Nietzsche:
“¡Dios
ha muerto!”.
¿Qué quiere decir el pensador alemán
con esta frase?
Son
muchos los que la han interpretado.
Me quedo, por su fiabilidad, con el
mejor amigo de Nietzsche: Franz
Overbeck.
¿Por
qué ésta me parece la explicación más plausible?
Porque
convivió con él; fue un amigo fiel; conocía de primera mano el pensamiento del
alemán; porque fue otro intelectual, capaz de comprender el discurso nietzscheano.
¿Qué dice Overbeck?
“Nietzsche
ha dicho: ¡Dios ha muerto! Esto no
significa: ¡Dios no existe, es decir, no puede existir, no existe, no
existirá y no ha existido jamás! (…) Partiendo de mi relación habitual con
Nietzsche sólo puedo decir lo siguiente: nunca tuve la impresión de que contara
con una respuesta sobre la existencia o inexistencia de Dios, pero ignoro si
alguna vez pretendió decir algo al respecto.”
(Franz
Overbeck, La vida arrebatada de Friedrich
Nietzsche, ed. errata naturae
editores, 2016, fl. 52-53).
El
pensamiento de Nietzsche, como el de todos los pensadores, corresponde a una
época determinada, a las cuestiones de su momento, aunque trate temas y dé
respuesta a cuestiones universales; éstas nunca son definitivas.
La
palabra de Nietzsche no tiene más valor que el que la realidad le dé, esto es,
debe ser sometida a la crítica como la de cualquier otro pensador. No porque el
pensador alemán lo afirme es cierto.
Nietzsche
cae en el error de pensar, como casi todos los filósofos, que su palabra es la
definitiva, no por ser la última, sino por ser la verdadera frente al resto,
aunque pudiese afirmar el filósofo en su mismo discurso que la verdad no
existe.
Algunos,
para creer en Dios, esperan que Nietzsche les dé permiso, pero Nietzsche ha muerto;
esto no quiere decir que no existió, o que no pueda existir más allá del tiempo o en el tiempo; lo que sí
es cierto es que para saber que Dios existe y creer en Él no necesitamos el
permiso de nadie.
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