Xavier Zubiri |
El poder de lo real; Leyendo a Zubiri
Diego Gracia
José Antonio Espejo Zamora
Cada día somos bombardeados con miles
de estímulos.
Desde que somos niños, a
través del sistema educativo y de los medios de comunicación, somos requeridos
a tener un pensamiento común o mejor, único; al mismo tiempo, desde el sistema
educativo, se nos insiste en que tenemos que ser críticos; pero, curiosamente,
esta actitud crítica debe conducir a pensar como piensa el “Estado”; quien dice
Estado dice Lobby/s; en paralelo, los medios de comunicación reivindican la
libertad de expresión como un derecho fundamental, sobre todo si se termina
pensando y compartiendo la opinión que los dueños de los Medios lanzan con su
poder y su dinero. Esto es así hasta tal punto, que si se cuestionan los
mensajes lanzados desde sus plataformas, inmediatamente lanzan otro mensaje: la
libertad de expresión está siendo atacada. ¿Cómo puede ser atacada la libertad
de expresión en el ejercicio de la misma libertad de expresión cuando
ciudadanos, sin poder y sin dinero no se creen, no asimilan la opinión
dominante y dominadora lanzada por los dueños de los medios?
Libro sobre el pensamiento de Zubiri. |
¡Cuidado con pensar de
forma distinta a la “mayoría”! Incluso la disidencia está diseñada, contando
también ellos, los más “progres”, con sus medios de comunicación.
Zubiri, Julian Marías,
María Zambrano etc… tuvieron que ejercer su trabajo “al margen” del “Estado”,
de los medios de comunicación. Es cierto que la dictadura de Franco los
marginó, les prohibió el ejercicio de su profesión en lo que habría sido su
ámbito: la Universidad.
Puesto que estamos en
“democracia”, cabría pensar que hoy, si estos viviesen, ejercerían su labor en
el ámbito universitario. Sin embargo, están muertos. Pero sus ideas, su
pensamiento filosófico no está muerto.
Cabe afirmar que cuando
el Estado los expulsó del ámbito universitario los lanzó al que realmente era
su espacio: LA VIDA precaria, contingente, difícil, expatriada…; hoy podríamos
pensar que sus ideas, en la democracia superadora de la dictadura franquista,
habrían ocupado el puesto que merecían; se les hizo algunos homenajes, incluso
alguna película, (película realmente de baja calidad), ¿pero sus pensamientos
han sido puestos en el candelero? Pienso que no.
Cada día tenemos que
soportar opiniones, poco formadas, mal formuladas por los políticos, que además
se erigen en valedores de la ética. Política y deportes. Si flaquean en la
argumentación, entonces es convocado algún intelectual, de estos que han
triunfado en la vida universitaria y editorial; qué curioso, también han
recibido muchos premios; qué curioso, a veces algunos de ellos han ejercido la
política.
En mi opinión hay que
buscar las voces de aquellos que en la marginalidad del sistema elaboraron un
pensamiento propio, bien elaborado, complejo por su profundidad. El motivo de
que me interese ese pensamiento no es su marginalidad, es más, ninguno de ellos
buscaba ni estar ni dejar de estar integrado en el sistema, no buscaron la
marginalidad; su valor intelectual los colocó en el centro del pensamiento pero
no de la sociedad; me atrae el que no buscasen el enchufe, tan de moda siempre,
el que prefirieran la fidelidad en la búsqueda de lo verdadero antes que los premios
con los que son agasajados y reconocidos los que son fieles al sistema. Ellos
no se detienen en la politiquilla, cutre, rastrera, no sólo de los políticos,
sino de todos aquellos que en aquella época, de la dictadura buscaban colocarse
o en ésta de la “Democracia” buscan el enchufe y los premios que reciben aquéllos
que son “fieles”.
Que nadie se asuste ni
con miedo mire para otro lado, vaya a ser que el que manda te vea leyendo a
Zubiri, o a Julián Marías o a Zambrano; ellos no entran en los bajos fondos del
poder; ellos entran a fondo en la vida, en el pensamiento, hablan de otras
cosas, por ejemplo, de Dios. Pues curiosamente, estos tres que he nombrado,
piensan que Dios existe. Podría haber nombrado a más.
Diego Gracia, en este
libro sobre Zubiri: El poder de lo real.
Leyendo a Zubiri, afirma en el capítulo 11 (El problema del fundamento)
folio 405:
“Este es el punto esencial en el pensamiento
de Zubiri. El fundamento es realidad trascendental, y en tanto que
trascendental, realidad personal. Y eso es lo que llamamos Dios. De donde
resulta que la experiencia del fundamento es experiencia de la realidad
personal, de Dios, no experiencia de lo sagrado, que sería sólo el sentido
consecutivo a la realidad de Dios…”
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