La condición Obrera
"Solamente al pensar que los grandes jerarcas bolcheviques pretendían crear una clase obrera libre, y que ninguno de ellos -Trotsky seguro que no, Lenin creo que tampoco- habían puesto los pies en una fábrica y por consiguiente no tenían la menor idea de las condiciones reales que determinan la esclavitud o la libertad para los obreros, la política me parece una siniestra payasada"
"Los obreros, cuando hablan sobre su propia suerte, no hacen más que repetir las palabras de propaganda formuladas por individuos que no son de su misma condición."
"Muchas veces, cuando hay algo que un obrero no puede soportar, preferiría callarse y pedir que le paguen la cuenta (...) se comprueba que en la fábrica no se está en casa, y que en ella no se tiene carta de ciudadanía sino que se es un extranjero admitido como simple intermediario entre las máquinas y las piezas fabricadas; todos estos hechos vienen a afectar el cuerpo y el alma; bajo este impacto, la carne y el pensamiento se retraen. Es como si alguien nos repitiera minuto a minuto junto al oído: No eres nada. No cuentas para nada. Estás allí para doblegarte, sufrirlo todo y callar. Semejante repetición es casi imposible de resistir. Se llega a admitir, en lo más profundo de uno mimo, que no se es nada. Todos, o casi todos los obreros industriales tienen algo casi imperceptible en sus movimientos, en su mirada y sobre todo en el rictus de los labios que nos dicen que se los obliga a considerarse como nada".
"Cosas que desempeñan el papel de los hombres, hombres que desempeñan el papel de las cosas; es la raíz del mal"
"El tiempo ha sido largo y lo ha vivido en el exilio, en el destierro. Ha pasado el día en un lugar extraño, un rincón que no es de su casa; las máquinas y las piezas a fabricar, en cambio, sí que están en su casa y a él lo admiten para aproximar las piezas a las máquinas. Los empresarios sólo se ocupan de ellas, no de él; y otras veces -entonces es peor- se ocupan demasiado de él y poco de ellas -las piezas-; no es raro, por ejemplo, ver un taller en el cual los jefes están ocupados en fustigar a los obreros y a las obreras, vigilando que no levanten la cabeza, ni tan sólo el tiempo de intercambiar una mirada con alguien (...) nada existe tan amargo"
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