martes, 27 de febrero de 2018

terremoto poniente granadino reparación Huétor Tájar casa , templo parroquial y ermita


Terremoto, 25 diciembre 1884
Huétor Tájar
Reparación de la Iglesia y de la ermita de San Sebastián; construcción de la casa rectoral.

Huétor Tájar


      Carta de don Francisco López Huete, arcipreste de Loja a don Julio Gámez (seguramente ecónomo de la diócesis); 8 de marzo de 1885.


         “Arciprestazgo de Loja. 8 de marzo de 1885.

Sr. Don Julio Gámez.

         Muy señor mío y apreciable amigo y compañero: en vista de su muy atenta del 3, ayer sábado pasé a Huétor Tájar acompañado de un maestro de obras de esta ciudad y, practicado un detenido reconocimiento en la iglesia y sus dependencias, resulta:

        1.-Que el templo, que consta de una sola nave, es de una fábrica pésima, formado en su mayor parte de cajones de tierra y la otra de ladrillo de muy mala construcción y con poco espesor en los muros y los arcos, se encontraba, según creo, en no muy buen estado antes del 25 de diciembre, y con los terremotos se ha sentido bastante, principalmente la pared frente al altar mayor y las de la capilla principal en su parte alta, teniendo, a demás, los arcos algunas quiebras, aunque no de consideración. Aunque no amenaza ruina, el estado general del templo es malo y como es de tan mala construcción y muy pequeño para aquel pueblo, da lástima gastar mucho dinero en su reparación; por consiguiente, me parece que hay que contentarse por hoy con tapar las quiebras, poner unas tirantes de hierro en los arcos, mientras se piensa en hacerlo nuevo y más grande. La torre es nueva, se encuentra en buen estado, a pesar de haber hecho en ella disparates para colocar las campanas, y sólo una pequeña parte del tejado necesita alguna compostura.

        
       2.-La casa rectoral, que está contigua a la iglesia y que es bastante vieja, ha tenido también algunos desperfectos, pero no está muy mal del todo; sin embargo, tiene un corrimiento grande en el tejado.

       3.-La casa sacristía unida, también, a la iglesia ha sufrido más y necesita más reparación; principalmente, una pared que cae a la calle está muy mal y serian necesarios cinco o seis mil pesetas para hacerla nueva, pero esta obra sería inútil el día que se quisiera agrandar la iglesia o hacerla nueva.

         Par la total reparación de todo cree el maestro que serían necesarios unas 10.000 pesetas y si sólo se trata de reparar lo absolutamente necesario, esperando mejores tiempos para tomar otra determinación, habrá bastante con unas 5.000 pesetas. Debo advertir a V. para que lo diga al señor arzobispo, que cualquier reparación que se haga sea por persona competente, pues además de no haber allí maestros entendidos, según me ha dicho el párroco, las reformas que he visto me satisfacen poco y el poco o mucho dinero que se gaste en aquella iglesia es necesario saber gastarlo bien en lo más interesante, pero con inteligencia.

        
       En cuanto a la condesa de Montijo, no puede ver al administrador por estar fuera del pueblo; ha espantado el ánimo de dicha señora exagerándole muchísimo los daños, pues habiendo sufrido aquel pueblo muy poco y no teniendo que reedificar más que dos o tres casas de su propiedad y de poca importancia, le ha mandado este administrador un presupuesto de 50.000 pesetas y 16.000 más para la iglesia, haciéndole desconfiar, y no ha contestado nada.
         Desgraciadamente, seguimos meciéndonos y hoy ha estado el día abundante de terremotos y buenos; casi puede decirse que en todo el día no han cesado; esta mañana a las siete se sintió uno bastante grande.

         Sírvase V. saludar en mi nombre a S. E.I. y deseando no tenga novedad, sabe que siempre le aprecia mucho y queda a sus órdenes sin más a V.S. S,…

Firma: Francisco López Huete.”



















viernes, 9 de febrero de 2018

historia, la Beltraneja Capitán Enrique IV Cárdenas, Bermúdez, Cuenca, Zamora, Alhama Granada

CRISTÓBAL BERMÚDEZ, CAPITÁN DE ENRIQUE IV
El tiempo en el que los hombres, en la guerra, se ocultaban detrás de las mujeres.

“Para Walter Benjamin, el historiador que se cree portador de un método que hace de la relación con el pasado un acto reconstructivo, es aquel que supone que el pasado permanece intocado y que puede ser convocado por el gesto científico-objetivo del sujeto dedicado a comprender lo acontecido (…); para Benjamin no hay tal imagen de la historia como estructura objetiva, no hay tal permanencia del pasado con la espera de que venga a reconstruirlo objetivamente otra época que, en el presente, representa la propia del historiador. Más bien el pasado está cargado de olvidos, de sombras, de fragmentos, de pérdidas y de promesas incumplidas.” (Foster, Benjamin, una introducción, ed. Editorial Quadrata-Biblioteca Nacional, fls. 29-30, 2012).
Índice
1.-Portugal. Juana de Castilla.
2.-Castilla. Cristóbal Bermúdez.
3.-Córdoba. Mayor Sánchez de Cárdenas.
3.1.- Hijas de Cristóbal Bermúdez y de Mayor Sánchez de Cárdenas.
4.-Recapitulamos.
5.-Alburquerque – Alcántara. Pedro Barrantes Maldonado.
5.1.-Ancestros de Escolástica Pareja, mujer de Diego Ordóñez (Bermúdez) de Guadalajara.
6.-Zamora. Ancestros de Cristóbal Bermúdez y de Diego Ordóñez de Guadalajara.
7.-Cuenca.
8.-Alhama – Cuenca – Extremadura – Santo Domingo – Alhama.

1.-Portugal. Juana de Castilla.


Tarsicio de Azcona - Juana de Castilla.
El historiador Tarsicio de Azcona, en su libro Juana de Castilla, mal llamada la Beltraneja, vida de la hija de Enrique IV de Castilla y su exilio en Portugal (1462-1530), después de transcribir el testamento de doña Juana de Castilla, afirma que habría que descubrir quiénes eran los personajes que aparecen citados y beneficiados en dicho testamento:
      “Cuentas y pagos a particulares:
            Debía 2.000 doblas a la vizcondesa para su casamiento.
            Ítem 1.000 doblas al gobernador de Lisboa y a su mujer.
           Ítem 500 doblas a Isabel de Atayde para su casamiento.
           Ítem…
         …este borrador de testamento fue redactado antes de emitir su profesión religiosa, poco antes del 15 de noviembre de 1480.”[1]
         Isabel de Atayde, es el punto de arranque de esta investigación, y el hilo conductor será el marido de Isabel, Fernando Bermúdez, hijo del capitán de Enrique IV, Cristóbal Bermúdez.
         El historiador portugués Saul António Gomes será más explícito que Azcona en lo referente tanto al testamento de Juana como a Isabel de Atayde:
                   “En su último testamento, D. Juana (…) debía a la Excelente Señora para casamientos y prometimientos, especialmente a la vizcondesa, a D. Álvaro, gobernador de Lisboa, a Fernando Bermúdez, que dará en casamiento a Isabel de Atáide”[2]
Fernando Bermúdez, casado con Isabel de Ataide, sirviendo al rey portugués participará en la conquista de las Indias Orientales a las órdenes de Francisco de Almeida; Fernando irá acompañado de su pariente Diego Ordóñez de Guadalajara, o como se le llamará en otras ocasiones Diego Bermúdez de Guadalajara:
“Era hijo de Cristóbal Bermúdez que tomó partido por la Beltraneja, lo que lo obligó, después de la victoria de Isabel, la Católica, a refugiarse en Portugal. Este caballero de origen castellano recibió, conjuntamente con su mujer, doña Isabel de Ataide la protección de la Excelente Señora, en 1490; él era miembro de la guardia de Juan II. Era padre de Cristóbal Fernando Bermúdez, que viajó hasta el Oriente juntamente con su pariente Diego Bermúdez Guadalajara que fue alcalde de Cananor.”[3]
Este Diego Bermúdez Guadalajara alcalde Mayor de Cananor y pariente de Fernando Bermúdez, es vecino y natural de Alburquerque (Badajoz). En el libro “Descubridores do Brasil: exploradores do Atlântico e constructores do Estado da India, Sociedade histórica da independencia de Portugal, 2000, pp. 246-247, en el año de 1506, cuenta cómo Pedro Fernandes Tinoco viaja a la India para informar de lo que sucede allí al rey portugués Manuel I y en las cartas que le envía le indica que Francisco de Almeida protege especialmente a Fernâo Bermudez y a Diogo Bermudez Guadalajara.
D. Afonso V - Saul António Gomes
         Diego Ordóñez (Bermúdez) de Guadalajara, será el suegro de Pedro Barrantes Maldonado, historiador, militar y noble del pueblo de Alcántara; más tarde volveremos sobre estos dos extremeños.
         Vamos buscando aclarar quién fue y de qué linaje formaba parte el capitán de Enrique IV Cristóbal Bermúdez; en España todo es silencio respecto a este tema; el mismo olvido en el que quisieron enterrar a Juana de Castilla; de hecho, tan sólo los descendientes directos del capitán Bermúdez lo mantendrá en la memoria; hermanos y parientes lo ignorarán; es necesario que sea así si quieren prosperar en la España de Isabel la Católica.
         El historiador portugués Damiâo de Goes, en su obra La Chronica do serenissimo príncipe D. Joâo, en el folio 225, relata la guerra de Isabel y Fernando contra los portugueses y la Beltraneja, levantando acta de los capitanes que acompañan al obispo de Évora, entre ellos a Cristovao Bermúdez, al que denomina Senhor de Telhes, esto es, Señor de Téllez. El que sea Damiâo de Goes quien se refiera a Cristóbal Bermúdez como Señor de Téllez, da veracidad al dato, pues Damiâo fue un humanista discípulo de Erasmo de Róterdam, el cual fue nombrado en 1548 Gran Guardián de la Torre do Tombo, y encargado de los Archivos Reales. Así mismo, volverá a ser nombrado con el título de Señor de Téllez en el libro “A ambiçao d’um re”, volumen 1, seccâo editorial 1904, autor Eduardo de Noronha, p. 466.
2.- Castilla. Cristóbal Bermúdez.


La Conquista del Trono. Luis Suarez Fernández.
         Como hemos constatado en los documentos portugueses Cristóbal fue defensor de Juana de Castilla (Beltraneja) hasta ser degollado por orden de los Reyes Católicos, reyes de Sicilia.
         Sobre las actuaciones más polémicas de Cristóbal Bermúdez como capitán de Enrique IV, aludimos a la ocupación de Canales y Perales; se dirá que fue la causa por la que se le degolló, aunque claramente el motivo fue el apoyo incondicional a Juana de Castilla (Beltraneja). Para abordar este tema vamos a seguir el artículo de Eloy Benito Ruano publicado en Anuario de estudios medievales, Barcelona 1965, Canales y Perales, un episodio en las rebeldías del Arzobispo Carrillo.
         Ruano nos dice que:
“Éste, capitán Bermúdez, aparece reiteradamente citado en las fuentes de aquellos años como uno de los más fieles y eficaces servidores de Enrique IV. Ajeno, al parecer, a cualquier significación política que no fuese el específico servicio real, le hallamos en 1470 en misiones de guarnición y patrullaje de la ciudad y tierra de Toledo”.
Enrique IV - Luis Suarez
La mayoría de las crónicas que nos han llegado, justifican el que fuese ajusticiado en Lobón Cristóbal Bermúdez por orden de los reyes católicos; esto no es de extrañar, pues todos estos cronistas fueron auténticos hombres serviles de la reina de Sicilia, como gustaba llamar Juana de Castilla a su tía Isabel.
Toledo, según Eloy, se encontraba sufriendo las malas obras del Arzobispo Carrillo, en defensa de los ciudadanos, acudió a Toledo, por orden de Enrique IV, el capitán Bermúdez; así, entre el magnífico aparato crítico que aporta el historiador Ruano, se encuentra un documento, cuyo original se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Toledo, Caja 5, legajo 6, número 3:
El Rey. Mi asistente, alcaldes, alguacil, regidores, cavalleros, jurados, escuderos, oficiales e omes buenos de la muy noble çidad de Toledo. Yo he sabido que vosotros estais quexosos de Christoval Bermúdez, mi capitán, y por quél agora va allá sobre algunas cosas conplideras a mi servicio, e como sabeis yo tengo cargo dél grande, por los muchos e buenos e leales servicios quél me ha fecho e faze de cada día, e si alguna cosa contra esa çibdad ha fecho ha seydo a más no poder, por sostener aquella fortaleza por mi mandado e por mi servicio, por lo qual, allende de le favoresçer e mirar por él, si en tiempo estuviese le faría merçedes. Por ende, yo vos ruego e mando, si servicio e placer me deseáis fazer, que todos vos conformedes con él e lo tratedes como a criado e servidor mío, non curando de repetir las cosas pasadas, en lo qual crehed mucho placer e señalado servicio me farsis. De (en blanco) Yo el Rey. Por mandado del Rey, Johan de Ouiedo”.
                  Queda claro que las actuaciones de Bermúdez no son por iniciativa propia, sino que siempre se realizaron en cumplimiento de las órdenes del Rey. En el caso de la Fortaleza de Canales, debemos citar otro documento que, al igual que el anterior queda manifiesta la obediencia a la que se debía el capitán de Enrique IV:
“El Rey. Conçejo, asistente, alcaldes, alguacil, regidores, cavalleros e escuderos de la noble çibdad de Toledo. Amigos: Ya sabeis como Christobal Bermúdez, mi capitán, tiene la fortaleza de Canales para la defensa e guarda desa tierra, en lo qual yo soy muy servido, el qual ha menester para provisión e basteçimiento de la dicha fortaleza cierto pan, trigo e çevada e otras cosas. Por que vos mando que sin otra dilaçion alguna, si placer y servicio me descais hacer, que juntos en vuestro ayuntamiento fagays repartir por los lugares e juridiçion desa dicha çibdad trezientas fanegas de trigo e quatroçientas fanegas de cevada, e que las fagades poner dentro en la fortaleza de Canales, las quales el dicho Christobal Bermudez os pagará a los precios razonables, segund que por las comarcas vale. Esto vos ruego e mando fagades, porque cunple mucho a mi servicio. De (en blanco) días de (en blanco) año (en blanco). Yo el Rey. Por mandado del rey, Johan de Ouiedo.” (Archivo ayuntamiento de Toledo, caja 5, legajo 6, número 1; tomado y transcrito por Eloy Benito Ruano).
Óscar Villaroel González, La construcción de una ilegitimidad
         En otro documento del mismo archivo toledano y también aportado por Eloy, Enrique IV pide al cabildo de la ciudad de Toledo que guarden la absolución obtenida por Cristóbal Bermúdez de sus acciones en Canales:
“El Rey (…). Yo escribo al deán e cabildo de la Santa Iglesia desa dicha çibdad de Toledo sobre las absoluçiones de Christóbal Bermúdez e de los otros que por mi mandado fueron en tomar el castillo de Canales por cuidar los escándalos que de allí se seguían, send veréis por mi carta e por otro mandamiento que aparte yo envío al dicho mi asistente. E porque algunos de los parciales al arçobispo de Toledo, con alguna falsa color, e a fin que mi servicio no segundase, por aventura impedirían en alguna manera de no obtemperar nin guardar los mandamientos apostólicos en esta parte, yo vos ruego y mando, si servicio y placer me descais fazer, en esta parte vos conformedes todos juntamente a los fazer guardar, en manera que, pues justamente el dicho Christóbal Bermúdez e los otros son absueltos, por vosotros él e los contenidos en la dicha absolución sean favoresçidos en esa dicha çibdad, mediante las çensuras del juez que las diernió, en lo que señalado placer e servicio fareys. Segovia, a XXVI días de abril de LXXIII. Yo el Rey. Por mandado del rey, Johan de Ouiedo”. (Caja 5, legajo 6, número 1).
         Queda claro que las actuaciones de Cristóbal Bermúdez respondían a las órdenes recibidas por parte del rey Enrique IV. En la medida en que nos adentramos en la investigación, aún se hace más interesante y desconcertante; es muy conocida la reacción, casi histriónica, del cardenal Carrillo al enterarse de que su fortaleza había sido ocupada por Bermúdez; así, el prelado toledano convoca al ejército de sus aliados, que, junto al propio, se dirigen a la reconquista de Canales; para ello, como estrategia rodean el castillo y lo someten a un asedio que duró muchos días. Imaginemos la escena con la retórica de Pedro Guillén Segovia, biógrafo del cardenal, el cual lo publica en su obra Libro de los consonantes o de la Gaya ciencia, escrito hoy digitalizado y conservado en la Biblioteca Nacional:
                   “…luego hizo cabalgar, el arzobispo, a Fernando de Ribadeneira, caballero muy esforzado de su casa, con cincuenta lanzas, muy en punto, el cual amaneció cerca de Canales y se aposentó a media legua de la fortaleza con el fin de que no se pudiesen abastecer; y luego mando llamar de su casa a cumplimiento de quinientas lanzas, y envió decir al virtuoso y esforzado caballero Gómez Manrique, su primo y mayordomo mayor de su casa (…) Luego en continente con algunos de esos caballeros de Toledo se fue a aposentar a una aldea cercana y el capitán Gómez Manrique se quedó en el sitio, e puso luego otras dos estampas mucho más cercanas a la fortaleza, (…) Y porque el Arzobispo fue avisado que el Rey, que a la sason estaba en la villa de Madrid, estimulado por Cristóbal Bermúdez su capitán que aunque excomulgado, estaba en su corte, para que le ayudasen a socorrer la dicha fortaleza, para lo cual a gran prisa todos mamaban a sus gentes, el Arzobispo acordó de llamar toda su casa, y aun allende de esto requerir a todos sus parientes e amos, los cuales todos acudieron y viniera toda la gente de la casa del arzobispo, salvo por un tracto doblado y malo que Cristóbal Bermúdez hizo en que quebró su fe, en el que prometió entregar la dicha fortaleza luego e firmolo de su nombre e jurolo; y el lunes que se cumplieron quince días del cerco, que la había de entregar, según lo asentado, cautelosamente envió un escudero suyo so color que la farya luego entregar, y de secreto envió  a decir a esos que la defendían que se detuviesen, que presto serían socorridos…”.
         Así pues, la fortaleza en su esperanza de recibir ayuda por parte del rey, soportó el asedio durante más tiempo; al final sucumbirá y se entregará al enorme y desproporcionado ejército que rodeaba el castillo de Canales. Hay algunos elementos que hay que destacar el más significativo, además de lo mencionado, fue que Cristóbal Bermúdez no estaba en Canales sino en la corte del rey, en Madrid, y que al frente de la fortaleza dejó a su mujer, Mayor Sánchez de Cárdenas, pariente de Fernández de Córdoba, el Gran Capitán; hija de Gonzalo Gómez de Córdoba y de Leonor Sánchez de Cárdenas; más tarde volveremos a hablar de la mujer de Cristóbal. Antes quisiera, retomando el artículo de Eloy Benito Ruano, remarcar la desproporción entre las tropas aportadas por el cardenal y el problema que querían solucionar; normalmente, cuando se produce esta desproporción, es provocada, no por un análisis serio de los acontecimientos, sino que nace del miedo histérico que debió de sentir el Cardenal de Toledo ante Mayor Sánchez de Cárdenas, mujer de Cristóbal Bermúdez:
         -150 lanzas al mando de Fernando Rivadeneira.
         -300 lanzas con 300 peones, a las órdenes de Gómez Manrique.
         -300 lanzas y 1000 peones, a las órdenes de Gutiérrez de Cárdenas.
         -50 lanzas, a las órdenes del prior de San Juan.
         -60 lanzas al mando del obispo de Segovia.
         -30 lanzas, al mando de Pedro de Luna.
         -100 caballeros de afrenta, a las órdenes del Conde de Treviño.
         -150 lanzas mandó el duque de Alba.
         -350 lanzas a las órdenes del condestable Rodrigo Manrique.
         -Y otra mucha gente.
         Mayor Sánchez de Cárdenas se rindió el 4 de noviembre de 1474, tras un mes de asedio. Durante este tiempo tuvo en vilo a los partidarios de la reina de Sicilia y que, como hemos visto, pocos faltaron a la cita de Canales.
3.- Córdoba. Mayor Sánchez de Cárdenas
Margarita Cabrera Sánchez: Nobleza Oligarquía Córdoba.
         Mayor Sánchez de Cárdenas fue hija de Gonzalo Gómez de Córdoba, señor de la Montesina y de Leonor Sánchez Cárdenas. Son numerosos los documentos donde se hace referencia a la mujer de Cristóbal Bermúdez y a su linaje; recogemos el testamento del tío materno de Mayor Sánchez de Cárdenas, don Pedro Ruiz de Cárdenas, fundador en Córdoba del convento de Santa María de Gracia en Córdoba:
 “Testamento de Pedro de Cárdenas, del Consejo Real, alcalde mayor y veinticuatro de la ciudad de Córdoba en el que dispone: su entierro en la capilla de Santa María de Gracia en el monasterio agustino de San Agustín de Córdoba; la celebración de misas por parte de los frailes de las diversas Órdenes religiosas de la ciudad; donaciones a la catedral de Santa María, para la redención de cautivos (Cruzada, Trinidad, Santa María de la Merced), emparedadas de Santa María de las Huertas de Córdoba y obra de San Llorente; donaciones a los conventos de San Francisco del Monte, San Francisco de Arizafa y San Jerónimo de esa misma ciudad, para que recen por las almas de sus padres don Pedro, señor de Aguilar, y doña Elvira Fernández; fundación del monasterio de Santa María de Gracia de monjas dominicas, en sus casas en la collación de San Llorente; mandas de pago de ciertas cantidades a varios particulares; disposición de bienes a favor de su mujer María Fernández de Arenillas, de su sobrino Luis de Cárdenas veinticuatro de Córdoba, de su sobrino Juan de Cárdenas, hijo de su hermana Leonor Sánchez y de Gonzalo Gómez, jurado, ya fallecido, de su hermana Leonor Sánchez y de la hija de ésta Elvira Fernández. Albaceas designados: su mujer, María Fernández de Arenillas; el licenciado fray Antón de Córdoba, provincial de la Orden de San Agustín; Diego Gutiérrez de los Ríos; y Juan de Valenzuela, veinticuatro de Córdoba. Testigos: el bachiller Fernán López y el mayordomo Alfonso Rodríguez de Baeza, hijo del jurado Fernán Rodríguez de Baeza, vecinos de Córdoba; Juan Fernández y Diego Correa, escribanos públicos de Córdoba; Fernán Gómez, escribano de cámara del rey y notario público; Gómez Fernández, escribano y notario público”.[4]
         La profesora Margarita Cabrera Sánchez, en su obra Nobleza, oligarquía y poder en Córdoba al final de la Edad Media, recoge algunos documentos del Archivo Provincial de Córdoba que nos dan cuenta de la relación matrimonial entre Cristóbal Bermúdez y Mayor Sánchez de Cárdenas, de los hijos de ambos y de algunos de los hermanos de Mayor de Cárdenas, y que traemos a colación:
En Córdoba, en este dicho día 8 días del dicho mes de enero del dicho año de 81, arrendó doña Mayor de Cárdenas, mujer de Cristóbal Bermúdes, 24 de Córdoba, que Dios aya, vesina de Santiago, a Alfonso García de Cabrero, fijo de Gonçalo García, e a Teresa Lópes, su mujer, vecinos moradores en esta çibdad en la colaçión de Santiago, una heredat de casas bodegas e lagar e pila e tinajas e viñas e olivares e otros árboles que en ella están que ella tiene suya çerca desta çibdad en el pago del arroyo don Tello, que alinda con viñas de Juan Ximénes -, e con viñas del judío Rodrigo e con viñas de Juan Martínez, corredor, e con el camino real que va a Sevilla. De oy fasta 8 años primeros que vernan ocho – e ellos que le den e paguen por ella en renta de cada un año del dicho tiempo de los dichos 8 años mil e quatrocientos maravedís horros de diesmo e de rediesmo e de otros derechos e una carga de uva para // colgar … e cuatro celemines de aceituna e una sera de figo xahare de la – de las seras de higo que se venden en la plaça puesto todo en las dichas casas de su morada de la dicha doña Mayor, todo tal que está de dar e tomar e los dichos maravedís que ge les den e paguen de cada un año en dos pagas la mitad para el día de pasqua de navidad e la otra mitad por el día de pasqua florida e las uvas e granadas e aceituna e figo en sus tiempos convenibles so pena del doblo cada una paga a los sobre dichos. Que poden e caven…. Las viñas de la dicha heredat… Obligaron sus bienes… e los suso dichos firmaron.. el dicho Alonso García consintió en lo de su mujer”.[5]
Obligación// En Córdoba 26 días de agosto de 96 años, Margarida, criada de doña María Bermudes, vecina moradora en Córdoba en la colaçión de Sant Llorente, en presencia de la dicha doña María Bermudes, fija del onrado caballero Cristóbal Bermúdes, 24 que fue desta çibdad que Dios aya, otorgó que debe dar e pagar a Alfonso de Ribas trapero, hijo de Rui Sánchez de Ribas, que Dios aya, vecino desta çibdad en la colaçión de Santo Domingo, 5.000 mrs de la moneda usual de ciertas frisas que le ovo vendido e se otorgó por entregada dellos … obligo mis bienes … en empeño a un hijo de color moreno de 9 años para que lo tenga hasta el dicho plazo, Francisco.”[6]
En Córdoba, en este dicho día 25 días del dicho mes de noviembre del dicho año de 77, arrendó e dio por vida doña Mayor de Cardenas, muger de Cristóbal Bermudes, 24 de Córdoba, vesina de Santiago.
A Martín Ruis, cantero, hijo de Antón Ruis, que Dios aya, e Aloçia Ruis, su mujer, vecinos de Sant Nicolás de la Villa.
Una heredat de casas bodega e lagar e pila e tinajas e viñas e árboles, quella tiene suyaçerca desta çibdad en el pago del arroyo don tello, que alinda con las dichas viñas, con viñas del – e con viñas del judío e con viñas de Aulagas el acemilero e con el camino real e con viñas de Martín Alonso torcedor (…) Testigo del otorgó de la dicha Mayor de Cárdenas e del dicho Martín Ruis, digo Ruis de Baena, pintor, hijo de Gonçalo García e Rodrigo de Julian -, hijo de Ruy García Porayle, testigo del otorgamiento de la dicha Loçia Ruis – Ortelano, fijo de Pedro Gonçales e Pedro de Baena….”.[7]
3.1.- Hijas de Cristóbal Bermúdez y de Mayor Sánchez de Cárdenas.
En Córdoba en este dicho día – su poder doña María y doña Elvira Bermudes, hijas de Cristóbal Bermudes, que aya santa gloria, a Luis de Cardenas, su primo, 24 de Córdoba, especialmente para recabdar todos los bienes e herencia que le pertenecen al tiempo e por tenencia aver e heredat de Francisco Bermudes, su hermano, e para dar cartas de pago y ajuisiar e obligaron sus bienes e renunçiaron las leyes. //Poder: En este día otorgó su poder doña Catalina mujer del alcayde Pedro de Cárdenas, 24 de Córdoba, a Fernándo Ruis de – general en sus pleitos e pública sustitución.”[8]
 4.-Recapitulamos.
         Sabemos que:
         1.-Cristóbal Bermúdez fue decapitado por orden de los Reyes Católicos.
         2.-Mayor Sánchez de Cárdenas fue la mujer del capitán Cristóbal Bermúdez.
         3.-al menos tuvieron cuatro hijos: Fernando, que está en Portugal; María y Elvira Bermúdez, que están en Córdoba; ambas reclaman los bienes de su hermano Francisco, que ha muerto.
         4.-el hijo de Cristóbal, llamado Fernando, se refugió en Portugal, que se casó con Isabel de Ataide y que ambos son nombrados en el testamento de Juana la Beltraneja. También sabemos que Fernando Bermúdez a las ordenes de Almeida y al servicio del rey de Portugal, participó en la conquista de las Indias Orientales junto con su pariente Diego Ordóñez de Guadalajara; también nos consta que los portugueses se refieren a Diego, a veces con el apellido Ordóñez, otras con el de Bermúdez de Guadalajara. Sabemos, así mismo, que Diego Ordóñez de Guadalajara fue el suegro de Pedro Barrantes Maldonado, historiador, militar, natural de Alcántara en Extremadura. Será Pedro Barrantes el que nos va a dar información acerca de su suegro y, por tanto, también sobre su pariente Fernando Bermúdez y, consecuentemente, de Cristóbal Bermúdez.
5.- Alburquerque – Alcántara. Pedro Barrantes Maldonado.


Noticias de Alcántara - Pedro Barrantes Maldonado
Antes de adentrarnos en la identidad de Cristóbal Bermúdez, debemos acercarnos a la rica personalidad de Pedro Barrantes Maldonado.
En 2010, la Diputación de Cáceres tuvo el acierto de editar en dos volúmenes parte de la obra de Pedro Barrantes: Noticias de Alcántara; así mismo, podemos consultar los originales en la Biblioteca Nacional que ha digitalizado dichos manuscritos. Esta es una de las fuentes principales que nos va a guiar en los siguientes pasos.
Pedro Barrantes fue hermano de San Pedro de Alcántara, patrón de Extremadura. El padre de ambos fue Alonso Barrantes.
Pedro contrajo matrimonio en 1537 con Mariana Ordóñez de Pareja, hija de Diego Ordóñez de Guadalajara, el pariente de Fernando Bermúdez; como hemos visto, ambos fueron a la conquista de las Indias Orientales al servicio del rey de Portugal; así mismo, Barrantes confirma que Diego fue Alcalde Mayor del castillo de Sant Angelo en la ciudad de Cananor. Según diversas fuentes, entre ellas el estudio preliminar de la obra de Barrantes, realizada por Dionisio Martín Nieto, Mariana Ordoñez Pareja era hija de la familia más importante de Alburquerque. La importancia de esta familia, más que por la economía, vendría por las estrechas relaciones con la Casa Real de Portugal. Así se narran varios acontecimientos relacionados en los que se muestra claramente esta especial relación de la familia de Cristóbal Bermúdez con la Casa Real Portuguesa:
         En 1543, Felipe II se dispone a contraer matrimonio con la princesa María Manuela de Portugal; ella, tras pasar varios días en Badajoz se dispone a marchar a Alburquerque, donde se alojará en la casa del suegro de Pedro Barrantes, Diego Ordóñez de Guadalajara, sobrino de Cristóbal Bermúdez:
         “La Princesa posó en Alburquerque en las casas principales que eran de Doña Escolástica de Pareja, viuda, suegra de Pedro Barrantes Maldonado, y allí fueron el Pedro Barrantes Maldonado y su mujer doña María Pareja Ordóñez a besar las manos a la princesa por huéspedes, porque la Doña Escolástica era ida a Mérida, donde tenía otra hija casada llamada doña Francisca de Albarado con Pedro de Mendoza de Vera, regidor de Mérida (…) . Pedro Barrantes fue acompañando a su mujer doña Mariana hasta ponerla delante de la princesa, y así mismo iba Lorenzo Téllez, Mayordomo de la Princesa, que posaba en casa de Beltrán Pareja, abuelo de doña Mariana, y lleva por su mano Doña Mariana (…) a Alonso Barrantes Maldonado, hijo mayor de Pedro Barrantes Maldonado, bien aderezado, de edad de cinco años, con el hábito en los pechos de la Cruz Verde de Caballero de la Militar Orden de Avis en Portugal (…). Como entraron Pedro Barrantes Maldonado y doña Mariana en la cuadra de la Princesa, y hecha la reverencia, (…) y de allí fueron marido y mujer a hincarse de rodillas delante de la Princesa y le besaron la mano por huéspedes, y allí le representó Pedro Barrantes como aquella posada había sido de Diego Ordóñez de Guadalajara, Fidalgo de la Casa del Rey Don Manuel su abuelo y el primer Alcayde que tuvo en la India el Castillo de Sant Angelo en la ciudad y Reino de Cananor (…)  y que doña Mariana, que estaba presente,  era su hija, y que, y que aquel niño que estaba presente era su hijo y tenía el hábito militar de la Orden de Avis de Portugal y era fidalgo de la Casa del Rey Don Juan su padre, por lo haber sido su abuelo Diego Ordóñez y no haber dejado hijo varón, y que tenía el niño toda habilidad y que sabía bien leer y escribir, que le suplicaba que lo recibiese en su servicio como paje. El muchacho estaba vestido con un sayo y una ropilla encima de terciopelo con mucha argentería de oro, y una gorra con plumajes en la mano. Preguntó la Princesa cómo se llamaba este menino, y antes que sus padres respondieren respondió el niño: Alonso Barrantes Maldonado, Comendador y caballero de espuelas doradas….”.[9]
Dionisio A. Martín Nieto, en el perfil biográfico que realiza en la introducción de la obra Noticias de Alcántara, afirma que “Fallecida en 1552 en Alburquerque su suegra doña Escolástica, la más principal y rica señora de la villa, de edad de 80 años, dejando una cumplida herencia que condicionó el traslado semestral del matrimonio a aquella localidad. Aconteció entonces el casamiento de doña Juana, hermana del rey Felipe, con el príncipe don Juan Manuel de Portugal, príncipe del Brasil, en la ciudad castellana de Toro el 7 de diciembre de 1552. A los dos años, en 1554, retornó viuda a Madrid y convertida en madre del infante don Sebastián, al que dejó en Portugal, para ocupar la regencia del reino por orden de su hermano Felipe II, que marchaba a matrimoniar con la reina inglesa María Tudor. Tanto a la ida como a la vuelta, la infanta Juana se instaló en las casas que fueran morada de doña Escolástica Pareja”.[10]
Tanto en los relatos que el propio Barrantes hace de estos acontecimientos como sus comentaristas alegan, que el motivo para los miembros de la Casa Real de Portugal se instalasen en la casa de la suegra de Pedro Barrantes fue que era la señora más importante de Alburquerque; obviamente, éste no pudo ser el motivo, ya que seguro que en los pueblos y ciudades cercanos a la frontera portuguesa había gente más poderosa y rica que doña Escolástica Pareja; el motivo más bien sería la conexión del marido de Escolástica con Portugal; no olvidemos que Diego Ordóñez de Guadalajara era primo de Fernando Bermúdez, que permanecía en Portugal y al servicio de su rey. Barrantes, curiosamente olvida el papel de la familia de su mujer en la guerra entre Juana de Castilla (Beltraneja) e Isabel la Católica; tanto los Pareja, de los que desciende Escolástica, como la familia del marido de ésta, Diego Ordóñez, así como Cristóbal Bermúdez, apoyaron sin reservas a Juana y, por tanto, al rey de Portugal; es más, éste es el motivo por el que Fernando Bermúdez y su pariente Diego Ordóñez de Guadalajara se instalaron en Portugal. Barrantes, buscando sobrevivir en la Castilla nacida de los Reyes Católicos, en la que la guerra por la sucesión por la corona de Castilla, según la propaganda impuesta por Isabel y Fernando fue una guerra entre Portugal y Castilla, no esencialmente cierta, al referirse a esta guerra, dice:
“…en el tiempo del rey don Enrique cuando él estaba próspero, y del Maestre don Gómez de Solís cuando estaba pacífico, porque desde en diez años que hubo las guerras y revueltas en el Reino y en Alcántara con el clavero don Alonso de Monrroy, y después entre el rey don Alfonso de Portugal el quinto y los Reyes Cathólicos don Fernando y doña Isabel sobre cuios eran los Reinos de Castilla (…). Y cuando estas guerras de Portugal, cautivaban los portugueses a los castellanos y los rescataban como si fueran turcos…”.[11]
Una vez que queda clara documentalmente la relación entre Diego Ordóñez de Guadalajara y Cristóbal Bermúdez, así como su posición económica y política, podemos adentrarnos en la búsqueda de sus ancestros; sin embargo, antes nos vamos a referir a los antepasados de doña Escolástica Pareja, también sumamente interesantes:
5.1.- Ancestros de Escolástica Pareja, mujer de Diego Ordóñez (Bermúdez) de Guadalajara y suegra de Pedro Barrantes Maldonado.
         Pedro Barrantes, en la mención que hace de la estancia de su hijo Garcí Barrantes en Inglaterra, acompañando al tercer duque de Alburquerque, nos dirá que “lo amaba mucho el Duque, y por ser como era deudo el Duque de doña Mariana de Pareja, mujer de Pedro Barrantes Maldonado por la vía de los Parejas y Mercados naturales de Úbeda”.[12]
Al dar noticia de la muerte de Escolástica, Barrantes nos dirá que fue hija de Martín Ezquerro, hijo de Juan Ezquerra de Alvarado, montañés de la Casa de Rozas y Alvarado.[13]  Así mismo, nos informa de que su abuelo materno fue Beltrán Pareja[14]; Alonso de Palencia, en su Crónica de Enrique IV, nos dirá en un primer momento que Beltrán Pareja fue hermano de Beltrán de la Cueva y en otro momento se nos indica que eran primos; lo dejaremos en primos hermanos.
6.- Zamora. Ancestros de Cristóbal Bermúdez y Diego Ordóñez (Bermúdez) de Guadalajara:
Nobleza de Zamora. Fernández - Prieto.
         Barrantes obvia a Cristóbal Bermúdez, pero no le queda más remedio que decir quién era su suegro y, en consecuencia, nos informa de los ancestros de Cristóbal; Pedro nos dirá que su suegro:
 “fue hijo de Sancho Ordóñez de Guadalajara, caballero del hábito de Santiago, alcaide que fue de Cartagena, y gobernador de Mérida en tiempo del maestro don Beltrán de la Cueva, que fue el primer Duque de Alburquerque, descendiendo de Alonso González de Guadalajara, Señor de Alba de Aliste, de quien la tuvieron don Enrique Enríquez, primer Señor de Alba de Aliste. Y fue este caballero Alonso González de Guadalajara hijo de Juan Hernández de Guadalajara, secretario de la ricahembra Condesa de Alburquerque que fue Reina de Aragón, mujer del Infante don Fernando que fue Rey de Aragón, y fue hijo de Pedro Hernández de Guadalajara, Repostero Mayor del Rey Alfonso Onzeno, como se ve en la Crónica del Rey don Pedro el Cruel, su hijo, en el primero año de su Reinado cuando repartió los oficios de su casa, que anda de molde.”[15]
Enrique Fernández-Prieto en su obra Nobleza de Zamora nos dice quiénes fueron estos miembros del linaje Guadalajara o Guadalfajara:
         “I.-Don Alonso González de Guadalajara, natural y vecino de Zamora, era descendiente directo de don Pedro Fernández, y éste, a su vez, pariente de Alvar Fáñez y del Cid Campeador, siendo dicho Pedro Fernández el primero que escaló los muros de Guadalajara al ser conquistada en tiempos del Rey don Alfonso VI de Castilla, hecho por el que por concesión Real el año 1118 añadió a su patronímico el apellido Guadalfajara (…); don Alonso González de Guadalajara, al que nos referimos fue armado caballero en el sitio de Antequera por el Rey don Fernando I de Aragón, siendo más tarde Canciller y Copero Mayor de la Reina Doña Leonor de Aragón, y en 1418 obtuvo el Castillo de Alba de Aliste, la villa de Carbajales y todos los lugares y aldeas de estas referidas tierras de Alba de Aliste y 874 doblas de oro cada año por juro de heredad sobre las Alcabalas Reales de Zamora; estaba casado con doña Leonor Ordóñez de Villaquirán y fundó la capilla que se llamaba del Capítulo en el Monasterio de Santo Domingo, de Zamora, para su enterramiento y los de sus descendientes; le sucedió su hijo:
         II.-Don Juan González de Guadalajara, que contrajo matrimonio primeramente con doña Isabel Núñez Ramírez, y en segundas nupcias con doña Isabel Fernández Cabeza de Vaca (…), testó en 1496”. [16]
Los padres de Alonso González de Guadalajara y, por tanto suegros de Leonor Ordóñez Villaquirán, habrían sido, según don Luis Manuel de Villena Cabeza, Juan Fernández de Guadalajara y María Fernández Pacheco.
Algún historiador portugués dice que Cristóbal Bermúdez era natural de Guadalajara; parece que no es así, sino que se refiere al linaje.
Siguiendo el rastro del capitán Cristóbal Bermúdez nos hemos encontrado en el entorno de Enrique IV, y en él nos hemos topado con: Juana de Castilla (la Beltraneja); Escolástica Pareja, nieta de Beltrán Pareja, primo de Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque y pariente de Fernández Pareja, Adelantado Mayor de Galicia, el cual morirá en la batalla que llevó a Fernando el Católico a degollar a Cristóbal Bermúdez; encontramos a la mujer de Cristóbal, Mayor de Cárdenas y Córdoba, pariente del Gran Capitán; encontramos a los Guadalajara; a Pedro Maldonado Barrantes etc…; pero ahí no queda la cosa.
Mi interés por Cristóbal Bermúdez nace al estudiar la historia de Alhama de Granada; ahí encontramos que el linaje Zamora que se asienta en esta ciudad andaluza proviene de Cuenca y es el fruto de la unión con el linaje Bermúdez. Así pues, desde la tercera parte del siglo XVI, en Alhama de Granada se produce la unión de estos dos linajes, aunque realmente desconozco si esta unión se produjo con anterioridad, ya que los Zamora de Cuenca normalmente se denominaban Zamora-Aguilar; será en Alhama donde, durante siglos, utilizarán Zamora-Bermúdez. Por a documentación conservada y encontrada sobre el linaje Zamora-Bermúdez, llega a ellos como descendientes de Cristóbal Bermúdez.
Pero para sorpresa, cuando estudiaba, no el linaje/apellido Zamora, sino el Bermúdez, descubro lo que sigue.
7.-Cuenca.
         En esta ciudad encontramos a los Zamora viviendo en la calle la Moneda, cerca de la Puerta de Valencia; así queda patente en los dos expedientes de limpieza de sangre de Pedro de Zamora, Presidente de la Chancillería de Granada y, más tarde, de la de Valladolid, que hemos encontrado ; el primero, realizado en 1576 para entrar en el Colegio Mayor de Cuenca, en Salamanca[17], y conservado en el Archivo de la Universidad de dicha ciudad; el segundo se encuentra en el Archivo de la Catedral de Córdoba; Luis de Góngora[18], miembro del Cabildo de dicha Catedral se desplazará a Cuenca y a Mohorte en 1603, con el objeto de realizar la investigación pertinente para admitir como Racionero, en Córdoba, a Pedro de Zamora.
Ambos expedientes de Limpieza de Sangre son coincidentes y el contenido podemos sintetizarlo en los siguientes puntos:
Padres: Alonso García de Zamora y María de la Guardia, naturales y vecinos de Cuenca; su residencia estaba en la calle de La Moneda. Alonso fue prioste de una Cofradía conquense llamada de Todos los Santos, y a la que sólo podían pertenecer los cristianos viejos. María, llamada de pequeña la Calvilla, aludiendo a su apellido paterno, quedó huérfana, fue criada por su tía, mujer de Pedro de la Guardia. Ambos serán padres, al menos de cuatro hijos: Pedro de Zamora, el licenciado; Diego Zamora, tejedor de terciopelo, el que se instalará en Alhama; Isabel Zamora, casada con Luis Arias Conde; y la mujer del familiar del Santo Oficio, Mateo Villalba.
Abuelos paternos: Francisco Zamora y María García de la Puebla; ambos fueron padres también, al menos, de Lorenzo Zamora, familiar del Santo Oficio y de Francisco de Zamora, el que fue General de los Franciscanos. Juan Collado afirma que su padre fue testigo de otro expediente de Limpieza de Sangre realizado cuando Francisco fue a estudiar a un colegio de Alcalá de Henares. Todos naturales de Cuenca, vivieron en la calle de La Moneda, al lado de la Puerta de Valencia. María García de la Puebla fue hija de un oficial de la Casa de la Moneda de Cuenca; a él se refieren los testigos del expediente de Salamanca como un fulano de la Puebla, oficial del Rey en la Casa de la Moneda; ella, tras quedar viuda de Francisco de Zamora, se casa con un tundidor llamado Pedro de Atienza; así consta en estos expedientes y en las partidas de bautismo de sus nietos año 1546; en la de su nieto, Pedro de Zamora, año 1548, aparece casada con Pedro de Atienza.
         En este punto, vuelve a saltar la sorpresa: ¿qué fulano oficial del rey Enrique IV tenía una casa en la calle Valencia? Alfonso González de Guadalajara; así consta en diversos documentos; entre ellos, uno que se conserva en el Archivo General de Simancas:
         “1480, mayo 3, Toledo.
                   Provisión del Consejo de los Reyes Católicos al corregidor de Cuenca y Huete, ordenando hacer pesquisa en Cuenca para averiguar quiénes robaron la casa que Alfonso González de Guadalajara, siendo tesorero de la Casa de la Moneda de Cuenca, hizo a su costa dicha casa para afinar los vellones y la plata para labrar cuartos y reales que Enrique IV ordenó acuñar en ella; durante los pasados movimientos y guerras tuvo que salir de la ciudad y, para que no se tomasen los vellones y plomos que tenía en la casa, los echó al río para sacarlos cuando los tiempos fuesen más seguros, cerrando y atrancando después la casa. Pero cuando más tarde envió a algunos lavadores para que sacasen del río lo que había dejado, se encontraron la casa derrocada sin teja ni madera. Estima la pérdida global en unos 200.000 maravedíes. Nunius doctor. Antonius doctor. Don Sancho. Fernandus doctor. Vista, Iohanes doctor. Juan Díaz de Lobera, secretario real. Registrada. Diego Sánchez[19].
         La historiadora María Dolores Cabañas González en su artículo, Notas sobre los monederos de Cuenca en el siglo XV, nos dice que entre los oficiales de la Casa de la Moneda en cuenca se encontraba Alfonso de Guadalajara, hijo de Alfonso González de Guadalajara; a esto añade, citando otra de sus obras, La caballería popular en Cuenca durante la Baja Edad Media, que formaban parte de las familias más importantes de Cuenca por la cantidad de miembros que tenían ocupando cargos concejiles.
Que los Guadalajara de Zamora y los Guadalajara de Cuenca sean los mismos lo ignoro; quizás se trate de los Cherinos, que llevaban el apellido García, esto queda por ver; sin embargo, nos consta por un documento conservado en la Real Academia de la Historia que Pedro Fernández de Guadalajara, natural de Zamora, pasó a Belmonte con Juan Pacheco, señor de aquella villa, allí se casó con Isabel Fernández de Aguilar.[20]
8.- Alhama - Cuenca – Extremadura -Santo Domingo – Alhama.
         Volviendo a Alhama, no sólo encontramos a los Zamora de Cuenca convertidos en Zamora Bermúdez, sino que descubrimos dos elementos significativos:
1.-que el primer Zamora (Diego, año 1560) que se instala en Alhama se casó con Ana Martín de la Puebla, hija de Martín Sánchez de la Puebla, apellidados de la Puebla como la abuela materna del Presidente de la Chancillerías de Granada y Valladolid, Pedro de Zamora.
                   2.-que en los testamentos de los suegros de Diego Zamora se dice que son familia de Juan Caballero de la Puebla; éste mostrará su identidad en el testamento de su hija, Juana de Figueroa y Mendoza, mujer en segundas nupcias del capitán Diego Núñez de Ovando, (en primeras nupcias, con Pedro de Bazán, en la Isla de Santo Domingo) realizado en Alhama en 1608; en dicho testamento se nos dice que la mujer de Juan Caballero de la Puebla fue María Campofrío.[21] Recordemos que el padre de Pedro Barrantes Maldonado, Alonso Barrantes se había casado, en primeras nupcias con María Campofrío Figueroa; de su padre y de la primera mujer de éste, nos da cuenta Pedro Barrantes Maldonado en su obra ya citada, Noticias de Alcántara:
         “Alonso Barrantes, casó en Alcántara con una doncella principal, hija de Alonso Campofrío Bootello y de Teresa Suárez de Figueroa Hurtada y Mendoza, hija de Gómez Suárez de Figueroa y Aldana y de Isabel Hurtado de Mendoza, hija de Martín Hernández de Mendoza, hermano de Juan Hurtado de Mendoza, marido de Teresa Díaz de Vega (…). Tuvo como hijos este Alonso de Campofrío a Juan de Campofrío, cuyos hijos son regidores perpetuos en la ciudad de Santiago en la Isla de Santo Domingo, y de Francisco Bootello, que se halló con Hernán Cortés en la conquista de Méjico y de toda la Nueva España…”.[22]
        
El Ángel de la historia, Walter Benjamin




[1] Azcona, T. Juana de Castilla, mal llamada La Beltraneja, vida de la hija de Enrique IV de Castilla y su exilio en Portugal (1462-1530), ed. La esfera de los libros, Madrid 2007, fls: 264-266.
[2]No seu último testamento, D. Joana (…) Devia a Excelente Senhora casamentos e prometimentos, mormente à viscondessa, a D. Álvaro, gobernador de Lisboa, a Fernão Bermudes, que dera em casamento a Isabel de Ataíde…” GOMES, Saul.A., D. Alfonso V, ed. Centro de Estudos dos Povos, Rio de Mouro, 2009, fl: 314.
[3] “Era filhio de Cristóvão Bermudes que tomou o partido da Beltraneja o que o obrigou, depois da victoria de Isabel, a Catolica a refugiar-se em Portugal. Este cabaleiro de origen castelhana recibeu, conjuntamente, com a sua mulhier don Isabel Ataíde a protecção de excelente Snh., en 1490, e era membro da guarda de João II. Era pai de Cristovão Fernão Bermúdez que viajou consigo até ao Oriente e Parente de Diogo Bermudez Guadalajara que foi alcaide de Cananor”. Silva da, Cadeias, “O fundador do Estado portugués da India, dom Francisco Almeida, 1505”, Lisboa 1996.

[4] RAH, col. Catedrales de España, Córdoba (9/5434).
[5] AHPCO, 14120 P, cuaderno 3, fol. 10v y ss.
[6]AHPCO, 14135 P, cuaderno 11, fol. 24r y ss.

[7] AHPCO, 14116 P, cuaderno 16, fol. 7v.
[8] AHPCO.
[9] Barrantes Maldonado, P., Noticias de Alcántara, ed. Gráficas Romero, 2010, fls. 377-378.
[10] Ibídem, fl. 32.
[11] Ibídem, fls. 250-251.
[12] Ibídem, fls. 390.
[13] Ibídem,fl. 384.
[14] Ibídem, fl 378.
[15] Ibídem, 374.
[16] Fernández-Prieto Dominguez y Losada, E., Nobleza de Zamora, ed. Consejo superior de investigaciones científicas, Madrid 1953, folios 727-728.
[17]AUSA, 2288,25, Colegio Mayor de Cuenca en Salamanca, Expediente Limpieza de Sangre de Pedro de Zamora, del año 1576
[18]ACC., Expedientes Limpieza de Sangre, catedral de Córdoba.
[19] .” AGS,RGS, 1480-V,fol99.Copia simple de la época; Reg. Registro General del Sello, vol.II,nº 3440 -tomado del libro: Documentos sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo Vol. I, documento nº 3574, fol. 1261.
[20] RAH, 33, fº 154 v.
[21] APNGr, Alhama Granada. Escribano: Diego Meneses;1608; folio: 439.
[22] Barrantes Maldonado, P., Noticias de Alcántara, ed. Gráficas Romero, fl. 371.