(LA SANTA DE LAS ROSAS)
HISTORIA DE UN ALMA
Las grandes cosas están hechas de cosas pequeñas. Un enorme edificio está construido
con simples ladrillos. Toda una vida
guarda pequeños momentos. Una melodía se compone de pequeñas notas. Un gran
libro se escribe con frases pequeñas. Un lienzo se estructura con breves
pinceladas. Podríamos no parar de imaginar cuántas cosas hay en la Naturaleza
con ese cúmulo de pequeñeces; gotitas de
agua hacen ríos, mares, océanos; piedrecitas inadvertidas forman montes,
montañas, volcanes… y miles y miles de ejemplos podríamos contar. Y, por supuesto, sin olvidar al “Ser Humano”.
El mundo para Teresa es el Jardín de Jesús. Las almas son las
flores. Dice en su libro autobiográfico “HISTORIA
DE UN ALMA”[1] que si todas las
flores fueran rosas, sería un jardín muy aburrido, por eso Dios hizo una gran
variedad de flores y todas ellas distintas a su vez, tal como diferentes somos
las personas. Al igual que cada flor
sabe cuándo tiene que nacer y crecer, cada persona dentro de sí tiene el
misterio de conocer su crecimiento interior y dar sus frutos. Así lo define: […] “comprendí que todas las flores que él (Dios) ha creado son hermosas y
que el esplendor de la rosa y la blancura del lirio no le quitan a la humilde
violeta su perfume ni a la margarita su encantadora sencillez… Comprendí que si
todas las flores quisieran ser rosas, la naturaleza perdería su gala primaveral
y los campos ya no se verían esmaltados de florecillas. Eso mismo sucede en el mundo de las almas,
que es el jardín de Jesús. Él ha querido crear grandes
santos, que pueden compararse a los lirios y a las rosas; pero ha creado
también otros más pequeños, y éstos han de conformarse con ser margaritas o
violetas destinadas a recrear los ojos de Dios cuando mira a sus pies. La
perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que Él quiere que seamos.”
TERESITA NO ES UNA SANTA PEQUEÑA, aunque por su diminutivo lo parezca.
Es conocida como Teresita para diferenciarla de Teresa de Ávila. También
se le atribuye este diminutivo por ser recogida por Dios, después de largas
enfermedades, a la edad de 24 años. Es también Teresita por recibir el nombre,
al profesar, de Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, también por llevar una
infancia de virtud, querer la santidad a través de las cosas pequeñas, por su preciosa inocencia y, además, por ser la menor de las hermanas del
matrimonio Martín-Guérin.
Quiero resaltar que las dos TERESAS son Doctoras de la Iglesia. Santa
Teresita fue proclamada Doctora de la Iglesia por el Papa Juan Pablo II el 19
de octubre de 1997 y Santa Teresa de Ávila (Santa Teresa de Jesús) el 27 de
septiembre de 1970 por el Papa Paulo VI.
Teresita también es de la Orden de las Carmelitas descalzos. Ejemplos de virtud para ella son los
místicos, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz[2]
El Papa
Benedicto XV el día 14 de agosto de 1921 publicó el Decreto sobre las virtudes
heroicas de la pequeña Teresa. Por
primera vez un papa utilizó la expresión “infancia espiritual” y nos dice en su hermoso discurso sobre la
Santa de Lisieux que:
"llegó al heroísmo de la
perfección por la práctica de las virtudes, que derivan de la infancia espiritual". Añade también que "todos vemos como los fieles de
todas las naciones, edad, sexo y condición, han de entrar generosamente por
este camino, por el cual Santa Teresa del Niño Jesús llegó al heroísmo de la
virtud". "Toda la vida de la Santa está caracterizada por los méritos
de la infancia espiritual. AQUÍ ESTÁ EL SECRETO DE LA SANTIDAD...
para todos los fieles de todo el mundo." "Deseamos, pues, que el secreto
de la santidad de Sor Teresa del Niño Jesús, no quede oculto a ninguno de
nuestros hijos." "Tenemos motivos para esperar que el ejemplo de la
nueva heroína francesa[4] hará que crezca el número de los
cristianos perfectos, no solamente en su nación, sino entre todos los hijos de
la Iglesia Católica."
Con estas palabras tan alentadoras, el papa Benedicto XV propone este
camino evangélico de perfección bajo la guía de aquella santa, que no cursó
grandes estudios y, "No obstante, poseyó tanta ciencia por si misma, que
supo indicar a los demás el verdadero camino de la salvación. Y, ¿de dónde
proviene esta copiosa cosecha de méritos? ¿Dónde ha cogido frutos tan maduros? En el jardín de la infancia espiritual.
¿De dónde recibe este tan amplio tesoro de doctrina? De los secretos que Dios revela a los niños” Teresita dice “Comprendí también que el
amor de Nuestro Señor se revela lo mismo en el alma más sencilla que no opone
resistencia alguna a su gracia, que en el alma más sublime”.
[…] “Pero Él ha creado al niño, que no sabe nada y
que sólo deja oír débiles gemidos; y ha creado al pobre salvaje, que sólo tiene
para guiarse la ley natural. ¡Y también a sus corazones quiere él descender!
Estas son sus flores de los campos, cuya sencillez le fascina... Abajándose de
tal modo, Dios muestra su infinita grandeza. Así como el sol ilumina a la vez a
los cedros y a cada florecilla, como si sólo ella existiese en la tierra, del
mismo modo se ocupa también Nuestro Señor de cada alma personalmente, como si
no hubiera más que ella. Y así como en la naturaleza todas las estaciones están
ordenadas de tal modo que en el momento preciso se abra hasta la más humilde
margarita, de la misma manera todo está ordenado al bien de cada alma”- [5]
Teresita con su
padre, D. Luis Martín 6
(Viudo de Dª María Celia Guérin, hoy
Beatos en proceso de canonización).
Teresa en su
biografía cuenta que disfrutaban juntos de largos paseos.
Un día paseando con su padre vio su
nombre en el cielo escrito por las estrellas.
Teresita hablando con el Niño Jesús.[6]
Teresita hablaba con el Niño Jesús. Ella había perdido a su madre con tan
solo cuatro años. Su hermana Paulina, había ingresado en el Convento del
Carmelo cuando tenía 9. Se encontraba muy sola y triste. Hablaba con él y
Teresita le decía: recuéstate en mí, yo quiero ser como una madre para ti.
Pronto se da cuenta que tiene un MENSAJE
DE VIDA: Dios está en todas partes y quiere que aprendamos a seguirle a
través de lo que ella llama sencillamente “el caminito”; hay que llegar a Él a
través de la sonrisa, dando ánimo a los que sufren, hay que acompañar a los que
lloran, haciendo con amor y sencillez todas las cosas habituales, ya sean
juegos, labores, silencios u oración. Dios
está en el día a día. Teresita rompe con un Dios lejano, un Dios Jansenista,[7] distante y terrorífico, que ha predestinado a unos a la salvación y a
otros a la eterna condenación. Teresita, sin embargo, nos enseña: “Mi caminito es el camino de una infancia
espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta”. Teresita se pregunta ¿cómo te acercarías a un
padre?, ¿le besarías los pies? No, a un padre lo abrazas, lo besas en la
cara, lo besas en el corazón, le entregas tu alma.
SU MISIÓN EN LA VIDA
Quiere ser misionera. Quiere “salvar almas, muchas almas, y hasta el fin
de los siglos”.
Este deseo lo vemos expresado muy claramente en estas palabras suyas: “«Como los Profetas, yo seré luz para las
almas. Iré de una a otra parte del mundo, predicando tu nombre, e izaré en el
suelo pagano el glorioso estandarte de la Cruz. Una misión sola no satisfaría
mis ardientes deseos. Yo esparciré el Evangelio por todas partes, aun en las
islas más lejanas. Yo seré misionero, no por unos cuantos años solamente. De
haber sido posible, hubiera deseado serlo desde la creación hasta el fin de los
tiempos.»
ROSAS PARA EL CRUCIFIJO
En el patio del Carmelo había un
gran Cristo. Teresita desde el piso
superior le tiraba flores. Era para ella
como aliviar a Jesús de las cicatrices que le habían dejado al clavarle la
corona de espinas. Retiraba con cuidado
los pétalos marchitados como si al quitarlos, quisiera así deprenderle las
espinas. Con los pétalos limpiaba su hermoso rostro. Al ser descubierta por
otra religiosa, sencillamente dijo que así quería agradar a Jesús. Al caer enferma se conformaba con cubrir con
flores el crucifijo que llevaba consigo; su crucifijo.
SU MISIÓN EN EL CARMELO Y EN EL MUNDO:
“He venido para salvar almas pero,
sobre todo, para orar por los sacerdotes”.
“Para mí,
orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en
manifestar mi gratitud y mi amor lo
mismo en el gozo que en la prueba.”
Teresa es la humildad en
sí misma: “Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas
pequeñas. “Yo soy un alma minúscula, que
sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor.”“Amar a Jesús y hacerlo amar debe de
ser, cada vez más, la meta de mi vida” El centro de su espiritualidad es la
Misericordia y el amor a Dios.
SU MISIÓN EN EL CIELO. LA LLUVIA DE
ROSAS DE TERESITA
“Mi deseo es seguir trabajando por la Iglesia
y por las almas, así se lo he pedido a Dios, estoy segura de que me va a escuchar”
(carta 254)
“Después de mi muerte haré caer una lluvia de
rosas”. “Voy a pasar mi cielo haciendo
bien en la tierra”. ¿Qué significado tiene para nosotros los cristianos estas dos frases dichas
en dos momentos diferentes y que estén tan unidas, tan relacionadas entre sí?
Sor Genoveva de la Santa Faz, hermana y novicia de Teresita, (su hermana
Celina), recogió en un libro publicado “Conseils et Souvenirs” (Consejos y
Recuerdos)[8] la mayor parte de la vida de Teresita desde que ella (Celina), profesara
también en el Convento a la muerte de su padre.
En este libro nos da el verdadero significado de esta lluvia de rosas y
lo que Teresita quería hacer después de su muerte.
Cito textualmente: “Muchas veces y en formas muy variadas,
prometió hacer caer una lluvia de rosas, y expresó su deseo y su seguridad de
hacer el bien después de su muerte, rogando por la Iglesia, continuando su
misión de predilección para con los sacerdotes.
La oí, sobre todo, explicar, describir, en qué consistiría este bien,
por qué medios llevaría las almas a Dios: enseñándoles su camino de confianza y
de abandono total. Respondiendo a una de
sus reflexiones, le dije: Entonces
¿Creéis
que salvaréis más almas en el cielo? Si,
lo creo, me contestó: la prueba de ello es que Dios me deja morir precisamente
cuando tanto deseo tengo de salvarle almas”.
Un día, cuando estaba ya Teresita enferma, Celina, (su hermana Sor
Genoveva), le leía un pasaje acerca de las Bienaventuranzas, pero la interrumpe
y le dice: “No es eso lo que me atrae… —
¿Qué es pues?, repliqué. — ¡Oh, es el Amor! Amar, ser amada y volver a la
tierra para hacer amar al Amor”[9]
El padre José María de Heredia, S.J. nos dice:
[…] también podemos pedirle a Dios «cosas para
la eternidad...» Sí, para después de nuestra muerte, para cuando estemos en el
cielo. Ejemplo de esto es el de «Teresita», Durante su vida pidió a Dios «pasar
su eternidad» haciendo bien a los que vivimos en este valle de lágrimas. Le
pidió le dejara derramar «una lluvia de rosas» cuando se fuera al cielo. Quería
ser MISIONERO en la otra vida, ya que no lo había podido ser en ésta. Dios
escuchó su petición, y la despachó «mientras ella vivía» para cuando ella
muriera. La lluvia de rosas que tan famosa ha hecho a Teresita, no es otra cosa
que «una petición hecha en esta vida» y acogida por Dios para la eternidad.
PARA LO PASADO Y PARA LO FUTURO.[10]
PERO… ¿POR QUÉ ES SANTA?
Toda su vida fue un acercamiento a Dios a través de las lecturas del Evangelio;
a estar a su disposición, a orar con
sencillez, hablándole a un Dios cercano que sabe escucharla, y ella muy bien lo
sabe. Ella dice ¡”Qué grande es el poder de la oración! Se diría que es una reina que
en todo momento tiene acceso directo al rey y puede conseguir todo lo que le
pida”!
Es Santa porque supo llevar la cruz de la enfermedad de su padre al que
adoraba; no tuvo mucha aceptación en los primeros años de colegio, (sus
compañeras la ridiculizaban porque conocía bien la Biblia) y era una alumna
aplicada y responsable. Por ello, dejó de asistir a clase y su hermana Paulina
se encargó de su educación.
Esa
incomprensión la tuvo también cuando llegó al Convento soportando en silencio
desprecios de otras religiosas. Teresita nunca perdió la sonrisa. Siempre estaba pendiente de los deseos de las
Hermanas. Más de una vez la culparon de
cosas que ella no había hecho, pero siempre callaba y sonreía. Siempre dejaba a
todas las Hermanas en mejor lugar. No le importaba si ella tenía o no razón.
Su estado de salud no era muy bueno. No se quejó nunca de sus
enfermedades, al contrario, pensaba que si estaba enferma era porque ya pronto
estaría en brazos de su Jesús amado. Ya de niña había sufrido una enfermedad
grave a la que gracias a la oración de su padre y hermanas a la Virgen de la
Sonrisa se había curado repentinamente.
Acepta sin queja el frío invernal de Normandía. Al contraer la enfermedad de la tuberculosis
sufre porque otras hermanas tengan que estar al cuidado de ella. En esa época era una enfermedad mortal. Pero Teresita descubre en esta prueba que “el Esposo divino vendrá pronto a buscarme,
pero no le temo, quiero pasar el cielo haciendo el bien a la tierra”. Teresita se somete a la austeridad del
convento: huerto, cocina, labores,…, pero le es permitido no cumplir con el
severo ayuno dada su delicada salud. En alguna ocasión dice “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el
martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo
exclamar “He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo
sufrimiento es dulce.”
El padre Heredia recoge
en su libro a este respecto lo siguiente: “Esta criatura, en «su confianza
ilimitada y filial», no tuvo empacho en decir algo que hubiera escandalizado a
otros: «Yo sentía que había nacido para grandes cosas desde la niñez, aspirando
desde entonces a ser santa. Y esta aspiración que a muchos parecerá temeraria,
dada mi imperfección, perdura en mí desde entonces, teniendo confianza absoluta
de que llegaré a ser UNA GRAN SANTA, no por mis méritos, sino por los de Aquel
que es la Virtud y la Santidad mismas.»[11]
“La vida en un
instante entre dos eternidades” [12]
BIOGRAFÍA
Nació en Alénçon (Francia) el 2 de enero de 1873. Teresa es la novena hija del matrimonio Luis
Martín (experto relojero, estudió en varios países, como por ejemplo en Suiza)
y María Celia Guérin (especialista en encajes y costura, estudió en la École Dentellerie). De los 9
hijos únicamente sobrevivieron 5 niñas: María, Paulina, Leonia, Celia (Celina)
y Teresa. Celina era su hermana preferida
al llevarse solamente 3 años. Los nombres que estas niñas recibieron fueron por
la devoción a la Virgen María, a San Vicente de Paul, por el Papa León XIII,
por el nombre de su madre y por la gran Santa de Ávila, Teresa de Jesús,
respectivamente.
El nacimiento de Teresita junto a sus padres D. Luis Martín y Dª Celia
Guérin y sus cuatro hermanas: María, Paulina, Leonia y Celina. http://sacristiadelreal.blogspot.com.es/http://webcatolicodejavier.org/teresitabio.html
Recibió el nombre de María Francisca Teresa. El 4 de enero de ese mismo
año, fue bautizada en la Iglesia de Nôtre-Dame, (Nuestra Señora) en
Alénçon.
Así mismo, en la Iglesia-Basílica se casaron sus padres el 13 de Julio
de 1858. Aquí también tuvo lugar el
funeral de su madre, Celia Guérin. [13]
Cuando Teresita tiene cuatro años, su madre fallece el 28 de agosto de 1877 víctima de cáncer de pecho a los
45 años. Tras su muerte, la familia se
traslada a Lisieux (Francia) por insistencia de su cuñado Isidoro Guérin, con
el deseo de ayudarle en la crianza de sus hijas. Se instalan en Los
Buissonnets. Cuando tiene 9 años su
hermana mayor, Paulina, que era la que había sido su ayuda espiritual y una
“pequeña madre para ella” ingresa en el convento de las Carmelitas. Teresa a los 10 años cae en una gran tristeza
y enferma gravemente. Síntomas depresivos
y anoréxicos la hacen ver alucinaciones. El 13 de Mayo de 1883 la Virgen de la
Sonrisa cura repentinamente a la niña.
Recibe su Primera Comunión el 8 de Mayo de 1884, siente una infinita unión
con Dios y empieza a sentir el deseo de ser también Carmelita como su hermana Paulina. El 14 de junio de ese mismo año recibe la
Confirmación.
Su hermana mayor, María, era la que
desde la muerte de su madre se había hecho cargo de la casa. Al cumplir Teresita 14 años, María decide
ingresar también en el Carmelo, al igual que lo había hecho Paulina. Esta decisión la hace sentir de nuevo la sensación de
alejamiento y experimentar la soledad y la tristeza, tiene una recaída con
trastornos depresivos.
En la Navidad de 1886, al volver de la Misa de
Gallo, recibe la llamada espiritual: tiene la vocación de “amar a Jesús y
hacerlo amar”, ella también quiere ser Religiosa Carmelita contemplativa y así
se lo comunica a su padre. Éste le dice
que es aún muy joven, pero convence tanto a su padre como a su tío y van a
hablar con el Obispo, que acepta. El
superior del Carmelo no puede permitírselo a pesar de su insistencia. Tiene que esperar a tener, al menos, 16 ó 17 años.
Estando de viaje por Italia, el 20
de noviembre de 1887, tiene la oportunidad de conocer al Papa León XIII con
ocasión del Jubileo. La peregrinación a
Roma de la diócesis de Lisieux es recibida en audiencia por el Santo
Padre. No está permitido hablarle al
Pontífice, pero Teresita ante él llorando se abraza a sus rodillas suplicándole
que la deje ingresar en el Convento. El
Papa le responde que obedezca a sus superiores, ella le contesta que “Si Usted lo dice, todo el mundo lo acatará”, el
Papa le responde: “ingresarás en el Convento si Dios así lo quiere”. Al cumplir
15 años y 3 meses se hace realidad su sueño: ingresa en el noviciado el 9 de abril
de 1888.
El 8 de septiembre de 1890, fiesta de la Natividad de la Virgen María, Teresita
profesa como religiosa y recibe el nombre de Teresa del Niño Jesús y de la
Santa Faz. En el convento sigue las líneas trazadas por la Madre Fundadora,
Santa Teresa de Jesús, y cumple con alegría y vocación de servicio las tareas
que le encomiendan; entre ellas, es maestra de Novicias.
Una nueva tristeza inundará su corazón. Su padre, que había estado siendo
cuidado por su hija Celina, al agravar su enfermedad, es ingresado en el
Sanatorio de El Buen Salvador de Caen, hospital para enfermos mentales. D. Luis Martín fallece el 29 de julio de
1894. Poco tiempo después, su hermana Celina entra también en el Convento
recibiendo el nombre de sor Genoveva de la Santa Faz.
La muerte de D. Luis motiva a Teresita para seguir llevando una vida de
oración y santidad. Quiere poner su vida al servicio del Amor.[14] Quiere llevar el Amor a los que
desconocen a Jesús, quiere ser Misionera. La madre superiora le pide que acompañe en sus
oraciones a dos misioneros, al Padre Roulland y al Padre Belliére, hecho que
hace crecer su vocación misionera.
Teresa empieza a escribir sus recuerdos (Historia del Alma) a petición de
su hermana Paulina (Sor Inés de Jesús) en enero de 1895. Escribe un primer cuadernillo de unas 80
páginas que le entrega al año siguiente con ocasión de su cumpleaños. Es el
recuerdo de su infancia. A partir de
este momento seguirá escribiendo la historia de su vida que continuará en el
transcurso de su enfermedad. Entre sus
obras se conservan cartas, poemas, y
otros manuscritos.
El 3 de abril de 1896 sufre la primera manifestación de una larga
enfermedad que la llevaría hasta su muerte en Lisieux el 30 de septiembre de
1897. Sus últimas palabras fueron “Dios mío, te amo”. En la última carta al misionero Belliére,
había escrito: “yo no muero, entro en la
vida”.
Fue beatificada por Pío XI el 29 de abril de 1923. Dos años después, el 17 de Mayo de 1925 es
canonizada también por Pío XI en la Basílica de San Pedro en Roma. Durante la canonización el Santo Padre la
llama “La Estrella de mi Pontificado”
Ese mismo año, el 14 de diciembre es proclamada Patrona Universal de las
Misiones, junto con San Francisco Javier.
Juan Pablo II en 1997 la proclama Doctora de la Iglesia. “Doctora del Amor” es la tercera mujer
que recibe este título junto con Santa Teresa de Jesús y Santa Catalina de
Siena.
“VIVIR DE AMOR”
[…] Vivir de amor es darse sin medida,
sin reclamar salario aquí en la tierra.
Yo doy sin llevar cuentas, ¡muy segura
de que en el amor el cálculo no entra…!
Le he dado todo al Corazón divino,
pura ternura…; así, ligera voy
Sin más carga que mi única riqueza:
vivir de amor.
sin reclamar salario aquí en la tierra.
Yo doy sin llevar cuentas, ¡muy segura
de que en el amor el cálculo no entra…!
Le he dado todo al Corazón divino,
pura ternura…; así, ligera voy
Sin más carga que mi única riqueza:
vivir de amor.
Vivir de
amor es disipar el miedo
y el recuerdo de las faltas del pasado.
De mis pecados no percibo huellas,
pues el amor de Dios las ha borrado…
¡Llama divina, purgadora hoguera!,
mi morada establezco en tu fogón,
y entre tus llamas yo canto a mi gusto:
¡Vivo de amor! […]
y el recuerdo de las faltas del pasado.
De mis pecados no percibo huellas,
pues el amor de Dios las ha borrado…
¡Llama divina, purgadora hoguera!,
mi morada establezco en tu fogón,
y entre tus llamas yo canto a mi gusto:
¡Vivo de amor! […]
Referencias:
Historia de un Alma. Manuscrito de
Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz
Una Fuente de Energía. Tratado sobre la
oración de petición. P. José María de Heredia, S. J. Ed. Digital
Consejos y Recuerdos de Santa Teresita. Sor Genoveva de la Santa Faz (Celina). Ed. El
Monte Carmelo. Burgos 1953
Wikipedia. corazones.org,
catolicodejavier.org, autorescatolicos.ogr. Pedro Sergio Antonio Donoso Brandt. therese-de-lisieux.catholique.fr. Ocarm.org
María Teresa Golzarri Canales
Octubre
de 2014
[1] Si
no se indica lo contrario, las citas en cursiva son de su libro autobiográfico
“HISTORIA DE UN ALMA”
[2] San
Juan de la Cruz fue reformador de la Orden de los Carmelitas y cofundador de la
Orden de Carmelitas descalzos con Santa Teresa de Jesús
[3]
foto http://www.oremosjuntos.com
[4] Se
refiere aquí a Santa Juana de Arco
[5] Pág.
Oficial de OCARM.ORG
[6] Fotografías publicadas por CORAZONES.ORG en artículo: santos y
teología del corazón – Santa Teresita de Lisieux
Libro póstumo “Augustinus” influyente en el rigor moral de los siglos XIII y XIX
[8] Consejos y Recuerdos de Santa Teresita por
Sor Genoveva de la Santa Faz (Celina). Ed. El Monte Carmelo. Burgos 1953
Pág. 133
[9] Consejos
y Recuerdos de Santa Teresita por Sor Genoveva de la Santa Faz (Celina). Ed. El
Monte Carmelo. Burgos - 1953
Págs. 223-224
[10]
Una Fuente de Energía. Tratado sobre la oración de petición. Padre José María de Heredia. S.J. Edición
digital. Pág. 33
[11]
Una Fuente de Energía. Tratado sobre la oración de petición. Padre José María de Heredia. S.J. Edición
digital. Pág. 124
[12]
Santa Teresita
[13]
Wikipedia
[14] Influencia
de la lectura "Llama de amor viva" de S. Juan de
la Cruz/ www.autorescatolicos.or. Pedro Sergio Antonio Donoso Brandt.
[15] “Vos
habéis sido el único motivo de ms cantos en el lugar de mi peregrinación”
Traducción
de D. Miguel Ángel Moreno Cazalilla
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