lunes, 29 de octubre de 2012

Adoración Nocturna Granada, Gójar.

 
Granada
 
ADORACIÓN NOCTURNA GRANADA
JOSE MARÍA ZAMORA FERNÁNDEZ DE AGUILAR
          Esta nueva etiqueta, donde se van a ir colocando reflexiones teológicas, comienza con dos elementos: la oración y la tierra.
 
 
 Iglesias Granada, La Magdalena, La virgen de Gracia
 
 
          La oración, tantas veces olvidada en el ámbito teológico, pues la teología, al igual que en el pasado la filosofía, pensó que para realizar el discurso teológico, como buenos seguidores de kant, tenía que parecerse a las ciencias positivas. Tanto la teología como la filosofía intentan o intentaban reducir todo a conceptos y partiendo de ahí, construir un discurso; al reducir la realidad del mundo, del hombre y de Dios a conceptos,  los teólogos y filósofos conseguían parecerse al científico en su laboratorio,  cumpliendo de esta manera con la orientación kantiana. Esta orientación, con el tiempo, con la historia, se ha descubierto menos fértil de lo previsto y aunque en filosofía hace tiempo que ya se habla de otros elementos importantes para su campo de reflexión (recordemos a Heidegger y María Zambrano con el tema de la poesía, o a Ortega con el yo y sus circunstancias), en teología muchos aún están anclados en el laboratorio kantiano. La oración para la teología sería mucho más que la poesía para la filosofía. En definitiva, la teología en el siglo XXI comienza por la Oración.
 
 
  Esta asociación se implantó en las parroquias de Granada

 
          Si desde el punto de vista de Heidegger el poeta otea el horizonte, a la espera de la manifestación del Ser, qué menos que el teólogo ore y espere a la manifestación de Dios; Si el Ser no puede reducirse a un concepto, menos puede reducirse Dios. Aquí está la cuestión: ¿Cómo hablar del Ser, de Dios? ¿Con la poesía? ¿Con la liturgia? ¿Con la acción, que naciendo del encuentro con Dios, se resuelve en actos de amor, hacia uno mismo, hacia los demás y hacia Dios, que sería la expresión y concreción de la poesía filosófica en la Ética? Queda mucho trabajo por hacer para el s. XXI; después de desmoronarse la modernidad, hay que continuar, sin despreciar lo mejor de tiempos pasados, como es el mundo científico, avanzar en la reflexión teológica y filosófica, teniendo en cuenta a poetas y a místicos. Uno de los elementos que aportan la poesía y la mística frente a la filosofía y teología de la modernidad, es que mientras en el laboratorio conceptual de teólogos y filósofos era muy importante la palabra "DOMINIO" (sólo conozco el concepto y éste porque es dominado por mi mente;de esta forma, el mundo se reduce a la mente humana, a lo controlable y dominable y este dominio se tradujo históricamente  en las dos grandes guerras, en el secularismo, en el colonialismo, en  los totalitarismos, como nos indica Hannah Arendt, etc...), la nueva teología y filosofía cambian el dominio por la ESPERA, que no domina etc...
 
 
Alpujarra
 
          La tierra, esto es, la patria chica, que en primer término es donde uno vive y muere es más, es donde uno recibe la vida: física, psíquica y espiritual. Si nos preguntamos por teólogos granadinos reponderíamos que José María Castillo, Estrada, Azpitarte, etc...; sin embargo, yo me voy a centrar en un hombre del s. XIX que, aunque fue editor, no se dedicó a las grandes reflexiones teológicas, sino que constituyó una asociación con más de 215.000 personas que en toda España se dedicaban a orar; asociación que más tarde se convirtió en la Adoración Nocturna. Sobre la base de esta organización creada por don José María Zamora Fernández, Luis de Trelles crearía la Adoración Nocturna. Y aunque este último fue el que creó la asociación de laicos dedicados a la oración, el iniciador, el que la extendió por todo el país desde Granada fue don José María Zamora. Este granadino consiguió, en una época nada fácil, que miles de personas se pusiesen a la espera de Dios, que entablasen un diálogo con el Señor, diálogo que aún hoy, a través de la Adoración al Santísimo, se perpetúa en España. 
 
JOSÉ MARÍA ZAMORA FERNÁNDEZ DE AGUILAR
 
          Luis Morell Terry en su disurso pronunciado en la V Asamblea Eucarística Nacional celebrada en Granada en el año 1913 relata brevemente la biografía de don José María Zamora: "Permitidme, señores, que recabe para Granada el puesto de honor que de castellana justicia le corresponde en el renacimiento eucarístico español. Todas las obras que traten de este consolador renacimiento, adjudican una primacía que debe envanecernos, a aquella humilde y escogida Asociación espiritual del Culto continuo al Santísimo Sacramento, que aquí tuvo su cuna, merced al fervoroso celo de aquel varón meritísimo D. José María Zamora.



 D. José Zamora Fernández
 
 
 
            Don José María Zamora nació en Granada el 3 de agosto de 1817. La religión le impulsó a alistarse en la guerras carlistas, ascendido a oficial por el propio rey don Carlos. Tras estos acontecimientos militares fue librero e impresor, "prestando valiosos servicios a la literatura granadina, editando la Historia de Lafuente Alcántara, y obras de Zorrilla, Jiménez Serrano, Enriqueta Lozano (...) fundó el periódico religioso la Alhambra, en el que colaboraron Creus, Simonet, Eguílaz, Castro y Serrano, etc... Como socio de las Conferencias de San Vicente de Paul, fundó varias y presidió las de San Gil, teniendo siempre a su cargo la visista de los pobres del Sacro-Monte, donde donó casa y costeó escuelas para niños de aquel apartado barrio.

          Su obra predilecta fué el Culto Continuo, que fundó en el año de 1854 y que enriquecido por Pío IX y bendecido por los obispos de España, llegó a contar con 216.000 asociados y dos millones y medio de comuniones anuales.

          Murió el día de la Ascensión del Señor el 22 de mayo de 1868, a los 51 años de edad, según lo había deseado y pedido en su enfermedad, a los pocos momentos de escribir con mano moribunda una carta (...) de despedida a sus hijos:

                   <A mis hijos. -Quiero que jamás dejéis de confesar, al menos una vez al mes: quisiera que fuese cada quince días con confesor uno y sabio y virtuoso y siempre el mismo. Esto os salvará aquí de muchos trabajos por la tranquilidad y os conducirá al cielo. A vuestra madre no dadla disgustos y a vuestros hermanos tratadlos como Dios manda. -Sed humildes, humildes y humildes siempre, aunque venga la mendicidad. Mirad en estos malos renglones la voluntad de un padre moribundo- día más o menos, pasado el día de la Ascensión, día solemne, y quiero dejaros esta triste memoria en día tan grande. -La Santísima Virgen os bendiga; no dejéis su devoción, y tampoco dejéis de hacer actos de contrición día y noche, como os lo enseñó vuestro afligido padre cuando os acostaba y levantaba>. José María Zamora"


 

1 comentario:

  1. Pues bien que te encontré.....es interesante la entrada.....y bueno te invito a pasar por el mio....

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