LUZ DEL DOMINGO
Domingo, 22 de
febrero de 2015
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA
CICLO B
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA
CICLO B
Primera lectura: Génesis 9,
8-15
Salmo responsorial: Salmo 24
Segunda lectura: 1 Pedro 3, 18-22
Salmo responsorial: Salmo 24
Segunda lectura: 1 Pedro 3, 18-22
EVANGELIO
Marcos 1, 12-15
Marcos 1, 12-15
12Inmediatamente el Espíritu lo
empujó al desierto. 13Estuvo en el desierto cuarenta días,
tentado por Satanás; estaba entre las fieras y los ángeles le prestaban
servicio.
14Cuando
entregaron a Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar la buena noticia
de parte de Dios. 15Decía:
-Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de
Dios. Enmendaos y tened fe en esta buena noticia.
COMENTARIOS
I
SATANÁS EN PERSONA
Es curioso observar cómo el evangelista Marcos
no cuenta en qué consistió la tentación que Satanás tendió a Jesús en el desierto;
se limita a decir que, tras el Bautismo, "el Espíritu de Dios lo empujó al
desierto. Se quedó allí cuarenta días y Satanás lo ponía a prueba; estaba con
las fieras y los ángeles le servían". A partir de este momento, Satanás
desaparece de la escena evangélica, y quienes tientan a Jesús son siempre
hombres de carne y hueso, en concreto los fariseos y, en una ocasión, Pedro.
Por parte de los fariseos,
representantes cualificados de la ideología de la sinagoga, Jesús sufrió una
triple prueba o tentación. Veámoslo.
Primera prueba: ¿Es Dios de todos o sólo
de los judíos?
Jesús representaba la imagen de un Dios
que amaba a todos los hombres, pertenecieran o no al pueblo judío. Por eso dio
a comer pan y pescado dos veces, una entre judíos y otra entre paganos (Mc 6 y
8). La segunda vez "salieron los fariseos -que no aceptaban la imagen de
un Dios así-y se pusieron a discutir con él; para ponerlo a prueba le pidieron
una señal que viniera del cielo", o lo que es igual, un milagro aparatoso
que probara que Dios confirmaba el modo de actuar de Jesús, universalista y
abierto. Pero Jesús se negó a hacer más señales de las ya hechas.
Con el doble reparto de panes y peces
quedaba suficientemente probado que Dios amaba por igual a judíos y paganos. A
buen entendedor, pocas palabras. Jesús no cayó en la tentación.
Segunda prueba: ¿Hombre y mujer son
iguales?
El Maestro Nazareno consideraba que
hombre y mujer son seres situados al mismo nivel de igualdad; nada legitimaba
las relaciones de dominación de éste sobre aquella. Bien lo sabían los fariseos
que, a pesar de ello, "se le acercaron y le preguntaron para ponerlo a
prueba: ¿le está permitido a un hombre repudiar a su mujer?" (Mc 10,2ss).
Se planteaba con esta pregunta la legitimidad del ejercicio del derecho del
hombre a divorciarse, no de la mujer -pues ésta no podía solicitar el divorcio
en Israel.
Responder esta pregunta en uno u otro
sentido suponía aceptar una injusticia de base: la situación de una sociedad
donde la mujer no tenía los mismos derechos que el marido. Jesús no acepta este
planteamiento y por eso responde: Si Moisés permitió que el hombre despidiera a
la mujer fue "por lo incorregibles que sois... Pero al principio del mundo
Dios los hizo varón y hembra... Luego lo que Dios ha unido que no lo separe el
hombre". Afirmando la indisolubilidad del matrimonio, Jesús trata de
defender a la mujer indefensa ante la frecuente arbitrariedad del marido que la
podía despedir por cualquier motivo, condenándola a la mendicación, al no poder
trabajar fuera de casa y serle difícil contraer nuevas nupcias. Jesús no cayó
en la tentación.
Tercera prueba: ¿Quién manda: Dios o el
César?
"Le enviaron unos fariseos
partidarios de Herodes para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le
preguntaron: ¿Está permitido pagar tributo al César o no?" (Mc 12,l3ss).Y
Jesús respondió:
"Devolved al César lo que es del César y
a Dios, lo que es de Dios". Tanto el César como los fariseos habían
ocupado el puesto de Dios y oprimían al pueblo. Una autoridad así no es
competente y hay que romper con ella. Todo poder que oprime no tiene el
respaldo divino, sea civil o religioso. Jesús no cayó en la tentación.
Tres pruebas, pero una única tentación:
la de dividir el mundo en bloques antagónicos: judíos-paganos, hombre-mujer,
Dios-César. Los fariseos -y cuantos por cualquier motivo hacen nacer la
división entre los hombres- son Satanás en persona.
II
TAMPOCO A ÉL LE RESULTÓ FÁCIL
No es raro escuchar cuando se habla de Jesús, de su entrega y de su
fidelidad a la misión que el Padre le encomendó que «es que él era el Hijo de
Dios». Es comprensible que busquemos alguna justificación al experimentar
nuestras limitaciones. Pero lo cierto es que Jesús no jugó con ventaja: tampoco
a él le resultó fácil
EL COMPROMISO DEL BAUTISMO
En el comentario correspondiente a la fiesta
del Bautismo del Señor (núm. 26), que se celebra unas cuantas semanas antes de
este primer domingo de Cuaresma, decimos que, al recibir el bautismo, Jesús se
comprometió a dar su vida por la felicidad de los hombres. Ese comentario
termina con esta pregunta: «Recibir el bautismo cristiano es asumir el
compromiso de seguir los pasos de Jesús. ¿Se parece mucho nuestro compromiso
bautismal, nuestro compromiso cristiano, al compromiso de Jesús?» Quizá alguno
se sienta inclinado a responder como decíamos anteriormente: «Pero es que Jesús
era el Hijo de Dios.»
Marcos, el evangelista, parece que tiene en su
mente esta objeción y nos la responde antes de empezar a contarnos de qué modo
Jesús llevó a cabo su misión con toda fidelidad.
Jesús venció las mismas dificultades que debe
superar cualquiera de sus seguidores. Es cierto que, para ello, contó con la
fuerza del Espíritu de Dios y gozó de la ayuda de los ángeles; pero
esto no es un privilegio, pues, como se verá a lo largo de todo el evangelio,
todos los que se decidan a vivir como él vivió y asuman el compromiso de gastar
la vida por la felicidad de los hombres podrán contar con tal fuerza y con la
misma ayuda.
LAS TENTACIONES
Marcos no nos cuenta una por una las tentaciones
que sufre Jesús, como hacen Mateo y Lucas, indicándonos así que no se trata de
hechos aislados que sucedieron una vez y que no se volvieron a repetir más.
Este relato, colocado al comienzo del evangelio, nos presenta el marco general
en el que se habría de desarrollar toda la actividad pública de Jesús, las
circunstancias que van a acompañar permanentemente la realización su misión
mesiánica: «Estuvo en el desierto cuarenta días, tentado por Satanás...»
Su actividad será un proceso de liberación (cuarenta días
en el desierto, como los cuarenta años del pueblo de Israel) que llevará a un
nuevo modo de vivir en libertad (a una nueva tierra prometida). Pero durante
ese tiempo tendrá que luchar contra la tentación del poder simbolizado
en Satanás. La tentación no se le presentará en forma de duda personal, como
atracción que pudiera ejercer el poder en el mismo Jesús; serán otras personas
las que intentarán desviarlo de la práctica del servicio y de la entrega de la
propia vida y lo invitarán a elegir el camino del triunfo y de la
conquista del poder para, una vez instalado, instaurar desde él el
reino de Dios. Como ejemplo de esta tentación podríamos citar
el episodio que cuenta el mismo evangelio de Marcos (8,31-33), cuando Jesús
llamó «Satanás» a Pedro por protestar porque el camino de Jesús conducía a lo
que él consideraba un fracaso, la muerte, e intentar desviarlo en dirección a
la conquista del poder para, desde él, hacer triunfar el reino de Dios (véase
el comentario número 49, correspondiente al domingo vigésimo cuarto del tiempo
ordinario).
FIERAS Y ANGELES
Estuvo en el desierto cuarenta días, tentado por Satanás; estaba entre las
fieras y los ángeles le prestaban servicio.
Pedro reaccionó así cuando Jesús anunció
que el Mesías tenía que ser «rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y
letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días». Este conflicto es lo que
Marcos anuncia cuando dice que Jesús pasó cuarenta días rodeado de
fieras: que Jesús sufrirá durante toda su actividad la amenaza de
personas que intentarán acabar con su vida. Así sucedió desde el
principio (véase Mc 3,6) hasta que, al final, lo mataron.
Cierto que en esa lucha por mantener con
firmeza el compromiso de amor hasta la muerte que asumió en su bautismo, Jesús
no se va a encontrar solo: habrá hombres y mujeres que, actuando de acuerdo con
lo que Dios quiere (ésos son los ángeles, mensajeros de Dios;
Juan Bautista acaba de ser llamado ángel/mensajero de Dios; véase Mc 1,2) le
ayudarán («le prestaban servicio») a llevar a buen término su camino.
Nuestra vida, como cristianos, debe ser también proceso de liberación
personal y un compromiso con la liberación de todos los hombres y los pueblos
oprimidos y explotados. Cierto, esa tarea no es fácil. Y encontraremos muchos
obstáculos: nos intentarán sobornar ofreciéndonos el éxito, el poder o la
riqueza para nosotros solos (incluso nos pueden llegar a decir
que si logramos ocupar un puesto importante podremos influir más eficazmente en
la sociedad), o nos amenazarán diciéndonos que nuestra actitud es ilegal o
subversiva y que nos estamos arriesgando a ser juzgados y condenados por
ello... No será fácil, por supuesto, pero podremos llegar al final como Jesús
si, como él, nos abrimos a la acción del Espíritu y si actuamos unidos -ángeles unos
para con los otros- con todos los que intentan organizar este mundo de acuerdo
con lo que Dios quiere. Será duro, pero tampoco a él le resultó fácil. Y, al
final, valdrá la pena.
III
vv.
12-13 Inmediatamente el
Espíritu lo empujó al desierto. Estuvo en el desierto cuarenta días, tentado
por Satanás; estaba entre las fieras y los ángeles le prestaban servicio.
El Espíritu, fuerza de vida y amor, empuja a
Jesús al desierto, figura de la sociedad judía, en la que
Jesús, por no compartir sus valores, se va a encontrar aislado. Toda la vida
pública de Jesús (40 días, cf los 40 años del éxodo de Israel) va a ser camino
(1,2) hacia la tierra prometida, la plenitud gloriosa (cf. 9,2-3).
Durante su actividad se le presentará repetidamente la tentación del poder
dominador (Satanas; cf. 1,24.34.37; 3, 1ls; 8,11.32s;
10,2; 11,9s; 12,15); él mismo vivirá entre poderes hostiles, enemigos de su
mensaje, que acabarán por darle muerte (las fieras, cf. Dn 7)
y tendrá colaboradores en su labor (los ángeles; cf. 1,2.4,
donde Juan Bautista se identifica con el mensajero / ángel anunciado).
v. 14 Después que entregaron a
Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar la buena noticia de parte de
Dios.
Jesús llega detrás de Juan (1,7), una vez terminada
por la violencia de ciertos agentes la misión de éste. Se sitúa en la provincia
del norte, Galilea, alejada del centro religioso y político del país y abierta
al mundo pagano. Se presenta como profeta, transmitiendo de parte de Dios «la
buena noticia».
v. 15 Decía: “Se ha cumplido el
plazo, está cerca el reinado de Dios. Enmendaos y tened fe en esta buena
noticia”.
Al existir el Hombre en su plenitud, Jesús,
comprometido por amor a los hombres a llevar su misión salvadora hasta la
muerte, se ha producido el cambio de época y comienza la etapa definitiva de
la historia (se ha cumplido el plazo); lo anterior queda
superado de modo irreversible.
La buena noticia (cf. 1,1) anuncia que se abre la posibilidad de una
sociedad nueva y justa, digna del hombre, la alternativa que Dios propone a la
humanidad (aspecto social del reinado de Dios, la nueva tierra prometida);
exige como condición de parte del hombre la renuncia a la injusticia (punto de
partida) (enmendaos) y la confianza en que esa meta (punto de
llegada) puede alcanzarse (tened fe).
IV
La primera lectura, Génesis 9, contiene la «alianza de Dios con Noé». La
alianza famosa, la más importante, será la alianza con Abraham... La Alianza
con Noé pertenece a un segundo plano de “la economía de la salvación”. ¡Nunca
más habrá diluvio para destruir la tierra!, le asegura Dios a Noé (Gn 9,11). Y
esta promesa va acompañada de un memorial: el arco iris, señal del nuevo pacto
entre Dios y la humanidad.
¡El miedo al
“diluvio” ha sido quebrado! Ahora tenemos una nueva alianza a partir de una
alternativa de vida para todos los seres vivientes. El arca que ha abrigado a
la familia se transforma en una gran casa acogedora de la vida, en donde el
cuidado con los animales se destaca de una manera especial (Gn 9,1-7). Es la
casa de la vida que coloca al ser humano en comunión con la tierra, con la
naturaleza, con el cosmos.
El río
Jordán, el desierto, y la Galilea son como un mismo “hilo conductor” de un
desplazamiento fundamental que da inicio al evangelio de Marcos. Ahí percibimos
el movimiento del reino de Dios que nos invita a movilizarnos en búsqueda de
nuestros propios “lugares del Reino” donde se concreten y desarrollen nuestras
opciones por la vida, por la dignificación de las personas y de las comunidades.
El río
Jordán evoca grandes y significativos hechos de la historia de Israel. El más
importante, sin duda, cuando Josué y el grupo del desierto atraviesan el río
para entrar en la tierra prometida (Jos 3-4). Relato de los orígenes de aquel
proyecto de vida igualitaria revelado por Dios a los esclavos fugitivos de
Egipto. A partir de esta memoria primordial, Juan el Bautista convoca al pueblo
alrededor de una nueva esperanza mesiánica. Allí también acude Jesús,
procurando “las aguas de Juan”.
El desierto
es la mediación muy frecuente de discernimiento, formación y maduración en el
proyecto de Dios. Jesús es llevado por el Espíritu al desierto, lugar por
excelencia donde Israel aprendió a ser pueblo. Sujeto y proyecto anudados
alrededor de la memoria del éxodo dando inicio al evangelio de Jesús.
Galilea es
el lugar donde Jesús concreta su opción de humanidad y de humanización. Esta
geografía es para Jesús el espacio vital del Reino. Es un mar, una tierra y un
pueblo abierto a las naciones del entorno. Las fronteras se “cruzan” dando
lugar a la inclusión de lo diverso en múltiples “misturas”. Favorabilidad donde
madura e irrumpe el kairós del reino de Dios.
El paso del
Jordán al desierto, plantea la articulación de movimientos mesiánicos
proféticos que tienen en esos lugares, sus fuentes de inspiración y de
organización. La confrontación con Satanás, como principio cósmico del mal que
Marcos lo vincula con la enfermedad, la marginación y la muerte de los pobres,
será para Jesús la definición de su vida por la ruta del reino de Dios. El
desierto deja de ser lugar de prueba y penitencia según la tradición judía,
para convertirse en lugar de aprendizaje definitivo en la confrontación y el
desequilibrio. El Espíritu de Dios lleva a Jesús hasta la memoria fundacional
de Israel, donde, venciendo a Satán, la vida se torna en fidelidad hacia Dios y
hacia lo humano.
El
simbolismo de los “cuarenta” tiene que ver con el trauma del nuevo nacimiento.
Los poderes de la historia se hallan enfrentados: Jesús como principio de la
humanidad liberada desde Dios, y Satanás, que es signo y causa de la muerte en
el mundo. Nos hallamos frente al relato de un nuevo origen. Marcos re-escribe
la historia, llevándonos del agua del bautismo a la re-construcción de la
humanidad, para decirnos que Jesús está ahí apostando por una opción de vida,
dignidad y felicidad humana. Pero Jesús no asume el combate solitario. Está
junto con los animales y los ángeles como evocando un nuevo paraíso. El
servicio angélico comunica esperanza y porta salvación. Al retomar el “paraíso”
para re-iniciar el camino de lo humano, Jesús cuenta con fuerzas naturales y
angelicales (la tierra y el cielo) favorables. Jesús se encuentra entre la
tentación satánica y el servicio angélico. Es el dilema que permanentemente enfrentaremos.
Marcos ha evocado estos poderes como en un espejo para que podamos mirarnos en
ellos. Nos ha dicho lo que es tentar y servir, nos ha arraigado en la “historia
original”. Ya en la historia concreta esos actores sobrenaturales desaparecen y
es cuando Jesús nos enseña a servir, sirviendo a su comunidad discipular.
Obviamente,
los cuarenta días del desierto no desaparecen. Duran todo el evangelio, toda la
vida. Son paradigma de la contradicción y el desequilibrio que permanentemente
atraviesan la historia. En la trama de la vida humana se ha venido a introducir
y decidir la trama de pecado y esperanza de todos los vivientes (incluidos los
animales, los ángeles y los diablos).
En
definitiva, la liturgia nos presenta este evangelio del comienzo del ministerio
de Jesús, por paralelo con el comienzo de la cuaresma. La Cuaresma es la vida
humana...
Para la
revisión de vida
Acaba
de comenzar la Cuaresma. ¿Qué va a significar para mí? Tal vez puedo darle un
significado personal, diferente, el que yo quisiera que tuviera… Tengo espacio
para la originalidad y creatividad. ¿Qué voy a hacer?
Para la
reunión de grupo
Si el
evangelio no hubiera afirmado taxativamente que Jesús sufrió tentaciones,
muchos cristianos hubieran dicho que él no podría haberlas experimentado, por
ser simultáneamente Dios. Pero una persona humana que no pueda sentir
tentaciones, ¿sería realmente humana? ¿Qué implicaciones tiene esto para
nuestra comprensión de la humanidad de Jesús?
Marcos no
explicita cuáles fueron las tentaciones que experimentó Jesús. Otros
evangelistas nos las señalan de un modo arquetípico. Recordemos cuáles fueron y
qué significación tienen fundamentalmente.
En la
situación actual de nuestro Continente, y del mundo, ¿cuáles podríamos decir
que son las tres más grandes tentaciones con las que se encuentra todo ser
humano y todo cristiano?
El evangelio
de Marcos que hoy proclamamos incluye el "primer sermón de Jesús", su
primera predicación, o, si queremos, lo que fue de algún modo su
"manifiesto", su "proclama", que resume de algún modo todo
lo que será su mensaje. Es un texto muy sintético y muy preciso el que nos
presenta Marcos. Comentemos el significado de los cuatro elementos que contiene
esa "proclama de Jesús".
Si la
alianza con Abraham abarca por derecho a las tres religiones monoteístas
(judaísmo, cristianismo e Islam), la alianza hecha por Dios con Noé abarca tal
vez a la humanidad de todas las religiones y a la naturaleza misma... Si Dios
es Dios, y si Dios es uno, ¿qué significan para nosotros, cristianos, las
diversas religiones? Si el tema del pluralismo y del diálogo religioso está
siendo actualmente uno de los temas más cultivados por los teólogos, ¿qué
información estamos teniendo sobre ello? ¿Quién, cómo, cuando... nos puede
informar?
Tomar el
artículo de Lynn White (loc. cit.) y examinar su desafío sobre el cristianismo
como la religión más antropocéntrica del mundo.
¿Cuál es el
año que la ciencia actual está entreviendo que será el año «de no retorno» en
la evolución del calentamiento climático, el año a partir del cual parece que
“se nos va a escapar de las manos” ese calentamiento, incidiendo en unos bucles
de retorno y de realimentación por los que entrarán en una espiral de
calentamiento autoalimentado ante el que no podremos ya hacer nada. Hace tiempo
se dijo que sería 2050, luego se dijo que 2030, 2020... pero hay observadores
que ponen una fecha anterior... ¿Y qué pensar religiosa y teológicamente si
fuese que estamos ante la posibilidad real de una catástrofe apocalíptica, sin
ninguna concesión a la retórica ni a la literatura?
Para la
oración de los fieles
Por la
comunidad de creyentes en Jesús, para que, en medio del desierto de la vida,
sea capaz de animar la esperanza de las personas en conseguir la plena
liberación. Oremos.
Por toda la comunidad
humana, para que en medio de sus egoísmos, injusticias e insolidaridades sepa
escuchar y poner en marcha los mensajes de liberación que se siguen
pronunciando en nuestro mundo. Oremos.
Por los que
sufren en su carne el azote del hambre, el paro, la violencia, la injusticia,
la explotación, para que renazca su esperanza al encontrar personas que les
apoyen y luchen por sus derechos. Oremos.
Por los
creyentes, para que nuestra condición de bautizados nos haga vivir una nueva
forma de vida, como hijos de un Dios de Vida y de vivos. Oremos.
Por nuestra
comunidad, para que se esfuerce en construir una sociedad cada día más fraterna
y esperanzada. Oremos.
Oración
comunitaria
Dios,
Padre nuestro: al comenzar esta Cuaresma te pedimos nos ayudes a empeñarnos en
una auténtica conversión de nuestros corazones y nuestra vida personal y
comunitaria, a la vez que nos esforzamos por transformar nuestra familia,
nuestra sociedad, el mundo. Nosotros te lo pedimos en el nombre de Jesús, tu
Hijo, nuestro hermano.
Estos comentarios están
tomados de diversos libros, editados por Ediciones El Almendro de Córdoba, a
saber:
- Jesús Peláez: La otra lectura de los Evangelios, I y II. Ediciones El Almendro, Córdoba.
- Rafael García Avilés: Llamados a ser libres. No la ley, sino el hombre. Ciclo A,B,C. Ediciones El Almendro, Córdoba.
- Juan Mateos y Fernando Camacho: Marcos. Texto y comentario. Ediciones El Almendro.
- Juan. Texto y comentario. Ediciones El Almendro. Más información sobre estos libros en www.elalmendro.org
- El evangelio de Mateo. Lectura comentada. Ediciones Cristiandad, Madrid.
Acompaña siempre otro comentario tomado de la Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica: Diario bíblico
- Jesús Peláez: La otra lectura de los Evangelios, I y II. Ediciones El Almendro, Córdoba.
- Rafael García Avilés: Llamados a ser libres. No la ley, sino el hombre. Ciclo A,B,C. Ediciones El Almendro, Córdoba.
- Juan Mateos y Fernando Camacho: Marcos. Texto y comentario. Ediciones El Almendro.
- Juan. Texto y comentario. Ediciones El Almendro. Más información sobre estos libros en www.elalmendro.org
- El evangelio de Mateo. Lectura comentada. Ediciones Cristiandad, Madrid.
Acompaña siempre otro comentario tomado de la Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica: Diario bíblico
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