemos que al mismo D. José Branchat Gómez le correspondió como recompensa de tres casas destruidas que valían mas de 10.000 pesetas, una en el Hoyo del Egido, de la cual debiera estar en posesión desde 1º de marzo, día en que bajo la presidencia del señor Juez de Instrucción y en presencia del Ayuntamiento en pleno, entregaron todas las llaves a los nuevos propietarios.
        Pero por más gestiones que ha practicado el interesado, nada ha podido conseguir, y ve con profunda indignación que su nueva casa se encuentra habitada por dependientes de la Comisaría Regia, que muy bien pudieran vivir en cualquier posada o fonda de Alhama, en donde estarían mejor alojados, y de ese modo el propietario podría o vivir su casa, o aprovecharse de sus alquileres, que es muy justo.
        Todo va bien, perfectamente bien, ¡feliz nación!, dicen en Madrid altos empleados después de un opíparo banquete; y todos los días vienen las columnas de la Gaceta llenas con los nombres de las fincas embargadas a los propietarios por que no pueden pagar las contribuciones y demás impuestos. Todo va bien, perfectamente bien, dirán los empleados de la Comisaría Regia, que hasta el pasado abril han cobrado por sus sueldos cerca de millón y medio; y en Alhama todos los vecinos se quejan, todos murmuran, porque, con muy raras excepciones, leas han ocurrido lo que a D. José Branchat y Gómez, que habiendo perdido por completo cinco fincas que valían algunos miles de duros, ha recibido, si quieren dársela, una casita suiza con mucho ámbito en el Hoyo del Egido, y 380 reales en dinero.
        Aprovecho esta ocasión para ofrecerme de V. a su más atento amigo s.s.q.b.s.m.
José Branchat Gómez.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario