Estudio sobre la obra Tres veces
al amanecer1
Liminar
Dos
personas. Tres encuentros. El recibidor de un hotel. Un amanecer. Estos son los
elementos con los que Alessandro Baricco ha construido un experimento literario
en el que no coinciden el tiempo cronológico ni el lineal. Como dice en el
prefacio, hay un “tiempo anómalo”, pues dos personajes se encuentran
tres veces y no se reconocen; sus vidas no son paralelas en el tiempo; cada
encuentro será único y el último, y tendrá continuidad, a su vez, en el tiempo
y espacio habitados por el otro. La vida de un personaje roza una mínima parte
de la vida del otro, pero tendrá un calado fundamental para el desarrollo y
construcción de un nuevo amanecer en sus vidas respectivas.
El
vestíbulo del hotel que en cada encuentro de estos personajes se describe
aporta una sensación de mudez, angustia e inmovilidad. Sólo cuando los
personajes penetran en las estancias o habitaciones del mismo se nos descubrirá
la vida vivida, perdida o anhelada, cálida en la relación con el otro, soñada y
deseada.
Espacio
El
lugar o armazón donde se va a situar cada historia es la información útil con
la que cuenta el lector para ubicar a los personajes. La acción continuará
introduciendo nuevas descripciones, al tiempo que aquella continúe
desplazándose. El autor marca un espacio cerrado, el vestíbulo de un hotel, un
simple punto de referencia donde tienen lugar los tres encuentros de los dos
protagonistas con tres caracterizaciones negativas en gradación ascendente:
“...hotel,
de elegancia algo deslucida.” 2
“...hotel
sórdido.”3
“...hotel
deprimente...”4
La
narración se inmoviliza en el vestíbulo:
“El
vestíbulo del hotel permanecía en su inmovilidad”5
Ahí,
en el hotel, y así, con la elegancia
deslucida, sórdida o deprimente, los personajes se dan a conocer, se proyectan
el uno en el otro, o evolucionan. Cada personaje va a interiorizar su ser en
el mundo y la búsqueda de un espacio vital que dé sentido a su existencia,
que culminará en cada historia con el amanecer. Será el espacio desde el que el
hombre expresa y reclama su existencia:
“-
¿Usted no tiene habitación? […] ¿La ha incendiado?” (p.20)
El
espacio real provoca la huida a un espacio imaginario, surgiendo así un
movimiento interior de búsqueda. La vida inmóvil de los personajes conlleva,
contradictoriamente, un movimiento deseado hacia el amanecer, -lugar del alma-
donde se logra el conocimiento y el giro en la vida de la persona.
El
narrador nos cuenta una serie de hechos que suceden en el interior de los
personajes y, con mínimas descripciones, sitúa los mismos objetos (toalla,
casa, pistola, palomitas...) en el mundo sensorial de los protagonistas de las
tres historias. Es precisamente esta relación de objetos y hechos la que da
cohesión a la intrincada historia.
“Narrar y describir son dos
operaciones semejantes, pues las dos se concretan en una secuencia de palabras,
pero de objeto distinto: la narración
restituye la sucesión temporal de los hechos y la descripción representa
objetos simultáneos y yuxtapuestos en el
espacio.” (p. 124)6
El
ritmo de la historia sugiere ruido, silencio, rapidez, lentitud y movimiento. Y al mismo tiempo, los diálogos
en estilo directo o indirecto dan vivacidad a la narración.
La
descripción prefigura un movimiento de la obra, al mismo tiempo que un clima
físico y psicológico. Malraux ya señaló que “cuanto más largas son las
descripciones, menos ve el lector”.
Así, con breves frases, describe a los personajes, la luz, el hotel y el
amanecer.
Con la luz, toda una simbología en
esta obra, los personajes se encuentran a sí mismos y salen de la oscuridad de
sus vidas.
Robbe-Grillet
decía que “describir las cosas es situarse deliberadamente en el exterior,
frente a ellas[...] considerado como lo que no es el hombre”.
Guy
de Maupassant, en un prefacio a Pierre et Jean, novela corta publicada
en 1888, escribe sobre la novela en general:
“Le romancier qui transforme la
vérité constante, brutale et déplaisante, pour en tirer une aventure
exceptionnnelle et séduisante, doit, sans souci exagéré de la vraisemblance,
manipuler les événements à son gré, les préparer et les arranger pour plaire au
lecteur, l'émouvoir our l'attendrir.
[…] Les incidents sont disposés et gradués
vers le point culminant et l'effet de la fin, qui est un événement
capital et décisif, satisfaisant toutes les curiosités éveillées au début,
mettant une barrière à l'intérêt, et terminant si complètement l'histoire
racontée qu'on en désire plus savoir ce que deviendront, le lendemain, les
personnages les plus attachants.
[...]Faire vrai consiste donc à
donner l'illusion complète du vrai, suivant la logique ordinaire des faits, et
non à les transcrire servilement dans le pêle-mêle de leur succession.[...]
Chacun de nous se fait donc simplement une illusion du monde, illusion
poétique, sentimentale, yoyeuse, mélancolique, sale ou lugubre suivant sa
nature. Et l'écrivain n'a d'autre mission que de
reproduire fidèlement cette illusion avec tous les procédés d'arts qu'il a
appris et dont il peut disposer.”7
La relación con el mundo
La
descripción nos obliga a contemplar la realidad o nos sugiere algo más de lo
que parece que muestra. Las imágenes que se suceden en la descripción nos
revelan lo misterioso, lo oculto y lo no visible; es lo cotidiano trascendido y
lo invisible revelado. El hombre huye del mundo. Es esta evolución la que hace
que los personajes se conozcan a sí mismos.
A través del espacio, el relato da
cuenta de una involución en la humanidad, reflejada en los personajes de Tres
veces al amanecer.
Lo cerrado llegara a ser abierto.
La oscuridad se tornará luz.
El vestíbulo se ampliará a casa.
Lo impersonal se mudará a personal.
La luz artificial romperá en un
amanecer.
Brillará la luz natural.
De la penumbra surgirá la luz y
el conocimiento.
La maldad en el joven será luz fría y
perderá el color para siempre.
Reconstruir la casa será “poner de
nuevo las cosas en su sitio”, restañar las heridas y reorientar la propia vida.
El Amanecer será la “luz apropiada
para regresar a casa”, pues “no hay mejor luz para sentirse
uno limpio” 8
Tiempo
Implica
sucesión y movimiento. Para que se entienda toda la historia en su integridad,
hemos de atender al tiempo desarrollado en los tres relatos, pues la totalidad
ha de ser aprehendida en la individualidad de cada relato, cuyos personajes
conforman un tiempo intrincado y evolucionan desde el otro.
Es
este “tiempo anómalo” el recurso estilístico más original de Tres veces al
amanecer. El tiempo es un recurso necesario, una condición, un tema en sí
mismo. Se entrelazan el tiempo narrativo y el tiempo existencial. Un tiempo
mensurable y un tiempo que no se puede asir con los dedos de la mano. Cada
duración temporal se superpone a la siguiente y se antepone a la anterior.
El
tiempo de un personaje se integra en el del otro. Contarlo todo sería imposible
y con ligeros rasgos y referencias temporales, implícitas o explícitas,
aprehendemos el tiempo profundo de la existencia humana y llenamos los
instantes cotidianos e insignificantes que dan plenitud a nuestra existencia.
El
tiempo anómalo llega así a ser el tiempo integrado del que sabemos por saltos
bruscos, aceleramientos, ralentizaciones, confesiones del pasado, comienzos “in
medias res”.
Los
actos de los personajes y el desarrollo de la acción son símbolos o la
preconsciencia de lo que son; la llegada del amanecer será la plena luz de la
conciencia en la que todo hombre (cualquiera de los personajes) alcanza el
conocimiento del mundo y de lo que es él mismo: será el descubrimiento
reflexivo de su propia existencia ante sí mismo, ante el otro, en el mundo.
La
historia de ambos personajes o de cualquier ser humano, no la conocemos en
orden cronológico, sino por fragmentos mostrados en cada relato. No hay sino un
mosaico temporal que aprendemos a construir con la lectura de Tres veces al
amanecer. Se van entretejiendo algunos sucesos que muestran lo vivido de
los personajes a través de la prolepsis y de la analepsis.
Hay
prolepsis en toda evocación por anticipación de un hecho o acción ulterior al
momento de la historia en que se halla, como por ejemplo en la conversación que
mantienen los protagonistas en el vestíbulo del hotel:
“¿Usted no tiene
habitación?...¿La ha incendiado?”.
Conoceremos que al hombre se le incendió la casa más adelante.
Hay
analepsis en toda evocación posterior de una acción anterior a ese momento.
“Ella,
tiempo atrás, tenía un niño y se acordaba con claridad de cómo le invadía la angustia...Analizaba
dónde poder dejar al niño.”
Sabremos que tiempo atrás, cuando
tenía 16 años quedó embarazada y tuvo un hijo.
Los
personajes se realizan en el tiempo, que les conducirá desde la oscuridad,
asumiendo la sombra, hacia la luz del amanecer, hacia el yo profundo que ha
sido capaz de construir su propia casa, destruida, arruinada o incendiada en el
pasado.
Él,
prisionero de su propia vida (su casa incendiada cuando tenía trece años),
inmovilizado ante el espectáculo del fuego (tercer relato), seguirá inmóvil
ante el discurrir de la vida (pierde el autobús en el segundo relato) y
paralizado en un sillón en el vestíbulo del hotel (primer relato).
Ella,
prisionera de su vida (novia de un joven mayor en el segundo relato),
encarcelada en su propio pasado (primer relato), madre de un hijo del que no
sabe dónde se encuentra, o del pasado evocado
con un hombre con el que pudo ser feliz (tercer relato), prisionera del
presente que le hace desnudarse física y psicológicamente ante un hombre que va
a suicidarse (primer relato).
Es
el tiempo el que ilumina la ficción, y la escritura detendrá el tiempo
en provecho del tiempo existencial de los personajes; y los personajes medirán
el tiempo de acuerdo con sus vivencia, experiencias...
Él tiene 42 años, ha pasado 13 años
en la cárcel y lleva viviendo en el hotel 16 años, sin familia, sin casa.
El
tiempo de la escritura es difícil de precisar, pero con los datos
objetivos y detallados en el texto, situamos la acción en la época actual en un
periodo que abarca casi 60 años, aproximadamente. Es la vida del ser humano
en evolución desde la adolescencia hasta la época de madurez, periodo de tiempo en que comenzará una nueva etapa con
capacidad para afrontar el futuro, ya inmerso en un amanecer espiritual,
desde donde arranca el hombre nuevo, el ser interior.
Si
ella comienza la evolución desde los 16 años, con un hijo en el vientre, él
arrancará desde otro momento crucial: la muerte de sus padres y la destrucción
de su casa, con 13 años.
Si
ella completa su ciclo con 56 años, llevando a un muchacho a una casa digna, a
un nuevo camino, él completará el suyo ayudando a una joven de 16 años a
comenzar de nuevo.
Él
y ella, en la mitad de sus vidas (42 años), habrán subido a la habitación del
hotel, se habrán despojado del vestido o de la chaqueta, se habrán desnudado
existencialmente, el uno al otro, y desnudos, seguirán caminos distintos para
cruzarse de nuevo con la esperanza de un amanecer.
Basta un instante para que la luz de
la conciencia ilumine interiormente al hombre y a la mujer.
Ahora,
el lector opera con el pasado, el presente y el futuro y recrea su propia
existencia vital.
Un
recurso muy importante que utiliza Alessandro Baricco es la repetición de algún
elemento de una historia en otra, lo que confiere a la novela total una estructura
de rompecabezas en el que se van
ensamblando momentos, historias, objetos, vidas... La novela, como la vida, es
compleja:
“La repetición de un motivo,
personaje, objeto, frase, constituye un procedimiento de composición rico en
posibilidades”9
Así, los elementos que se repetirán
en las distintas historias son los siguientes:
–
Toallas:
“Dijo
que no había toallas en la habitación”.10
“¿Utiliza
usted las toallas?”11
–
Ojos, refiriéndose
siempre al personaje femenino en las tres historias:
“Sólo en ese momento se fijó en sus
ojos, que eran claros pero grises, como de lobo: y comprendió dónde empezaba su
belleza[...] El hombre se quedó mirándola -aquellos ojos- pero al final volvió
a mirar por la ventana...”12
“Ella
era una chiquilla, y vestirse de mujer hacía que pareciera aún más joven. [...]el carmín de los labios
y las marcadas sombras alrededor
de los ojos -ojos claros pero grises: como de loba.”13
“Entonces
el hombre se la leería en los ojos y de nuevo pensaría otra vez hasta qué
punto era ella única, y hermosa, e irrepetible.”14
La
obra tiene una red de correspondencias o llamadas de atención, entre los tres relatos que, seleccionados y
ordenados, nos dan idea de la unidad orgánica.
– Oscuridad: “En
el exterior reinaba la oscuridad que precede al amanecer”.15 O este otro texto que apunta
directamente a Jung, “Vivir sin él iba a ser para siempre, su ocupación
fundamental, y que, a partir de ese momento, para ella las cosas tendrían
en cada ocasión una sombra, una sombra más, hasta en la oscuridad, o tal vez
sobre todo en la oscuridad.”16
–
Amanecer: “Hay
que ir con cuidado, porque la luz en la que se habita de joven será la luz en
la que se va a vivir para siempre.”17
“Sabemos hacia dónde nos dirigimos. Siempre recto hacia el mar.”18 Será este amanecer como un lugar hermoso, el más hermoso del
mundo:“La luz, allí al fondo. Se llama amanecer, es luz, amanecer.”19
–
Sabemos
que él se llama Malcolm Webster y ella, Pearson; estos nombres
aparecerán una sola vez, pero será suficiente para reconocerlos en las tres
historias.
Podemos,
pues, afirmar con Bourneuf y Ouellet que
“la estructura descansa en la explotación sistemática de las
correspondencias internas entre los diferentes elementos que la integran”20
Reconstruir la casa
Por
otro lado, apreciamos en cada relato que las relaciones interpersonales surgen
desde el vestíbulo, rota la vida de cada personaje y destruida su casa. Pero
también en cada relato se busca una luz, un amanecer, un cambio, que vendrá
cuando se reestructure la casa, la vida personal; sucede así en el último
relato, cuando en esa búsqueda del mar y de la luz, los personajes desayunarán
en el interior de una casa, en la que se describen, mínimamente, la cocina, el
salón, la alcoba, la mesa, el sofá,... y se descubra “la misteriosa
permanencia de las cosas en la corriente nunca quieta de la vida”.21
Será desde Jung desde donde se
comprenderá todo esto:
“El ser humano, como parte, no
comprende el todo. Se encuentra sometido a él... El amor es su luz y su
tiniebla, cuyo final no alcanza a ver”
En
nuestra sociedad, la educación que se da a los jóvenes es una educación basada
en contenidos en aras de un éxito social
o profesional. Posee un carácter propedéutico
y es válida para la primera mitad de la vida, que culmina hacia los 40
años en una persona.
La
segunda mitad comienza, aproximadamente, alrededor de los 40 años, y termina
con la muerte, y la estructura vital o existencial es marcadamente distinta. En
esta etapa, el pasado se acumula sobre las espaldas del ser humano, con toda
una cantidad de pensamientos y acciones reprimidos, asumidos o no asumidos,
aceptados o rechazados, ocultados. Es la sombra, definida por Jung como personalidad
encubierta:
“La
sombra es esa personalidad encubierta, reprimida, en su mayor parte v inferior
y culpable, que por sus últimos ramales penetra
hasta el reino de los antepasados
animales y abarca así todo el aspecto histórico del inconsciente[...]Si
hasta aquí se consideraba la sombra humana como la fuente de todos los males,
en adelante una investigación más exacta permite descubrir que el hombre
inconsciente, incluida la sombra, no consiste sólo en tendencias moralmente
censurables, sino también muestra una serie de buenas cualidades: instintos
normales, reacciones adecuadas, percepciones fieles a la realidad, impulsos
creadores, y otras”. 22
Será
necesario un autoconocimiento profundo para continuar viviendo, y para que cada
día, en esta nueva etapa, sea un nuevo día, un nuevo amanecer.
Es
en esa edad, la de 42 años, en la que se encuentran los dos protagonistas en el
primer relato. Han superado la medianía de edad y suben a la habitación del
hotel. Ambos se desnudan de un ropaje que los ahoga, que viene a significar la
carga pesada que han acumulado en la primera mitad de sus vidas, o las fases
críticas por las que han atravesado desde la infancia: arde la casa cuando
tenía trece años y ve morir a sus padres, embarazo a los 16 años y cambio de
vida...
Cuando
el cuerpo de ella muestra su desnudez y se mete en la cama, no hay erotismo;
cuando él se desprende de la chaqueta y se la da a ella para que se tape, no
hay deseo de conquista o seducción. En un caso y otro es el alma desnuda, la
que se manifiesta y muestra todo lo reprimido y todas las angustias
existenciales que ha sufrido hasta ahora. Un cuerpo y otro, desnudos, hacen un
ejercicio íntimo y consciente de reconstrucción de la casa destruida, esto es,
de la propia vida. Hombre y mujer, cuerpo a cuerpo, dos almas que buscan al ser
interior con el que afrontar un nuevo amanecer, un cambio de rumbo, con
elevación hacia lo eterno.
Ella
“miraba aquella casa y pensaba en la misteriosa permanencia de las cosas en
la corriente nunca quieta de la vida” y “pensaba en la misteriosa
permanencia del amor”, expresado
todo en aquellos “ojos claros”, ojos claros que buscan la belleza de las
cosas y la salvación del alma.
“Gli
occhi mie' vaghi delle cose belle,
e l'alma insieme della sua salute,
non
hanno altra virtute
c'ascenda
al ciel, che mirar tutte quelle.
Dalle
più alte stelle
discende
uno splendore,
che'l
desir tira a quelle;
e
qui si chiama amore.
Né
altro ha il gentil core,
che
l'innamori e arda, e che 'l consigli,
c'un volto che negli occhi lor somigli.”23
1Baricco,A., Tres veces al
amanecer, Anagrama, Barcelona, 2013 (2ªedición). Traducción: Xavier González
Rovira.
2Íbidem, pág.. 15.
3Íbidem, pág.. 46.
4Íbidem, pág.. 73.
5íbidem, pág.. 16.
6 BOUNEUF, R. y OUELLET, R, La
novela. Ariel, Barcelona (4ª edición) 1985.
7 MAUPASSANT, G.: Pierre et
Jean. Petits Clasiques Larousse, 2008. (pp. 25-28).
El novelista que transforma la verdad constante, fea
y desagradable para desarrollar en ella una aventura excepcional y atractiva,
debe, sin preocupación exagerada de certeza, manipular los acontecimientos a su
agrado, prepararlos y disponerlos para que gusten al lector, emocionarlo o
conmoverlo. [....]
Los incidentes son dispuestos y graduados hacia el
punto culminante y efecto final que es un acontecimiento capital y decisivo,
que satisface todas las curiosidades suscitadas al principio, poniendo una
barrera al interés, y terminando tan completamente la historia contada que se
desea saber más sobre lo que sucederá al día siguiente a los personajes que más
han emocionado. [...]
“Narrar la verdad consiste en dar la ilusión completa
de lo verdadero, según la lógica ordinaria de los hechos y no en transcribirlos
servilmente en le mescolanza de su sucesión.[...] Cada uno de nosotros se hace
una ilusión del mundo, una ilusión poética, sentimental, gozosa, melancólica,
sucia o lúgubre, de acuerdo con su natural. Y el escritor tiene como misión
reproducir fielmente esta ilusión”.
8Baricco,A., Tres veces al
amanecer, Anagrama, Barcelona, 2013 (2ªedición). Traducción: Xavier González Rovira.
Pág. 59.
9 BOUNEUF, R. y OUELLET, R, La
novela. Ariel, Barcelona (4ª edición) 1985. Pág. 75.
10Baricco,A., Tres veces al
amanecer, Anagrama, Barcelona, 2013 (2ªedición). Traducción: Xavier González
Rovira. Pág. 46.
11Íbidem, pág.. 24.
12Íbidem, pág.. 39.
13Íbidem, pág.. 45.
14Íbidem, pág.. 96.
15Íbidem, pág.. 16.
16Íbidem, pág.. 38.
17Íbidem, pág.. 55.
18Íbidem, pág.. 90.
19Íbidem, pág.. 95.
20 BOUNEUF, R. y
OUELLET, R, La novela. Ariel, Barcelona (4ª edición) 1985. Pág. 79
21Baricco,A., Tres veces al
amanecer, Anagrama, Barcelona, 2013 (2ªedición). Traducción: Xavier González
Rovira. Pág. 100
22 JUNG, C. G., Aion. Contribución a los símbolos del
sí-mismo. Paidós, Barcelona, 2007. (p. 279-280)
23 Buonarroti, M. Á, Le rime (XCIV)
“Se perecen mis ojos por las
cosas bellas,
y mi alma, por su salvación
ansiosa
no se eleva al cielo sino
al contemplar aquellas
cosas.
De las más altas estrellas
baja a la tierra un
resplandor,
que inspira el anhelo de
llegar a ellas;
y que se llama amor.
Ninguna otra cosa hay para el
corazón noble,
que lo enamore y lo haga arder
y le aconseje,
como un rostro cuyos ojos sean
cual aquellas estrellas.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario