Parroquia sierra nevada: Huétor Tájar

HOMILÍA

QUINARIO EN HONOR DE

NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

HUÉTOR TÁJAR

Santa Isabel Huétor Tájar

Torreón Huétor Tájar

Nosotros nos sentimos cristianos, seguimos a Jesús de Nazaret; nuestra práctica religiosa y nuestra fe sencilla hace que, de forma natural, nuestra fe en Jesús sea una realidad.

Nazareno Huétor Tájar

En esta celebración, quisiera no sólo valorar la sencillez de la fe en Jesús, sino que conviene también plantearnos, con seriedad y profundidad, el ser cristianos hoy.

Huétor Tájar

Muchos de vosotros os habéis formado intelectualmente con ahínco para realizar vuestra vida profesional, habéis realizado distintos estudios, y muchos, al menos, hicisteis el bachiller.

Parroquia Huétor Tájar

Fiestas Huétor Tájar

También hay que tomarse con esa misma seriedad la formación para ser cristiano, ya que la fe en Jesús y nuestra pertenencia a la Iglesia Católica condiciona nuestra vida personal y social. ¿Por qué seguir siendo cristiano en el siglo XXI? Permitidme profundizar, con seriedad, en la respuesta a esta pregunta, para que la fe sencilla que vi nacer en mí cuando era niño, entre vosotros, sea una fe iluminada por la razón. Benedicto XVI, en su discurso en la Universidad de Rábena, afirmó cómo el Evangelio está ligado a la razón, a la experiencia griega.

Fiestas Huétor Tájar Nazareno

Para ello, deberíamos analizar estos tres elementos:

-Hoy: ¿dónde estamos?

-Ser Hombre: ser una persona creyente ¿Qué hay en nosotros que posibilita la creencia, y el seguir a Jesús?

-Ser cristiano.

Cuadro ´Huétor Tájar

El HOY: ¿En qué momento histórico estamos? A este Hoy de nuestra historia podríamos responder desde distintos ángulos, permitidme centrar la respuesta en pocos aspectos, y sin embargo, los más importantes, que hacen que nuestro Hoy sea un momento de profundos cambios; para entender estos cambios tendríamos que volvernos al tiempo en el que estudiamos filosofía en el bachiller y para los que hicisteis el bachiller de ciencias, tendríamos que recordar un poco la asignatura de física. Para los que hicisteis el bachiller recientemente, ya visteis los cambios que ha introducido la física cuántica.

Parroquia Huétor Tájar

Con Descartes nació la modernidad, con Kant se afianzó y con Hegel llegó a la cumbre; de todo ese proceso que se llamó modernidad surgió una forma de comprender el mundo y al hombre como algo mecanicista; de esa modernidad nacieron los materialismos que llevaron a algunos a afirmar que Dios es una creación del hombre incapaz de hacer frente a su vida, proyectando en una figura creada por el ser humano "Dios" aquello que realmente era el hombre; así, Dios sería realmente el hombre idealizado. Kant se va a apoyar en la matemática y en la física de Newton para desarrollar su pensamiento, por ser estas dos ciencias las que habrían alcanzado un conocimiento cierto de la realidad. Con la física cuántica, ésta de Newton queda en entredicho, el mismo concepto de tiempo queda transformado y las certezas sobre las que ha descansado la física en estos últimos 400 años se habrían venido abajo, dando paso a una concepción del mundo y del hombre totalmente distinta. Así, el pensador Jordi Pigem, en su libro La nueva realidad, del economicismo a la ciencia cuántica, afirma: "Todo está cambiando. Ser humano nunca ha sido fácil. Y menos ahora. El horizonte que venía guiando a las sociedades modernas se resquebraja por los cuatros costados. De cada uno de esos cuatro lados aparece, inesperadamente un jinete que cabalga amenazador. Esos cuatro jinetes rompen el espejismo de la racionalidad moderna y las certezas que lo acompañaban (...) hace ya un siglo la física cuántica empezó a abrir paso a una nueva forma de entender la realidad que todavía no hemos sabido asimilar". Las sociedades modernas se han roto, la modernidad ha quedado destruida con la segunda Guerra Mundial; recordemos el libro de Bauman "Modernidad y Holocausto", o los análisis expuestos por Hannah Arendt en su obra "El origen de los totalitarismos". Bauman va a afirmar en su obra La sociedad sitiada cómo el estado-nación sufre un doble acoso: el de la globalización y el de la biodiversidad; ambas corroen las fronteras que la modernidad había considerado sólidas. El cambio profundo que se está realizando actualmente es abordado igualmente por el argentino Fernando Peirone en su libro Mundo extenso, ensayo sobre la mutación política global. Después de todo este repaso podemos concluir que el mundo que se ha venido abajo no ha sido el del cristianismo, sino precisamente ese mundo que despreció la fe, que veía incompresible el que una persona pudiese entrar en contacto con Dios a través de la oración; que ese encuentro aconteciese en el interior de la persona en un diálogo de amor, como han descrito perfectamente los místicos San Juan de la Cruz o Santa Teresa. Y es que el Ser hombre equivale a estar abierto a una relación con Dios; aquí ya nos introducimos en el segundo elemento, podríamos seguir con lo que estos doctores de la Iglesia nos han enseñado; sin embargo, quisiera apelar a ese mundo intelectual que, sin recurrir a la fe, se han topado, al hacer un análisis de la mente humana con esa apertura estructural que posibilita la relación con Dios; algunos, erróneamente, han identificado mente y cerebro; a este propósito, afirma el pensador catalán Pigem en su obra anteriormente citada, siguiendo a Francisco Varela "la mente no está en la cabeza", sino que emerge a través de la interacción con el conjunto del cuerpo y el mundo. Tampoco está en ninguna otra parte, porque no es un objeto..." Será el médico-psiquiatra Jung, quien al analizar el inconsciente, detecte en su estructura esa apertura que hace posible esa comunicación con lo transcendente (consciente/ inconsciente: la sombra, anima-animus, imago Dei).

Huétor Tájar

Por tanto, ser cristiano hoy es realizarse personalmente desde lo más profundo del ser; entrar en relación con Dios en un diálogo transformador que nos lleva a una alegría nacida desde el interior; ese nacimiento del hombre nuevo hará posible, a través de su comportamiento ético, surgir también una tierra nueva, como nos indica el Apocalipsis, y como expone el Papa Francisco en su primera encíclica.

Inmaculada Huétor Tájar

Cuando la modernidad estaba en su momento álgido, los franceses sacaron en procesión a la diosa razón, haciendo del hombre un ser mecánico, y a Dios un relojero (deísmo); de este modo tener acta de ciudadano se convirtió en el objetivo de cualquier hombre, mientras que ser por el bautismo hijo de Dios se consideró secundario, o despreciable; andando el tiempo hemos descubierto que las cartas de ciudadanía se les niega a los inmigrantes, mientras que el reconocimiento del otro como hijo de Dios, inmigrante o no, no se le niega a nadie; nadie tiene potestad para negarle la filiación divina a otro hombre. Así pues, cuando desde el materialismo nacido de la modernidad se nos decía "no creas en Dios", se nos estaba negando una parte de nosotros mismos, se nos estaba invitando a convertirnos en unos inválidos; pues no desarrollar la dimensión espiritual equivale a negar parte de las posibilidades de uno mismo.