jueves, 25 de octubre de 2012

Halloween o el carnaval de noviembre. Día de difuntos.

Halloween o el carnaval de noviembre.
 
Día de difuntos
 
Cementerio Alpujarra
 
 
           En estas fechas, en Roma, si uno recorre las iglesias y topa con una protestante, sobre todo, si es de origen norteamericano, va a encontrar folletos donde aparece una fotografía de alguien disfrazado de muerto, pero de un muerto degradado, esto es, medio podrido, en el que te invitan a una fiesta, la fiesta de Halloween, fiestas organizadas por las iglesias protestantes.
 
 
 
 Alpujarra
 
          A los ojos de un norteamericano, esta fiesta debe tener un significado que a mí se me escapa.
 
          Para los ojos, para la mente, de un hombre del sur de Europa, para una persona del Mediterráneo, esto se llama carnaval, carnaval en noviembre.
 
 
 Cementerio de Collioure
 
          Este carnaval de noviembre lo organizan tres instituciones: El Corte Inglés y sucedáneos, Ayuntamientos y Colegios. Lo del Corte Inglés y sucedáneos se entiende; lo de los  otros es más complejo entenderlo, ¿o no? Quizás no tengan otra cosa que enseñar los colegios, o no tengan otra cosa en qué trabajar los ayuntamientos; quizás sea ésta la época en la que se mira a la escuela y uno piensa en los recortes; o mira a los ayuntamientos y se piensa en la corrupción; quizás el que ayuntamientos y colegios nos inviten a disfrazarnos de muertos, o de brujos/as, es para que, de forma simbólica, el ciudadano muestre cómo se siente ante los organismos públicos; ellos son los encargados de servir al ciudadano y no de servirse del ciudadano; en todo caso, esta crítica a lo público también es una actividad del carnaval, del carnaval del mes de febrero-marzo; pero bueno, si colegios y ayuntamientos piensan que se merecen doble ración de carnaval que lo organicen. No vamos a analizar la función de la escuela, ni la de los ayuntamientos, de la que se debería hablar con tranquilidad, lejos de ideologías de un signo o de otro; si es que existen las ideologías.
 
 Tumba de don Antonio Machado, Collioure
 
          En el Concilio de Elvira, celebrado aproximadamente en el año 300, en la Granada romana y cristiana, por cierto, 100 años antes de la invasión visigoda y 400 antes de la musulmana, se les decía a los cristianos que no siguieran con la costumbre de ir a los cementerios ni a poner velas, ni a rezar allí por los difuntos, puesto que en dicho lugar no había nada. Después de 1700 años, la gente sigue rezando y colocando "luces" en el Campo Santo; esto quiere decir, que la cultura mediterránea tiene una hondura y una profundidad que le hace mirar a las fiestas anglosajonas, propuestas por ayuntamientos y colegios, para después  reírse, puesto que las ve como algo ridículo. Y claro que es ridículo tener  carnaval en noviembre.
 
          La muerte es algo tremendo, y aunque alguien se disfrace, no por ello, ella va a dejar de visitarnos; no sé,  quizás estoy equivocado, pero me pregunto: si en la escuela se aborda el tema de la muerte, ¿no debería ser para preparar a las personas para  afrontarla, en lugar de banalizar la vida y la muerte?
 
          En este blog,vamos, en este tiempo, a publicar la visión de distintos intelectuales sobre el tema de la muerte; cuando digo intelectuales, me refiero a eso, a personas que han pensado largamente con su propia cabeza, sobre la vida y la muerte; no me estoy refiriendo a esos que se autodenominan intelectuales, y que no paran de firmar manifiestos y de salir en televisión, presumiendo de su intelectualidad, cuando en el fondo, lo que hacen es banalizar al intelecto.
 
Casa donde murió don Antonio Machado, Collioure 

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