lunes, 1 de junio de 2020

cáritas parroquial Gójar

SEGUIMOS AL PIE DEL CAÑÓN


       En la parroquia de Gójar, a raíz de la crisis económica del 2008 - 2009, nos organizamos rápidamente para ayudar a las familias del pueblo.



        En los primeros días de la crisis, se convocó en la parroquia a representantes de distintos grupos del pueblo para aunar fuerzas y hacer posible, con la colaboración de todos, la ayuda necesaria.


        En esta tarea, coincidimos cooperando perfectamente tanto la Parroquia como la concejalía de Asuntos Sociales del ayuntamiento de Gójar.


         En esta labor continuamos,  como Cáritas parroquial de Gójar, desde hace 10 años.


         Aprovecho, como párroco y presidente de Cáritas parroquial de Gójar, para darle las gracias a todos los voluntarios que a lo largo de estos años han trabajado en Cáritas parroquial de Gójar; también a las concejalas de asuntos sociales del Ayuntamiento de Gójar, Sunsi y Julia. A todos los que, con alimentos, dinero o trabajo, han hecho posible este trabajo. Quiero agradecer a Antonio de Zárraga, director de Cáritas parroquial de Gójar, su dedicación, así como a Olga y a los innumerables voluntarios.


       Volvemos a entrar en otra crisis económica y debemos estar, de nuevo, a la altura de las circunstancias.



        A las personas que habéis venido a Cáritas por una ayuda, quisiera deciros que desearía  que no tuvieseis que venir, pues tenéis derecho a un trabajo digno y bien remunerado, a una casa digna (que no es un piso de 60 metros), a vivir con dignidad. 

El pueblo, como comunidad, se ejercita en la oración, en la celebración de los sacramentos, en la solidaridad y procurando tener un comportamiento ético de máximos, tal como surge del Evangelio.

       Sabemos que el sistema económico genera parados; el sistema económico necesita varios millones de parados para funcionar; sin la gente que está en paro, el sistema no funcionaría. 


       Sin los parados, los salarios se dispararían, las empresas no serían competitivas; el sistema, económico es como un partido de fútbol  que necesita jugadores sentados en el banquillo. Por ello, el sistema económico debe pagarle a las personas que, estando sentadas en el banquillo y no pudiendo trabajar, una nómina, se le llame mínimo vital o de otra manera, lo apruebe el gobierno actual u otro; la cuestión es que el mínimo vital es un acto de justicia social, necesario. Hay que dar un paso más y reconocerle a los parados su gran labor y esfuerzo, pues sin estos ni las empresas serían competitivas ni la economía funcionaría. Por tanto, no estamos hablando de limosna sino de justicia; no estamos hablando de parados sino de personas y no estamos hablando de empresas rentables sino de una sociedad rentable y justa. 



      El que está parado no lo está porque él quiera sino porque lo quiere y lo necesita el sistema económico; esto es, el que fracasa no es la persona que no tiene trabajo sino el sistema económico. El mínimo vital no es más que un pequeño reconocimiento a la inmensa labor que realizan las personas que no pueden trabajar. Por ello, esperemos que los partidos políticos y los representantes municipales, autonómicos y nacionales, no lo instrumentalicen a través de chanchullos y enchufismos, y que el dinero llegue a los que lo necesitan.


        Quisiera agradecer a toda la Comunidad Parroquial su actitud solidaria; la lectura del evangelio, la celebración de los sacramentos nos ha llevado a tener un corazón que siente las dificultades ajenas como propias. Gracias a las familias que, durante la Pandemia, de diversos modos habéis cooperado con la parroquia, con cáritas, con el pueblo; estoy pensando en las numerosas personas que de diversos modos habéis ayudado, sin que lo sepa más que este cura y el director de Cáritas; quisiera agradecer a la Hermandad de la Divina Pastora de Gójar, que no sólo habéis colaborado con el dinero que cada año donáis a Cáritas, sino especialmente por los 3.000 metros de tela para la confección de mascarillas, batas, etc..., que habéis financiado y hecho llegar a gente del pueblo, centros de salud y residencias de ancianos. También habéis sido imprescindibles en este tiempo de Pandemia, pues habéis sustituido como voluntarios de Cáritas a aquellos que, por la edad, tenían que dejar de trabajar temporalmenteen Cáritas.









Una pequeña muestra del trabajo realizado






















































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