viernes, 27 de febrero de 2015

homilía lecturas evangelio segundo domingo cuaresma ciclo B domingo 1 marzo 2015

 LUZ DEL DOMINGO 

Domingo, 1 de marzo de 2015

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
CICLO B


Primera lectura: Génesis 22,1-2.9-13.15-18
Canto interleccional: Salmo 115
Segunda lectura: Romanos 8,31b-34
EVANGELIO
Marcos 9, 2-10
 1Y añadió:
-Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reinado de Dios con fuerza.
2A los seis días Jesús se llevó consigo a Pedro, a San­tiago y a Juan, los hizo subir a un monte alto, aparte, a ellos solos, y se transfiguró delante de ellos: 3sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún ba­tanero en la tierra es capaz de blanquear.
4Se les apareció Elías con Moisés; estaban conversando con Jesús. 5Reaccionó Pedro diciéndole a Jesús:
-Rabbí, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6Es que no sabía cómo reaccionar, porque estaban ate­rrados.
7Se formó una nube que los cubría, y hubo una voz desde la nube:
-Este es mi Hijo, el amado: escuchadlo.
8Y, de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9Mientras bajaban del monte les advirtió que no conta­sen a nadie lo que habían visto hasta que el Hombre resu­citase de la muerte.



COMENTARIOS
 I
 NO A LO DE SIEMPRE
Pertenecían al grupo de los doce y formaban un trío inseparable del Maestro. Se llamaban Simón (= Dios escucha), Santiago (= Jacob) y Juan (=Dios agracia). Pero estos nombres no les iban demasiado bien; le venían grandes. Jesús les confeccionó otros a su medida: a Simón lo apodó "Pedro"(= piedra), tal vez aludiendo a su obstinado modo de pensar, y a los otros dos hermanos los llamó "Boanerges" (= hijos del trueno, fulminantes como rayos).
Eran pescadores de profesión, de las clases populares, de los de abajo, del pueblo que lucha por sobrevivir. Sin embargo no habían elegido esta situación, ni la querían. Aspiraban a más.
Un buen día se encontraron con el Maestro y pensaron que se les presentaba la oportunidad de su vida; al fin podrían salir del anonimato y abandonar la monotonía de la vida obrera, llegarían a grandes; con una poca suerte podrían contarse entre los de arriba, mandar, dominar y ocupar los primeros puestos del reino que instauraría su Maestro.
Jesús pensó que eran buenos hombres, pero que andaban un poco equivocados de ideas: tendría que dedicar a ellos más horas, necesitarían clases particulares intensivas para llegar a comprender qué clase de Maestro era y qué reino venía a instaurar.
El sitio elegido para una de estas lecciones fue el monte de la transfiguración. "Jesús cogió a Pedro, a Santiago y a Juan y subió con ellos solos a una montaña alta y apartada (lo de subir les iba bien; menos les gustaría bajar). Allí se transfiguró delante de ellos: sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no es capaz de blanquearlos ningún batanero del mundo (bonita imagen para expresar la presencia de Dios en Jesús). Se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús"; hablaban, según Lucas, de su muerte inminente.
"Intervino entonces Pedro y le dijo a Jesús: Maestro, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas; una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaba tan espantado que no sabía lo que decía".
Pedro había intervenido para impedir lo que se avecinaba: mejor era quedarse en lo alto del monte que bajar de nuevo para seguir hasta Jerusalén donde era previsible que las autoridades acabaran con la vida del Maestro.
Lo de siempre. Los de abajo -Pedro y los suyos- desean subir para quedarse arriba, y cuando están arriba, no quieren bajar, sino permanecer allí para siempre. Pero Jesús, tras la transfiguración, especie de avance de la resurrección, los invita a bajar con él, a volver a la gente, al mundo, a la tarea cotidiana y al servicio hasta la muerte, si fuese preciso. Es a este Jesús, que no se queda en las alturas, a quien hay que escuchar, según ordena la voz: "Este es mi Hijo, el predilecto, escuchadle".
El había venido para que dejara de haber unos arriba y otros abajo, proyecto que no se hará realidad mientras los de abajo no renuncien a subir y quedarse arriba, y los de arriba no se abajen por amor. Utópico proyecto que si se realizara daría luz verde a un mundo feliz y sin opresión.

II
 OTRA TENTACIÓN: LA FUGA
La huida para aislarse en un pequeño paraíso individual en una choza en cualquier sitio, al aire libre en el campo... o en la celda de un convento. Con sólo lo necesario para vivir. Sin lujos, sin ambiciones..., pero sin problemas. Casi no parece una tentación, pero lo es. Y muy peligrosa.
 
EL CANSANCIO DEL CAMINO
Como le sucedió a Jesús, no nos va a resultar fácil mante­ner hasta el final nuestro compromiso de lucha por convertir este mundo en un mundo de hermanos. Y, además del resto de las tentaciones, en algún momento de la marcha aparecerán el cansancio, la desilusión y el deseo de construirnos un paraíso pequeño, a nuestra medida, para pararse a descansar... definitivamente. No se trata de renunciar a la meta; es una tentación mucho más fina: es pretender adelantar la meta para uno solo, o sólo para unos pocos, y abandonar la tarea de ofrecer a otros la posibilidad de fijarse esa misma meta. «Si nadie nos hace caso, ¿por qué no nos retiramos a algún sitio tranquilo en el campo y allí, sin ambiciones, pero sin hacernos más ilusiones, descansamos y ponemos en práctica nuestro ideal cristiano de vivir como hermanos?» Así se podría presen­tar esta tentación.

FRACASAR NO ES UN FRACASO
Jesús se llevó consigo a Pedro, Santiago y Juan y los hizo subir a un monte alto, aparte, a ellos solos. Allí se transfiguró delante de ellos: sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún batanero en la tierra es capaz de blanquear.
Los discípulos de Jesús acababan de sufrir el impacto de un anuncio para ellos preocupante: Jesús les acababa de decir que iba a morir asesinado por los poderosos de su tierra y que todos sus seguidores debían estar dispuestos a correr la misma suerte; pero que ni su muerte ni la de los suyos serían definitivas, sino que al final vencería la vida (Mc 8,34-38). Probablemente se dio cuenta de que sus discípulos no queda­ban demasiado convencidos y quiso ofrecer a tres de ellos un anticipo de esa victoria. Es lo que nos cuenta el evangelio de este domingo: Jesús ofrece a Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos más preocupados por el triunfo de Jesús o por su propio éxito, la oportunidad de gozar de una experiencia que les hará comprender que lo que a los ojos de este mundo es una derrota, la muerte, no lo es en realidad. La transfiguración, como tradicionalmente se ha llamado a este pasaje, es la ex­periencia anticipada de la victoria de Jesús sobre la muerte. Jesús va a morir, sí; pero su muerte no será para siempre. El vive con la vida de Dios y esa vida es definitiva. Su fracaso no será un fracaso.
 
LA TENTACIÓN DE LA HUIDA
En apoyo de lo que allí está sucediendo aparecen Moisés y Elías, que simbolizan el conjunto de la antigua religión de Israel. Para Pedro, Santiago y Juan no hay que buscar más; su esperanza está realizada: el Mesías ha triunfado. Este era el objetivo y ya se ha cumplido. Y propone que todo se detenga allí: «Rabbí, viene muy bien que estemos aquí noso­tros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moi­sés y otra para Elías.»
Dos peligros acechan escondidos en la propuesta de Pe­dro. Por un lado, la pretensión de parar la historia de la liberación de la humanidad poniendo al mismo nivel la Ley y los Profetas y el mensaje de Jesús de Nazaret. Para él, en este momento, Jesús no aporta nada nuevo a la Ley y a la liberación de la esclavitud de Egipto (Moisés) ni a los mensajes de los profetas (Elías) que urgían a su pueblo a realizar en profundidad aquella liberación; por eso quiere colocar a la par a Jesús y a Moisés y Ellas: «podríamos hacer tres cho­zas...».
Por otro lado, Pedro olvida que el mundo no se acaba en aquel monte y que allá abajo queda todavía mucho trabajo que realizar, muchos hombres y mujeres que aún no han llegado ni siquiera al nivel de libertad que Dios hizo posible para su pueblo por medio de Moisés. De esta manera, Pedro está proponiendo a Jesús que deje sin efecto el compromiso que asumió en su bautismo. Y eludiendo la exigencia que Jesús había planteado a todos sus discípulos: seguir, también ellos, hasta el final su camino.

UNA OFERTA NUEVA
La voz de Dios devuelve a Pedro a la situación presente: «Este es mi Hijo, el que yo quiero: escuchadlo a él.» Moisés y Elías ya no tienen nada que decir a los discípulos (de hecho no hablan con ellos); sólo a él, a Jesús, a quien Dios llama Hijo suyo, hay que escuchar; la Ley y los Profetas ya están cumplidos. Para el momento presente Dios tiene una oferta nueva que presenta por medio de Jesús: convertir este mundo en un mundo de hermanos en el que todos los hombres puedan vivir felices. Esa posibilidad sólo se ofrece por medio de Jesús, «y de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús sólo con ellos», y el camino para lograr que se realice pasa por la entrega sin condiciones, hasta la muerte, si es preciso. No porque Dios exija sangre, sino por­que los responsables de la injusticia y del sufrimiento que padece la mayoría de la humanidad van a utilizar toda la violencia de que dispongan para que ese mundo de hermanos nunca se haga realidad; y porque esa violencia sólo podrá ser vencida con el amor llevado hasta la entrega de la propia vida superando la tentación de huir ante las dificultades o ante el fracaso, manteniendo firme la confianza en Dios, que hará que la vida venza a la muerte.



III
 v. 1  Y añadió: «Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reinado de Dios con fuerza».
Añade Jesús un dicho solemne que estimula la esperanza: El reinado de Dios conocerá un impulso extraordinario dentro de aquella misma generación, debido a la entrada de los paganos en el Reino después de la destrucción de Jerusalén (13,28-32; 14,62); llegará con fuerza de vida para la humanidad (cf. 5,30; 12,24; 13,26; 14,62). Se inaugurará una nueva etapa histórica.
Ante la violenta reacción de Pedro, portavoz del grupo de discípulos, a la predicción sobre el destino del Hijo del hombre (8,32), Jesús quiere convencerlos, mediante una experiencia extraordinaria, de que aceptar incluso la muerte por procurar a otros vida y plenitud humana no signi­fica el fracaso del hombre y de su proyecto vital, sino que, por el contrario, asegura el éxito definitivo de la existencia.
v. 2:  A los seis días Jesús se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, los hizo subir a un monte alto, aparte, a ellos solos, y se transfiguró delante de ellos...
Jesús toma consigo a los tres discípulos más representativos y que mayor resistencia ofrecen al mensaje (3,16s, sobrenombres; cf. 5,37); quiere mostrarles el estado final del Hombre, que, con su entrega, ha superado la muerte (cf. 8,31.35). El monte alto es símbolo de una impor­tante (altura) manifestación divina; la precisión aparte alude, como en los contextos anteriores (4,34; 7,33), a la incomprensión de estos discípulos. La escena anticipa lo que será la condición de resucitado.
vv. 3-4:  ... sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún batanero en la tierra es capaz de blanquear. Se les apareció Elías con Moisés; estaban conversando con Jesús.
El blanco deslumbrador imposible de obtener en este mundo simboliza la gloria de la condición divina (cf. 16,5): Jesús se manifiesta en la pleni­tud de su condición de Hombre-Dios. Dos personajes, Elías (los profetas) y Moisés (la Ley), que representan el AT en su totalidad, se aparecen para ser vistos por los discípulos, pero no hablan con ellos, sino con Jesús; el verbo conversar aparece en Ex 34,35 para indicar que Moisés recibía ins­trucciones de Dios: ahora es todo el AT el que las recibe de Jesús; él es el punto de llegada, la meta a la que tendía toda la revelación anterior: el AT no tiene ya un mensaje directo para los cristianos, su validez o cadu­cidad se juzga a partir de Jesús. Los discípulos deberían comprenderlo.
v. 5: Reaccionó Pedro diciéndole a Jesús: «Rabbí, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
La reacción de Pedro es característica: Rabbí (en Mc, sólo en boca de Pedro, 9,5; 11,21, y de Judas, 14,45) era el título honorífico de los maes­tros de la Ley, fieles a la tradición judía: muestra Pedro que la visión no ha cambiado su mentalidad, sigue apegado a esa tradición. Ofrece Pedro la colaboración de los tres (podríamos hacer) y pretende poner en pie de igualdad a Jesús, Moisés y Elías (tres chozas), es decir, integrar el mesia­nismo de Jesús en las categorías del AT: Moisés (liberación de Israel con muerte de los enemigos), Elías (celo reformador y violento, 1 Re 18,40; 19,14ss; 2 Re 1,9-12; Eclo 48,1ss; cf. Mc 1,29-31). No ve en la gloria que se ha manifestado un estado final, cree que pertenece a la vida histórica de Jesús y desea que se ponga al servicio de la restauración de Israel.
v. 6:  Es que no sabía cómo reaccionar, porque estaban aterrados.
El ofrecimiento de Pedro a colaborar ha sido un intento de congra­ciarse a Jesús; de hecho, los tres discípulos sienten terror ante la gloria que se manifiesta en él, que, dada su anterior resistencia, sienten como una amenaza. No comprenden que la visión es un acto de amor de Jesús, que pretende liberarlos de los ideales mezquinos y exclusivistas que limitan su horizonte y les impiden su desarrollo humano.
vv. 7-8: Se formó una nube que los cubría, y hubo una voz desde la nube: «Este es mi Hijo, el amado: escuchadlo». Y de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
La nube es símbolo de la presencia divina (cf. Ex 40,34-38). La voz revela a los discípulos la identidad de Jesús (cf. 1,11) y refrenda su ense­ñanza: es el único a quien deben escuchar (cf. Dt 18,15.18). El AT queda ya sin voz propia; escuchando a Jesús, la comunidad cristiana integra o descarta la doctrina del AT. Termina la manifestación.
v. 9 Mientras bajaban del monte les advirtió que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitase de la muerte.
Como los discípulos la han interpretado mal, no deben divulgar su error. Lo que se ha manifestado es la gloria definitiva del Hombre dota­do de la condición divina, «el Hijo del hombre». Esta denominación, de sentido extensivo, indica que la misma condición gloriosa deberá exten­derse a sus seguidores. Para los tres discípulos, sólo después de la muer­te de Jesús, que mostrará la calidad de su mesianismo, podrá encontrar su contexto interpretativo. Pero debería prepararlos para la escena de Getsemaní (14,33).

 IV
 Después del anuncio de la pasión y del llamado al seguimiento Marcos introduce el relato de la transfiguración (Mc 9, 2-8). Una Pascua “anticipada” junto a una crucifixión igualmente “anticipada”. Después viene la discusión sobre la resurrección y el retorno de Elías (Mc 9,9-13) y la historia de la sanación del niño mudo (Mc 9,14-29). Según Xavier Pikaza, los tres relatos tejen un tríptico eclesial que vincula la experiencia de oración, la fe sanadora y el anuncio de la pasión y la resurrección. Así la experiencia pascual (transfiguración) está unida a la acción liberadora.
Veamos en primer lugar la fuerza simbólica del relato y después “ataremos cabos” para resaltar el mensaje para nuestro HOY:
“Seis días” que evocan los “seis días” de la creación o los “seis años” de trabajo antes del “año sabático”. Es pues, tiempo productivo, de siembra, de actividad, de preparación. En este ambiente sucede la transfiguración. Pudiéramos decir que la transfiguración pertenece a “otro tiempo” que irrumpe en el “tiempo ordinario” con el fin de producir un contraste, un desequilibrio, un llamado de atención, una corrección.
“Tres discípulos”, Pedro, Santiago y Juan en representación de la comunidad discipular conducida por Jesús. La humanidad masculina en camino al encuentro transformador con la divinidad. Quizá por ello más necesitada de la corrección que va a desarrollarse en lo alto del monte.
“Vestidos resplandecientes” para resaltar la transformación, en donde el resplandor y la blancura expresan la profundidad y la integridad del cambio operado. Las primeras comunidades cristianas usaron vestidos blancos recién lavados para simbolizar la nueva vida que se proponían vivir. Los vestidos exteriores son expresión de los profundos cambios en el interior de las personas.
“Tres seres resplandecientes”: Jesús, Moisés y Elías en representación de la “comunidad celestial” en comunión. También masculina. Quizá por ello, el encuentro de las dos comunidades solo suman “seis”. La plenitud del “siete” tendrá lugar mediante la inclusión de la comunidad femenina.
“Tres tiendas”, simbolismo del éxodo y del Dios del éxodo, experiencia tribal originaria y fundacional de Israel. El tiempo de las tiendas es también tiempo de alianza tribal, de solidaridad, de igualdad. En la fiesta de las tiendas sukkot, cada familia hacía una choza y habitaba en ella recordando la salida de Egipto.
Tenemos un énfasis en el simbolismo trinitario: 3 seres celestiales (Jesús, Moisés, Elías), 3 discípulos (Pedro, Juan, Santiago), 3 chozas (éxodo); tres veces tres junto con la gloria de Dios. Tres significa comunidad, perfección, plenitud. Es la propuesta comunitaria de Dios para la humanidad a partir del mismo ser trinitario de Dios. Es el proyecto a construir una vez que se regrese a la llanura.
“Nube” para los pueblos del desierto significa sombra, lluvia, vida, alegría, bendición. Por todo esto, siempre está relacionada con Dios. Es un signo visible de la presencia y la compañía gratificante de Dios. Así lo fue durante la travesía del pueblo por el desierto, Dios caminaba delante de él señalando el camino. La voz y la nube van junto al pueblo, cuando este decide construir el proyecto de Dios.
“Subir el monte alto” evocando Horeb-Sión, lugar donde Moisés y Elías se vieron “cara-a-cara” con Dios. Epifanía que revela el proyecto de Dios y que da fuerza y sabiduría para llevarlo a cabo. Ascenso humanizador, en cuanto capacidad y decisión para realizar lo revelado por Dios.
“Descender del monte” a la llanura para el encuentro y la transformación humana y social. En el descenso, quienes experimentaron la resurrección, discuten sobre la “resurrección de los muertos”. El monte está relacionado con la resurrección y la llanura con la muerte. Evocación de los orígenes de Israel en las montañas tribales en contraste con las llanuras tributarias e idolátricas. Producir tal contraste es la tarea permanente de quienes “descienden del monte”. De ahí el imperativo a descender.
En el camino a Jerusalén era necesaria la transfiguración. Galilea había mostrado el “éxito” del reino de Dios. La comunidad discipular identificó allí la realización de los tiempos mesiánicos relacionados con los milagros de Jesús y con las multitudes necesitadas. La expectativa judía de un Mesías liberador de la opresión romana estaba siendo respondida. La comunidad discipular aún no salía de estos moldes mesiánicos. Cuando Jesús anuncia su pasión y crucifixión, hay alarma y desconcierto. No se entiende un mesianismo que pase por la cruz. Para “corregir” esta situación vivida por la comunidad post-pascual de Marcos, el relato introduce la transfiguración.
 No sabemos cuál sea el contenido materialmente histórico de este relato teológico, ni es importante conocerlo; este relato, como todo el evangelio, no está escrito tanto “para que sepamos” un dato material de la vida de Jesús, sino “para que creamos”, para alimentar nuestra fe subrayando un aspecto de una verdad salvífica (no una verdad física).
Lo que en el sentido profundo se trasmite en el texto es una vivencia fundamental para toda persona humana, que lo fue sin duda también para Jesús: la necesidad de transcender la superficie de las cosas para captar su sentido profundo. En un momento privilegiado de gracia, los discípulos pudieron acceder a una visión más honda de lo que significaba aquél Jesús humilde que les acompañaba “como uno de tantos”. Y eso les dio ánimos y les fortaleció para continuar la “subida a Jerusalén”.
La fe es la que opera esa “transfiguración”; por ella la vida real, tantas veces chata y sin relieve, rutinaria o hasta decepcionante, se “trasfigura”, mostrándonos sus riquezas de sentido, su trasfondo de dimensiones transcendentes, hasta hacernos experimentar incluso que “todo es gracia”... como dijo Bernanos. Ante esa visión transfigurada de la realidad, uno se extasía, siente el deseo de detener el tiempo para contemplar y saborear... Pero esos momentos privilegiados, transfigurados, son excepciones; a lo largo del camino hacia Jerusalén hay pocos montes Tabor...
La fe es la que debe suplir y hacer posible en el fondo del corazón la fuerza para subir al monte Tabor, incluso cuando podamos estar cerca del otro monte, el Calvario… La fe nos puede dar “una visión contemplativa de la realidad”, una visión mayor, penetrante, transfiguradora, anticipadamente escatológica incluso. Este poema de Casaldáliga que les ofrecemos parece expresar algo semejante.
 "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva"
 Entonces veré el sol con ojos nuevos
y la noche y su aldea reunida;
la garza blanca y sus ocultos huevos,
la piel del río y su secreta vida.
 Veré el alma gemela de cada hombre
en la entera verdad de su querencia;
y cada cosa en su primero nombre
y cada nombre en su lograda esencia.
 Confluyendo en la paz de Tu mirada,
veré, por fin, la cierta encrucijada
de todos los caminos de la Historia
 y el reverso de fiesta de la muerte.
Y saciaré mis ojos en Tu gloria,
para ya siempre más ver, verme y verte.

Para la revisión de vida
¿Hasta qué punto me fío yo de la Palabra de Dios, como Abraham?, ¿cómo reacciono cuando esa Palabra me trae complicaciones y comporta dificultades a mi vida?
Abraham no se reservó para sí ni a su propio hijo, y eso que era el medio necesario para el cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho de tener una numerosa descendencia... ¿También yo soy capaz de ofrecerle y entregarle todo? ¿O hay zonas o realidades de mi vida que yo no estaría dispuesto a entregar a Dios si me lo pidiera?
¿Necesito yo un alto en el camino -como el que proporcionó Jesús a sus tres discípulos en el monte Tabor- para verle transfigurado y transfigurar así también mi vida? ¿Me ayuda la fe a ver las dimensiones profundas de la realidad? ¿Me ayuda a transfigurarla?

Para la reunión de grupo
La fe de Abraham fue "una fe contra toda evidencia"... ¿una especie de "obediencia ciega"? Se trata fundamentalmente de un símbolo que no hay que extrapolar tomándolo a la letra. Teniendo eso en cuenta: ¿la fe, puede estar contra la evidencia de la razón? ¿Fe y razón pueden oponerse contradictoriamente? ¿Puede estar la fe en contra del «sentido común»?
El ser humano no sólo es un “animal racional”, al decir de Aristóteles, sino que es también un “animal de sentido”. Necesita un sentido para vivir. Y lo necesita tanto o más que los bienes materiales necesarios para su vida. Sin sentido, su vida se hace sencillamente insufrible. ¿Qué relación tiene la cultura y la religión con esta necesidad antropológica fundamental?
Estamos en un tiempo sin utopías, donde todo se compra y se vende y se calcula fríamente... ¿Qué mensaje nos trae el símbolo de la transfiguración a este tiempo de mirada tan corta?
Abraham no es «nuestro» padre en la fe, sino el padre de tres religiones monoteístas, las tres religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islamismo. ¿No parece que tenemos bastante infravalorada esta «consanguinidad» o especial relación que deberíamos tener, que debería unirnos a las tres religiones? Sin ir más lejos: ¿qué relación tenemos desde mi comunidad cristiana con comunidades de religión judía o islámica de nuestra propia ciudad o región?

Para la oración de los fieles
Por la Iglesia, para que en medio de las oscuridades y angustias de nuestro mundo sea siempre signo de la esperanza capaz de transfigurar la existencia humana. Oremos.
Por todas las personas, para que encontremos el sentido de la vida en el trabajo por conseguir un mundo nuevo y mejor, transfigurado. Oremos.
Por todos los que padecen injusticia, opresión, soledad, rechazo; para que encuentren hermanos que transfiguren su mirada con la ayuda solidaria. Oremos
Por todos los indecisos, para que descubran lo urgente que es amar. Oremos.
Por todos los pueblos a los que no llegó la luz del Evangelio: para que sean fieles a la luz que el Dios único ha puesto a su disposición en la religión del pueblo en el que han venido al mundo. Oremos.
Por esta comunidad nuestra, para que permanezcamos fieles a Jesús, a quien el Padre resucitó de entre los muertos, y nos mantengamos firmes en la esperanza de encontrarnos un día cara a cara con el Cristo glorioso. Oremos.

Oración comunitaria
Dios, Padre nuestro, que nos invitas a "escuchar a tu Hijo muy amado", Jesucristo; abre nuestros corazones para que sepamos acoger su Palabra con cariño y confianza, la pongamos por obra, y así lleguemos a participar un día de la plenitud de su felicidad gloriosa. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro hermano e hijo tuyo muy amado...
O bien:

          Dios, Padre y Madre de todos tus hijos e hijas, «que quieres que todos se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad», y que invitas a «escuchar a tu Hijo muy amado», Jesús, nuestro hermano adelantado; haz que cada pueblo comparta con los demás tu Palabra, la que has dado a cada uno de ellos en su propia religión, para que reflejando cada uno un destello de tu luz pluriforme, mutuamente nos iluminemos, y reconozcamos comunitariamente la Verdad plena de tu rostro siempre inabarcable. Nosotros te lo pedimos por Jesús de Nazaret, nuestro hermano, hijo tuyo muy amado.

Estos comentarios están tomados de diversos libros, editados por Ediciones El Almendro de Córdoba, a saber:
- Jesús Peláez: La otra lectura de los Evangelios, I y II. Ediciones El Almendro, Córdoba.
- Rafael García Avilés: Llamados a ser libres. No la ley, sino el hombre. Ciclo A,B,C. Ediciones El Almendro, Córdoba.
- Juan Mateos y Fernando Camacho: Marcos. Texto y comentario. Ediciones El Almendro.
        - Juan. Texto y comentario. Ediciones El Almendro. Más información sobre estos libros en 
www.elalmendro.org
        - El evangelio de Mateo. Lectura comentada. Ediciones Cristiandad, Madrid.
Acompaña siempre otro comentario tomado de la Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica: Diario bíblico



miércoles, 25 de febrero de 2015

genealogía apellido linaje Espejo Ayllón Abolafia Mayorgas Corpas

Linaje Ruiz de Espejo 
 Loja - Granada
(está sin concluir en los próximos días se irán volcando más datos)

El origen del Linaje Espejo está muy estudiado; por ello sólo vamos a hacer una pequeña introducción para adentrarnos rápidamente en los Espejo de Loja:
Este apellido siempre o casi siempre va acompañado por el apellido Ruiz o López. Así los encontramos en Loja: Ruiz de Espejo y López de Espejo. En el caso de Loja, tendrían un tronco común.

Loja

.
Los de Loja usarían un apellido compuesto: “López de Espejo, Ruiz de Espejo y Ruiz del Olmo”; todos ellos, en Loja, descienden de un tronco común, igual que en Alhama, donde aparecen en la documentación de protocolos notariales los “López de Espejo, Espejo Barrena, Espejo Miranda, Espejo Garcés”, siendo todos descendientes de un tronco común: Pedro de Espejo.

En el Libro de Repartimiento de Loja, aparecen los primeros portadores del apellido Espejo: Martín Sánchez de Espejo, que recibe viña y huerta en el Frontil, riego en vega y alcacer en el Frontil; Bartolomé Sánchez de Espejo recibirá viñas, huerta, riego en el Frontil, así como riego en Planes y olivar; Juana de Espejo, en 1486, aparece citada en el repartimiento de olivares.
A lo largo del siglo XVI, se mencionan, tanto en las actas del Cabildo de Loja como en las escrituras del Cabildo, las siguientes personas con el apellido Espejo:
-Juana de Espejo aparece como viuda de Gonzalo Ruiz de Jodar, cuando  a su hija, Lucía de Alcalá o Lucía Ruiz de Espejo, se le da dote para su casamiento  de la fundación de Pedro Martín Herrero[i].
Cortijo La Viña 
     -Andrés de Espejo Chillón; en 1559 ya había muerto cuando su hija Catalina Espejo Mengajos recibió para su dote matrimonial bienes de la fundación Pedro Ruiz Herrero[ii].
-Juan Muñoz de Espejo[iii], hijo de Juan Muñoz en el año 1586. En el expediente matrimonial de Sebastián Muñoz de Espejo, de 23 años, y de Antonia de Santiago, de 17 años (14 junio 1652); aparece árbol genealógico ya que eran parientes.[iv]
-Pedro Hernández de Espejo.[v]
-Cristóbal de Espejo.[vi]
         Durante el s. XVII, el  linaje Espejo tomará cuerpo a partir de los hermanos: Sebastián Ruiz de Espejo, Pedro Ruiz de Espejo, Diego López de Espejo, Diego Ruiz de Espejo, Bartolomé Ruiz de Espejo, Miguel Ruiz de Espejo y Juan Ruiz de Espejo; en el expediente matrimonial de Juan de Peralta y Espejo con su pariente en cuarto grado de consanguinidad María Escavias y Molina en el año 1697 (Archivo Diocesano Granada) nos dice quien es el padre de los Ruiz de Espejo en Loja y su comarca. Diego Ruiz de Espejo en la década que va de 1580 a 1590 aparece como fiador de Pedro Ruiz de Espejo.[vii]


Este árbol genealógico se realiza en 1697 para el matrimonio de Juan de Peralta y Espejo con su pariente en cuarto grado de consanguinidad María Escavias y Molina.

Linaje Ruiz de Espejo en Loja Granada s. XVI

I

JUAN RUIZ DE ESPEJO
(S. XVI)
-Juan Ruiz de Espejo nació en 1562 y es hermano de Diego López de Espejo; así consta en el expediente matrimonial del hijo de este Diego, llamado Alonso López de Espejo, en 1628[viii]. En dicho expediente, dice que es tío del novio, hermano de su padre, que en ese momento vive en Algarinejo y que es de edad de 66 años. Sin embargo, Juan  nos aparece como natural de Loja y labrador en Zagra; será en 1625  cuando el Cabildo de Loja lo nombre Alcalde Ordinario de Algarinejo[ix]; entonces se instalará en dicho pueblo. El 3 de febrero de 1582, el ayuntamiento de Loja aprueba una ayuda en pan para los pobres de Zagra; serán Juan Ruiz de Espejo, Francisco Fernández Maroto y Mateo Cobo quienes avalen el coste del pan.

II

DIEGO LÓPEZ DE ESPEJO
(S. XVI)

       Los datos que tenemos sobre este Diego los encontramos en el expediente matrimonial de su hijo Alonso López de Espejo, que se casa con una pariente, María Ramírez, en 1628; se nos dice que es hijo de Diego López de Espejo y de Catalina López, nieto por vía materna de Antonio Ortuño, el viejo, y de María de Corpas, y bisnieto por la misma vía de Fernán López y de Juana Martín, siendo ésta última natural del pueblo  de Martos. Al especificar el origen de la bisabuela, nos hace pensar que todos los demás habían nacido en Loja y su comarca.

genealogía Corpas Espejo

1.1 Alonso López de Espejo:
Alonso López de Espejo se casará con María Ramírez en 1628; son parientes y así consta en su expediente matrimonial: la novia es hija de María Díaz y de Juan Ramírez, siendo éste hijo de Juan Ramírez de Lopera, el viejo, y de María Díaz y ésta es hija de Fernán López y de la marteña Juana Martín; mientras que Alonso es hijo de Diego López de Espejo, casado con Catalina López, ésta fue hija de María Corpas y de Antonio López Ortuño, y éste último es hijo de Fernán López y de la marteña Juana Martín. Como testigos en expediente matrimonial, aparecen los tíos  del novio: Juan Ruiz de Espejo y Sebastián Ruiz de Espejo.

Genealogía López de Espejo Ramírez
1.2.-Pedro López de Espejo, casado con Teodora de Corpas; ella fue hija de Cristóbal Jiménez de Castiller y Ana de Corpas.

Loja

1.2.1. Diego de Espejo, de 27 años, casado con Isabel González Ordoñez; ambos son primos hermanos, como consta en su expediente matrimonial, en el año 1678. Ella es hija de Cristóbal Jiménez Castiller y de María González Ordoñez, que a la vez fue hijo de Cristóbal Jiménez de Castiller y de Ana de Corpas. Ambos serán padres de Pedro de Espejo, que en 1700 se casará con Isabel Ramírez, parientes en tercer grado.[x]  Gaspar de Balboa Dávila, párroco de Zagra, será quien dirija el interrogatorio presente en el expediente matrimonial y que viene a ratificar los datos presentes en la Bula papal necesaria para la celebración de los matrimonios endogámicos. En dicho interrogatorio se nos dice que viven en el cortijo que llaman de La Viña, hoy término municipal de Algarinejo. Testigos en el expediente matrimonial: Manuel de Corpas, de más de 64 años; Domingo Ruiz de más de 40 años; Sebastián Sánchez Cucharero, de 40 años.

Granada
1.2.2. Juan López de Espejo se casó en dos ocasiones: primero, con Mariana Jiménez y más tarde, una vez viudo, con su pariente en 2º y 3º grado, Catalina López Ramírez[xi].

linaje Espejo Ramírez Jiménez

Sin embargo, serán los hijos que tenga con su primera mujer los que continúen la saga:

1.2.2.1. Bartolomé de Espejo, marido de Francisca Aguilera[xii]; ambos aparecen viviendo en Loja como labradores[xiii]. El 18 de julio de 1760, por escritura otorgada en Algarinejo ante Antonio Gallardo, Francisca Aguilera y sus hermanos Cristóbal, María, Juan José, Pedro y Francisco Aguilera llevarán a cabo una permuta de tierras con Luis Fernández de Córdoba.
Cortijo La Viña
 Francisca Aguilera fue hija de Juan Aguilera y de Ana María Montes, ambos de Algarinejo; éstos últimos contrajeron matrimonio el 18 de septiembre de 1687, Juan fue vecino de Priego de Córdoba e hijo de Pedro Aguilera y de María Jiménez Montoro, en la fecha de su matrimonio tenía 25 años, Ana María Montes fue hija de Cristóbal del Campillo y de Francisca de Molina y contaba con 23 años  cuando contrajo matrimonio. (expediente matrimonial de Juan Aguilera y Ana María de Montes).      
“Huerta de la Fuente Grande en Algarinejo:
         En 18  de octubre de 1760 por escritura otorgada en Algarinejo ante Antonio Gallardo, de la que hay copia al nº 31 cajón 1º de este mayo, rasgo, María de Aguilera viuda de Pedro Pérez, dio al Sr. D. Luis Fernández de Córdoba 1er. Poseedor de dicho mayorazgo las partes que tenía en dicha huerta; por lo cual declaró que toda ella había sido de su madre Ana María de Montes, y que por su fin y muerte se hizo siete partes iguales entre ella  y sus hermanos  tocándoles por suerte en este orden:
1ª.- a Francisca Aguilera.
2ª.- a los hijos de Juan de Aguilera.
3ª.- a Cristóbal Aguilera.
4ª.- a María de Aguilera  otorgante de esta escritura.
5ª.- a Juan José de Aguilera.
6ª.- a Pedro de Aguilera.
7ª.- a Francisco de Aguilera.
En cuya virtud entregaba al dicho D. Luis la 3ª y la 4ª parte que se componía de 11 celemines y ¾ de tierra de riego ,, advirtiendo que la 3ª  la había comprado a su hermano Cristóbal, la mitad de la 6ª que también la compró, que se componía de 3 celemines y 11/2 de tierra: la mitad de la 2ª que se componía de 2 celemines y 2/4 y 2 de tierra por haberla comprado a cuatro interesados hijos de Juan de Aguilera y la mitad del secano contiguo y anejo a esta huerta, que lindaba con la otra mitad que allí quedaba a los demás interesados, con tierras del sr. D. Luis y parte de huerta de Francisca Aguilera, también le entregaba dos sestas partes y media de las casas, su asiento, prados y alberca de dicha huerta: que todo ello lindaba, la 3ª y la 4ª parte que estaban juntas por el norte con la suerte de Juan José Aguilera,  por medio día con los menores de Juan de Aguilera; por poniente con el arroyo de la fuente grande; y por el sol saliente con tierras del dicho D. Luis. La media par que fue de Pedro de Aguilera linda por medio día con la suerte del Juan José por el norte con la otra mitad que allí le quedaba al referido Pedro, por el sol saliente con tierras del dicho Sr. D. Luis; y por el poniente con el referido arroyo. La otra media parte que fue de los menores de Juan de Aguilera, lindaba por medio día con la otra mitad que allí les quedaba; por el poniente con dicho arroyo.


Parroquia Algarinejo

 En precio todo de 13.998 reales, de los cuales se bajaban 1282 reales principal de un censo redimible de 38 ½ reales a favor de Pedro Casanova de los clérigos menores de San Gregorio de esta ciudad, quedando líquido 12.716 reales; en pago de los cueles le entregaba el sr. D. Luis una huerta que pertenecía a este mayorazgo situada en el partido de las islas compuesta de 20 ½ celemines de tierra de riego lindando por medio día con el río de Turca, por poniente con huertas de Manuel de Martos, y por el norte con el camino de Lucena y por el saliente con huertas de de Juan Luis Delgado, tasada en 13.425 reales; de los cuales se bajaban 1426 ½ reales de principal de un censo de 43 reales 18 ½ maravedís con  lo cual hacían trueque y cambio sin lección de parte alguna, añadiendo el Sr. D. Luis que lo verificaba por ser en provecho de la vinculación y por  cuanto el marqués de Algarinejo su hermano había formado ciertos autos oponiéndose a que sus fincas que pagaban censos perpetuos a sus mayorazgos no pudieran vincularse.
         En 18 de octubre de 1760 por otra escritura el señor Antonio Gallardo, de la que hay copia al nº 32 cajón 1º de este mayorazgo Juan José Aguilera como dueño de la 5ª parte de dicha huerta, la entregó al referido Sr. Luis, expresando que lindaba por el medio día con la que había adquirido el mismo Sr. De María de Aguilera por el medio día con id, id., por el poniente con el arroyo de la Fuente Grande, y por el sol saliente con tierras de mismo sr.; compuesta de 6 ½ celemines de tierra con  6ª parte de casa, asientos y prados y albercas, valorado todo por peritos en 4854reales de los cuales se bajaban 394 reales prorrata del principal de un censo que sobre toda huerta se pagaba a os herederos de P. Pedro Casanova por sus réditos se componían de 86 reales y 1 ½ gallina; quedando liquido 449 reales. 20 maravedís; en pago de los cuales le entregaba el sr D. Luis una huerta de 8 ½ celemines de tierra en el partido de las islas con un nogal verde y otro seco, que lindaba por el sol saliente con huerta que allí le queda al dicho Sr., por el poniente con huerta de Felipe Gómez, por medio día con el arroyo de Turca, y por el norte con el camino de Lucena; cuya huerta expresó que pertenecía a su mayorazgo, que la trocaba por razón que va indicada en el extracto hecho de la antecedente escritura, apreciada en 5350 reales, que tenía un censo a favor del Sr. Marqués de Algarinejo su hermano de 870 reales de principal y 29 de réditos parte de los 45 impuestos sobre la huerta y otro pedazo que allí le quedaba al dicho sr con el resto de 16  por razón de otro censo: de forma que  restaban de valor liquido 4.480 reales por lo que había de diferencia 20 reales 14 maravedís que entregó el Juan José Aguilera al sr. D. Luis.
En 13 de abril de 1761 por escritura ante el escribano de la que hay copia al nº 33 cajón 1º Bartolomé Espejo y Francisca Aguilera su mujer vecinos de Loja residentes en Algarinejo vendieron en 5.000 reales al señor D. Luis, la 7ª parte que poseían en dicha huerta, la sesta de las casas y albercas y 1/8 parte de los 9 ½ celemines de tierra de secano que tenían por indivisión con María Aguilera y los menores Juan de Aguilera: lindaba la 7ª parte con otras partes que allí tenía el Sr comprador, con parte de los referidos menores y con el río de la Fuente Grande, también comprendieron en la mima venta. Otra 7ª parte compuesta de tres cuartillos de tierra que compró a Manuel de Aguilera sobrino de la otorgante lindando con la que va vendida por esta escritura con huerta del Sr. D. Luis y parte que allí quedaban de los referidos menores y con el río de Fuente Grande, con cargo todo de 15 reales 22 maravedís de censo abierto a los herederos de P. Pedro Casanova.
En 15 de dicho mes y año compró en 1.000 reales  (…) a Cristóbal Aguilera como apoderado de su hermano Pedro una cuarta parte de la 7ª que tenía en la huerta, la que lindaba con tierras del comprador, con otra 4ª parte que allí le quedaba al vendedor, con el río de la Fuente Grande y otras tierras del dicho sr con cargo de 3 reales y 10 maravedís de censo a favor de ls herederos del dicho Padre Casanova.

Algarinejo
En 6 de febrero de 1763 por escritura ante el dicho escribano de la que hay copia al cajón nº 39, compró  en 524 a Cristóbal Aguilera una parte por indivisa y por partir con otras dos partes que tenía Francisco y Miguel de Aguilera sus hermanos que lindaban toda ellas con otras del comprador y con el arroyo de la Fuente Grande, con el gravamen de la prorrata del censo que se pagaba a D. Tomás Villoslada como heredero del P. Pedro Casanova.
(…) otra parte compró a Miguel Aguilera…
En 27 de septiembre de 1772 por escritura otorgada en Loja ante Antonio Muñoz de la Serna (nº 37) compró con expresión de ser parte de este mayorazgo, a los herederos de Dª Catalina Ortega mujer que fue de Francisco de Aguilera, una haza de tierra calma de reigo de 7 ½ celemines con su casa de teja en el partido de Fuente Grande que lindaba por todas partes con tierras del mayorazgo con cargo de 15 reales y 22 maravedís de censo y 522 de capital a favor del mimo mayorazgo en precio a demás de 5.975reales para lo cual se apreció la tierra en 4.730 y la (…) en 1.767.
En el mismo día, mes y año ante el escribano  compró otra parte (nº 38) a Francisco de Aguilera Obalde vecino de Algarinejo y labrador del cortijo Tejarilla, 2 ½ celemines de tierra calma de riego partido de la Fuente Grande lindado por todas partes con tierras del mayorazgo del comprador, con cargo de 1  real y 26 maravedís de censo a favor del mismo mayorazgo por precio además de 941 reales y 6 maravedís. (…)”
Algarinejo Aguilera
(Borrador de hacienda mayorazgo segundo. Ana Dorotea Ordoñez a favor de su hijo Luis Fernández de Córdoba, Archivos Pares – Sección nobleza, Luque,C,84,D.6)
Serán padres de:
1.2.2.1.1 Bartolomé Espejo y Aguilera, Jurado del Cabildo de Loja; se casará con Brígida Arroyo Molina y Jiménez de  la Peña[xiv]. Bartolomé nació el 9 de enero de 1734. Vivieron en la calle Montoya de Loja, en la casa que hace esquina con dicha calle y el callejón que baja al Genil; hoy, en dicha casa, existe una licorería, tabique por medio linda con su pariente Francisco Ruiz de Espejo y de Catalina Calvillo Pulgar y Zayas, padres del teniente general Pedro Antonio Ruiz de Espejo, ayo del hermano menor de Fernando VII.
En 1785, ante el escribano de Loja, Joaquín Montejo y Lara, Bartolomé Espejo, su mujer Brígida Arroyo, su hijo Francisco José de Espejo  y la mujer de éste,  Nicolasa Comino Pérez de Salamanca, solicitaron un préstamo de 12.600 reales al presbítero de Loja, José Antonio Rodríguez del Águila; Bartolomé y José Antonio morirán, sin haber resuelto la deuda; ésta se hará efectiva en 1816, cobrándola los sobrinos del presbítero.  Perdieron los bienes que pusieron al frente para respaldar dicho préstamo:

-una casa principal en la calle Montoya, lindera por oriente con casa de Catalina Calvillo Pulgar y Zayas, viuda de Francisco Ruiz de Espejo; al poniente lindaba la casa con casa de Francisco Gordo y con los callejones que caen al Genil, donde tiene su postigo; enfrente tiene el huerto que llaman Calvo.



Casa de Bartolomé Espejo en Loja calle Montoya
         -un cortijo en La Viña, término municipal de Algarinejo, con su casa de teja, tinaos, pajares, y tierra de cultivo de regadío y secano; lindero con tierras de Antonio Narváez Porcel, con tierras de Juan Espejo y con tierras de Juan Espejo Carrillo. Este cortijo lo comprará Elías Aguilera, seguramente tío o primo de Bartolomé Espejo.
Cortijo La Viña Algarinejo Loja
     -Una casa en la plaza de Zagra.

Calle de La Viña Algarinejo Loja
Bartolomé y Brígida fueron padres de:
A)-Francisco José María, que casó con María Lorca.
B)-Bartolomé, que se casará primero con María Cervera, y en segundas nupcias, con Isabel Ramírez de Espinosa y Urrutia de los Monteros[xv].
Parroquia San Gabriel Loja


Loja
                   Bartolomé nació el 29 de enero de 1772; fue bautizado en Zagra el 3 de febrero de 1762; se les impuso por nombres Bartolomé Francisco Antonio Gertrudis; fueron sus padrinos Juan Antonio y María Comino, su mujer, y tuvo por testigos a Juan Alcaide y Bartolomé de Espejo. El sacerdote que lo bautizó fue José Antonio Rodríguez del Águila. Su primera mujer, María Cervera, fue natural de Loja; fue enterrada en la parroquia lojeña de San Gabriel el 2 de agosto de 1808[xvi]. Una vez viudo, Bartolomé se vuelve a casar, en 1817, con Isabel, hija de Gaspar Ramírez de Urrutia[xvii], natural de Granada, y de Mª Manuela Espinosa de los Monteros Lodeña Castilla y Portugal, natural de Loja. Isabel fue bautizada en San Pedro y San Pablo, en Granada, el 12 de noviembre de 1761.[xviii]

Genealogía Cervera

C)-María Antonia se casó el 18 de febrero de 1784 con Francisco García Cózar (López Cózar). María nació el 2 de junio de 1766, fue bautizada en la Iglesia de Zagra, siendo  madrina María Comino y testigos José Alcalde y María Mazuela; aunque había nacido en Zagra, en 1780, ella, con sus padres y hermanos, se trasladan a vivir a Loja. El novio es vecino de Huétor Tájar; aunque había nacido en Loja y había sido bautizado en San Gabriel el 1 de julio de 1664, hijo de Manuel García de Cuenca y de Rosalía de Cózar Zambrana; testigos del expediente matrimonial: Matías Campaña, Sebastián de Aguilera, Antonio Quintana, Francisco Sillero López, Antonio Perea, Miguel de Cózar[xix].
D)-María Salomé se casó con Miguel Cano Jiménez (ambos fueron padres de Juan, María Antonia y Romualda).
María Salomé le venderá a Francisco Maldonado Chacón,  por 7.500 reales, una casa horno de pan cocer, situada en la plaza pública de Zagra, lindera con casa de Diego Carrillo y otras de los herederos de Diego Mazuelas y por los corrales con el Castillo de Zagra, que esta casa es propia de Salomé pues la llevaba en la dote que sus padres le dieron cuando contrajo matrimonio, así consta en la escritura de dote realizada el 13 de febrero de 1796 ante el escribano Jerónimo Fernández de Mieres, éste mismo escribano levanta acta de la presente venta en el libro notarial del año de 1800, al folio 159
E)-María Brígida, que casó con Diego Núñez de Contreras.
F)- Francisco José, marido de Nicolasa Comino Pérez de Salamanca. Hija de ambos:
Josefa Espejo (nació en 1770) y se casará con (el 24 de enero de 1789) Sebastián Núñez de Contreras (nació en 1764); él, natural de Huétor Tájar, hijo de Dionisio Núñez de Contreras y de Ana Marfil.[xx]
Huétor Tájar


          G)-Aunque la línea la vamos a continuar con José, que se casó con María Sevilla, quisiéramos nombrar algunos sobrinos de éste y nietos de Bartolomé y Brígida: Nicolasa, que casará con Francisco López.


1.2.2.1.1.1. José Espejo Arroyo se casará con María Sevilla Jiménez, mudándose a vivir al cortijo Blanquillo; ambos serán padres de Miguel, José, Josefa y Francisco.
        El matrimonio se celebró el 11 de septiembre de 1794, en la Iglesia de Zagra, José Espejo se bautizó en la parroquia de San Gabriel en Loja el 28 de febrero de 1775; sus padrinos fueron: José Espejo y Nicolasa Comino Pérez de Salamanca; los testigos: Gaspar de Urrutia y Ramírez y Juan Ramírez. María Sevilla Jiménez fue bautizada en Zagra el 23 de marzo de 1777 fue su padrino Juan Espejo Jiménez y tuvo por testigo a Juan Valverde y a María Manuela Mazuela.


         José Espejo Arroyo y María Sevilla son parientes ya que la madre de la novia Mª Francisca Jiménez y la abuela materna del novio Ana Molina eran hermanas fueron hijas de Miguel Jerónimo Jiménez de la Paz; si bien las madres fueron distintas ya que Miguel se casó en dos ocasiones.

Genealogía Jiménez
          Ante el escribano de Loja Jerónimo Fernández de Mieres al folio 113 de escrituras de este año de 1800, Francisca Jiménez, viuda de Alonso Sevilla, le comprará a su sobrino Juan Miguel Álvarez y Jiménez, privado del sentido del oído, un trozo de tierra en el  partido que llaman Aguas Blanquillo, lindera con las tierras que ella poseía y con las tierras de Diego Orellana y con las de su sobrina Isabel Álvarez Jiménez, viuda. Miguel e Isabel habían heredado estas tierras de su madre Josefa Jiménez.

1.2.2.1.1.1.1 Francisco Espejo Sevilla se casará con Mª Concepción Martín Padilla. Hijos de ambos:
       *Francisco  Espejo Martín casado con Mª Josefa Blancas Cobo; hijos: Juan, Justa, Francisco, Francisca,(se desarrolla en: 1.2.2.1.1.1.1.1)
       *Claudio María Espejo Martín casado con Ana Rosalía Ramos Ruiz; hijos: Bonifacio; nietos: Gonzalo Espejo Pérez, (se desarrolla en: 1.2.2.1.1.1.1.2) 
          *Justa Espejo Martín casada con Juan Pascual Álvarez Ortega.
          *Francisca Espejo Martín casada con Antonio Almirón Miranda.
1.2.2.1.1.1.1.1 Francisco Espejo Martín, natural de Loja, hijo de los anteriores, casará,  en 1855,con Mª Josefa Blancas Cobo; de profesión, labrador. 
Francisco Espejo y Sevilla nació el 5 de febrero de 1826, el día 7  fue bautizado en la parroquia de Zagra; fue su madrina Josefa Espejo. Mª Josefa Blancas, nació en Iznajar, el 21 de febrero  de 1832, siendo bautizada el 24; fueron sus padres Sebastián de Blancas y Otero, natural de Iznajar y vecino de Fuentes de Zesna, y Ana Cobo; los abuelos paternos fueron Pedro de las Blancas, de Iznajar, y María de Otero; los abuelos maternos Juan Cobo y María, de Zagra.
Ambos serán padres de Juan y Francisco.
D. Juan Espejo Blancas
1.2.2.1.1.1.1.1.1 Juan Espejo Blancas, en 1899, se casará con Inocencia Lobato Gálvez. Había nacido el 24 de junio de 1874, en un cortijo llamado Antonio; recibió el sacramento del bautismo en la Iglesia de Zagra el 25 del mismo mes y año; su madrina fue Justa Espejo Martín. 
Miguel Espejo Lobato, hijo de Juan Espejo Blancas

 Inocencia, hija de Antonio Lobato Muñoz, labrador, y de Mª Teresa Gálvez Morón y nieta, por parte de su padre, de Idelfonso Lobato López y de Francisca Muñoz Cobos; y por parte de su madre, de Cristóbal Gálvez Guerrero y de Francisca Morón Vílchez; la madre de Inocencia, junto con sus padres, eran de Montefrío; actuó como padrino Tomás Lobato Muñoz en su bautismo celebrado  el día 29 de diciembre de 1878. Juan Espejo Blancas, junto con su hermano Francisco, contribuirán a la creación del Partido Socialista de Loja y su comarca. Ambos crearán una asociación llamada de los Gallombares, reuniéndose en el cortijo Blanquillo. La actividad de ambos será importante; así, en la manifestación del 1º de Mayo de 1912, en Loja, según el periódico granadino El Defensor de Granada, Juan Espejo Blancas mantendrá un discurso en el que hará una crítica a la ley de Jurisprudencias; del mimo modo, animará a los presentes a asociarse, poniendo ejemplos de los beneficios obtenidos en distintos países europeos y conseguidos gracias al asociacionismo.
partido socialista Loja Granada
1º de Mayo Granada Loja

 Durante la Guerra Civil, participará en el bando Republicano y aunque durante dicha guerra civil se le expropia, como consta en documentación conservada en la Chancillería de Granada (su casa con todo su contenido, su taller de carpintería, la tierra que rodeaba la casa en La Villa en termino municipal de Algarinejo, la tierra que tenía en Gallombares, término de Loja y un cortijo llamado de La Villa en el término municipal de Huétor Tájar, heredado de su tío), todo lo recuperará al terminar dicha contienda tras algunos juicios.

Cortijo La Viña Loja Granada

          El historiador Fernando Rodríguez González, en su magnífico estudio sobre los movimientos sociales en la comarca de Loja, publicado en su libro: Caciques, burgueses y campesinos, Loja 1900 -1923, editado por el Ayuntamiento de Loja, en 1986, hace mención amplia a Juan Espejo Blancas.


Cortijo La Viña en Huétor Tájar Granada

Juan Espejo Blancas e Inocencia Lobato Gálvez serán padres de:  Juan, Antonio (murió soltero en el campo de batalla en Valencia durante la Guerra), Francisco, Miguel (caso en dos ocasiones), Palmira (casada con Francisco Gámiz), Sirio Espejo Lobato, que casará con Agapita Aguilar Ropero y ambos serán padres de José, Antonio, Francisco, Elia y Juan; Sirio y Agapita morirán en Lora de Estepa, Sevilla. Sirio tras la guerra civil trabajó en la construcción del Canal de los Presos, durante este tiempo vivió en Los Palacios, calle o casa llamada: Casilla de Vitorino, en este tiempo tuvo un hijo con otra señora.


Lora de Estepa Sevilla
Expediente expropiación por ser republicano Guerra Civil

 Expediente de Embargo a Juan Espejo Blancas año 1938:
“El Juez señor Cáliz Tallón.
Algarinejo quince de septiembre de 1938, tercer año triunfal; guarden y cumplan lo mandado por la superioridad en la anterior carta orden y al efecto procedan al embargo de bienes propiedad de Juan Espejo Blancas, por mandato del Juez de Loja…
Diligencia de embargo. En el partido de La Viña del término municipal de Algarinejo a diez y siete de septiembre de mil novecientos treinta y ocho, III año triunfal siendo las nueve horas, el agente judicial habilitado Francisco Montoro Escobar se constituyó  acompañado del secretario que reprenda en el cortijo de  Juan Espejo Blancas, y encontrando en él a su hija Palmira Espejo fue invitada a que pusiera de manifiesto todos los enseres de la casa…bienes:
Muebles:
1.-una mesa de pino (de camilla).
2.-otra mesa de pino pequeña.
3.-un arca grande de pino.
4.-otra arca de pino mediana.
5.-seis sillas en buen uso.
6.-una caldera grande.
7.-dos depósitos de hierro para aceite.
8.-seis (…) nuevos.
9.-cuatro cuadros de comedor.
10.-dos cuadros religiosos.
11.-una cama de madera tijera.
12.-una albarda nueva.
13.-una tinaja pequeña.
14.-una media fanega.
Guerra Civil Loja
Semovientes:
15.-un mulo castaño oscuro, herrado bajo marea.
Bienes muebles dentro de la casa que después se dirán.
16.-seis medianas madera álamo negro de 2.70 x 0.20 metros.
17.-dos medianas madera álamo negro de 1.20 x 0.18 metros.
18.-dos medianas madera álamo negro de 1.50 x 0.25 metros.
19.-una mediana de madera álamo negro  2.00 x 0.25 metros.
20.-seis tablas de madera de chopo    de 1.30 x 0.20 metros.
21.-cuatro tablas de madera de chopo de 2.00 x 0.18 metros.
22.- dos pedreras álamo negro nuevas.
23.-un motor a gasolina marca Gion o Qion o Dion Freres-París-de 4 H.P.
24.-una máquina circular para aserrar madera, completa.
25.-diez sierras para la máquina anterior.
26.-una máquina cepilladora y barrenadora completa.
27.-un molino triturador par echar para el ganado de rodillo.
28.-un banco de carpintero, con doble cuerpo para tornear madera.
29.-otro banco de 2.00 x 0.23 con su prema de madera.
30.-otro banco de 2.50 x 0.30 con su prema de madera.
31.-otro banco de 2.00 x 0.20 con tornillo.
32.-otro banco de 2.40 x 0.30 sin tornillo.
33.-nueve uvios para mulos terminados.
34.-tres uvios para bueyes terminados.
35.-una puerta de madera de 1.35 x 0.65.
36.-otra puerta de madera de 1.00 x 0.78.
37.-doce manceras terminadas.
38.-un par de angaripolas terminadas.
39.-catorce tablas de madera de chopo de 1.5 a 2.00 metros.
40.-dos tablones de madera de nogal de 2.00 x 0.25.
41.-una tabla de nogal de 1.30 x 0.35.
42.-seis tablas álamo blanco de 1.30 x 0.30.
43.-quince útiles madera  azada terminados.
44.-cuatro sierras de mano para madera.
45.-tres sierras de brazo para madera.
46.-dos serruchos de mano.
47.-seis garlopas.
48.-seis cepillos para madera.
49.-un cepillo mecánico.
50.-dos junteras.
51.-diez cepillos para moldurar.
52.-dos quillamer.
53 un machambra.
54.-dos cepillos fajas.
55.-veinte barrenas para madera.
56.-cuatro barrenas nuevas.
57.- tres azuelas.
58.-cuatro hachas de banca.
59.-cuatro gubias para tornear.
60.-dos patas de escalera para tornear.
61.-tres escuadras fijas.
62.-tres compases derechos.
63.-cuatro compases gruesos.
64.-un berbiquí.
65.-dos (…) nuevos.
66.-veinte escoplos y formones.
67.-cuatro martillos carpintero.
68.-dos escofinas.
69.-una llave inglesa.
70.-un destornillador.
71.-una piedra de afilar de agua.
72.-un fogón de herrería con dos fuelles de mano.
73.-un yunque de hierro grande.
74.-una máquina de taladrar y sus accesorios.
75.-un taladro de pecha.
76.-una sierra para hierro.
77.-unas tijeras para hojalata.
78.-cinco limas.
79.-siete martillos de herrería.
80.-cuatro martillos machos.
81.-catorce pares de tenazas de fragua.
82.-un banco de fragua con dos tornillos fragua.
83.-un legón nuevo.
84.-cuatro escardillos nuevos.
85.-tres hoces nuevas.
86.-rejas de cañón para arado.
87.-un gato de más de ocho toneladas de fuerza.
88.-quince trozos de hierro nuevos de diferentes tamaños.
89.-treinta y cinco tablas y tablones de nogal de diferentes gruesos y largos.
90.-Una casa de planta alta orientada al norte compuesta de dos cocinas, un cuarto, cámaras, cuadras, pajar, un taller de herrería y carpintería, dos tinglados para almacenar madera y zaurdas enclavadas dentro de la finca rústica.
91.-un trozo de tierra con olivos en este término de La Viña.
92.-otro trozo de tierra, de varias hectáreas, en La Viña, que linda al éste con tierras de Emilio Lizana, y la vereda norte con el barranco, al sur con el cortijo Llano y éste con el mismo cortijo.
93.-otro trozo de tierra (varias hectáreas) en los Gallombares, término de Loja, cuyos linderos ignora la comisión del juzgado.
En este estado se da por terminada la diligencia después de nombrar depositario a Nicolás Aguilera Jiménez, el cual firma con el agente judicial de que yo el secretario doy fe.”
Guerra Civil Granada Algarinejo Loja La Viña
          El 3 de mayo de 1942, por decisión judicial se le devuelve todo; así consta:
“Responsabilidades políticas, Juzgado Civil Especial, Granada.
C.C. de Devolución.
De orden de S.S. le dirijo la presente que devolverá diligencia a fin de que al vecino de esa: JUAN ESPEJO BLANCAS, se le haga entrega para su disfrute y administración con carácter de depósito de los bines de su propiedad que les fueron incautados y que al margen se dicen, previniéndole que no podrá disponer libremente de ellos hasta la resolución definitiva del Tribunal.
         Que así mismo se practique descripción y valoración de dichos bienes por peritos y en forma legal.
          Que se averigüe quién sea el interventor-depositario y conocido que sea se le pidan cuentas de su gestión.
         Dios guarde Vd. Muchos años Granada a 3 de mayo de 1942". 
Cortijo Blanquillo - Loja - Zagra Granada

1.2.2.1.1.1.1.2 Claudio María Espejo Martín casado con Ana Rosalía Ramos Ruiz: 
       Hijo: Bonifacio Espejo Ramos. 
     Nieto: Gonzalo Espejo Pérez, (seguramente hay más pero por ahora no localizados).

      Claudio Mª Espejo Martín y Ana Rosa Ramos Ruiz contrajeron matrimonio en Zagra en 1861.

Partida bautismal de Claudio:
       Se bautizó en Zagra el 2 de noviembre de 1840, hijo de Francisco Espejo Sevilla, labrador y de María Martín Padilla.
Abuelos paternos: José Espejo y María Sevilla.
Abuelos maternos: Francisco Martín y Ana Padilla.

Partida bautismal de Ana Rosa Ramos Ruiz:
Se bautizó en Zagra el 1 de marzo de 1840, hija de José Ramos, labrador y de Ana Antonia Ruiz.
Abuelos paternos: Antonio Ramos y Ana Sillero.
Abuelos maternos: Andrés Esteban Ruiz y Ana Ruiz.

       Claudio y Ana Rosa fueron padres de Bonifacio Espejo Ramos, éste se casó con Dolores Pérez Rodríguez (ambos de Loja). Éstos últimos, Bonifacio y Dolores fueron padres de Gonzalo Espejo Pérez.

III

MIGUEL RUIZ DE ESPEJO
(S. XVI)
Miguel Ruiz de Espejo; tuvo por hijo a Manuel Ruiz de Espejo, que se casó con María de Corpas y ambos fueron padres de Diego Ruiz de Espejo, que  casó con Feliciana Margarita Ayllón; ambos fueron padres de Pedro Antonio Ruiz de Espejo y Jódar; éste casó con su pariente en tercer y cuarto grado, llamada Isabel Carrillo y Mayorgas, la cual fue hija del Jurado de Loja, Juan García Mayorgas, y de María Santa Ana, y ésta fue hija de Juan Santa Ana y de María Ruiz del Olmo; y ésta última lo fue de Antonia Pérez y de José Ruiz del Olmo, siendo este José hijo de Bartolomé Ruiz de Espejo, Regidor de Loja.
Pedro Ruiz de Espejo y Jódar contrae matrimonio con Isabel Mayorgas y Lara en 1693.
Pedro vive en la colación de San Gabriel; es hijo de Diego Ruiz de Espejo, Regidor de Loja y familiar del Santo Oficio, y de Feliciana Margarita Ayllón. Fue bautizado en San Gabriel, en 1676; su padrino fue Antonio Narváez y Cabrera. Ella pertenecía a la parroquia mayor de Loja; el licenciado Francisco Cuenca Barrionuevo la bautizó en 1668. Ambos eran parientes:

Genealogía Olmo

Pedro Ruiz de Espejo y Jódar y su mujer, Isabel Santana[xxi]; fundan una capellanía[xxii]. Él es hijo de Diego Ruiz de Espejo, Regidor de Loja, y de Feliciana Margarita Ayllón de la Trapera y Atiencia[xxiii]. Pedro e Isabel serán padres, entre otros, de Francisco Ruiz de Espejo,  que fue bautizado en la Iglesia Mayor de Loja en 1708; se casará, en 1745, con Catalina Calvillo Pulgar y Zayas, viuda de Francisco Alfonso Palomares, hijo que fue de Diego Alfonso Palomares y de María Zamora; mandó que se enterrase en el convento de San Francisco de Loja; durante el mes de agosto de 1732, dejó dispuesto su testamento el día 3; el 10  realizó su codicilo y murió el 12;  el escribano de Loja, José de Montejo, fue el redactor de sus últimas voluntades, según las cuales sus hijos se convierten en herederos universales y sus padres en albaceas. Catalina fue hija de Antonio Calvillo y Zayas y de Teresa del Pulgar[xxiv]. Catalina y Francisco serán padres de Pedro Antonio Ruiz de Espejo, Teniente General del ejército y ayo de Francisco de Paula Borbón, hermano pequeño de Fernando VII.[xxv]
Capellanía:
Información contenida en la Capellanía:
*Testamento de Tomasa Santana, doncella de 25 años, hija de Juan García Mayorgas, jurado de Loja y comisario de la Inquisición y de María Santana; testó en 1724, dejando por heredera universal a Isabel Santana.
*Testamento de Filipa de Ayllón de la Trapera; testó en 1685, hija de Francisco Ayllón de la Trapera y de Lucía Navas; deja por herederos a sus hijos: Pedro Antonio, Antonia María y Francisco Manuel. Testigo del testamento, Diego Ruiz de Espejo y Jódar.
*Testamento de Francisco de Atiencia Ayllón; testó en 1672; pide ser enterrado en la Iglesia Mayor de Loja en una tumba propia; se nos dice que hacía 40 años que contrajo matrimonio con Lucía Navas, que ambos fueron padres de: Juana, Feliciana y de Pedro de Ayllón y Atiencia, presbítero. Los albaceas testamentarios fueron: Pedro y su hermano Diego Ruiz de Espejo y firmó como testigo Juan Ruiz del Olmo, el mayor.
*Testamento de Juana María de Ayllón y Lara, doncella; testó en 1684; hija de Francisco Ayllón y Atienza y de Lucía Navas y Lara. Deja por heredero universal a su hermano el presbítero Pedro Ayllón de la Trapera, pide ser enterrada en la Iglesia Mayor de Loja.
*Testamento del Presbítero Pedro Ayllón de la trapera:
Muere el 3 de febrero de 1722. Hijo de Francisco Ayllón Atienza y de Lucía Navas de Lara. Sus abuelos paternos fueron: Alfonso López de Atienza y María de Carvajal; los abuelos maternos fueron: Tomás de Navas y María Díaz de Lara.
Desea que su cuerpo sea enterrado en la Iglesia Mayor de Loja, en la sepultura que tiene a la salida de la capilla que está junto a la sacristía a dos pasos, con poca distancia del escalón que está debajo del arco toral mirando directamente hacia el altar mayor; pide ser enterrado revestido con los ornamentos sacerdotales.
Afirma que es poseedor de una capellanía que fundó su tercer abuelo, Pedro de Ayllón, el viejo, y de otra de Juan de Ayllón. Nombra como heredero de estas capellanías a su sobrino Francisco de Espejo Mayorgas, hijo de Pedro Antonio Ruiz de Espejo y de Isabel Laura de Mayorgas; abuelos paternos: Diego Ruiz de Espejo y Feliciana Mayorgas  Ayllón; abuelos maternos: Juan García Mayorgas y María Santana. Feliciana Margarita de Ayllón, casada con Diego Ruiz de Espejo, es hermana del testamentario.
Deja una casa a Isabel Juana Curiel, hija de Fernández Muñoz y de Leonarda María Curiel, en la calle de (…) Mansilla, fundada sobre las caballerías de las casas.
Deja a Inés Jiménez de Lara, vecina de Granada, 200 reales.
Deja como heredero universal a su sobrino Pedro Ruiz de Espejo.
En 1790, queda vacante la capellanía, por muerte de Jerónimo Ruiz de Espejo, presbítero, y la reclama Diego Sánchez Abolafia Ruiz de Espejo, presbítero.
*En la partida de defunción de Jerónimo Ruiz de Espejo se nos dice que murió el 16 de julio de 1790, que fue bautizado el 26 de julio de 1735,  que testó  ante Antonio Muñoz, el dicho mes y año. El presbítero que firma la partida de defunción fue Antonio Ruiz del Olmo y Calvo, seguramente pariente del difunto.
*Partida de bautismo de Diego Sánchez de Abolafia y Ruiz de Espejo:
Padres: Isabel Teresa Ruiz de Espejo y de Francisco Sánchez Abolafia, Regidor perpetuo de Loja.
Abuelos Maternos: Pedro Ruiz de Espejo, Regidor de Loja, e Isabel Mayorgas Santana.
Abuelos Paternos: Francisco Abolafia Santana y María de Corpas.
Partida bautismal del abuelo Materno: Pedro Ruiz de Espejo: se bautizó en la parroquia de San Gabriel el 30 de noviembre de 1676, hijo de Diego Ruiz de Espejo y de Feliciana Mayorgas de Ayllón y Lara. Siendo padrino del bautismo: Antonio Narváez y Cabrera y testigos: Pedro Ayllón de la Trapera y Francisco Garrido.
Partida bautismal del padre de Diego Sánchez Abolafia y Ruiz de Espejo: Se bautizó el 24 de noviembre de 1693 en la parroquia de Santa Catalina; se le puso por nombre Francisco Diego; hijo de Francisco Abolafia Santana y de Mariana de Corpas.
Abuelos paternos: Cristóbal Sánchez Abolafia y Juana Ramos Santana.
Abuelos maternos: Lucas Moreno y Ana de Corpas.
*Partida bautismal de Isabel Laura Margarita: fue bautizada en la Iglesia Matriz de Loja el 11 de septiembre de 1668 por el sacerdote Juan Vargas Quintana. Hija de Juan García Mayorgas y de María Santana; la madrina fue Leonarda Carrillo y los testigos, Diego Atiencia y Diego Fernández.

Pila bautismal Iglesia Mayor Loja Granada

*Partida matrimonial: el sacerdote Juan Ramiro Moreno, con licencia del cura mayor de esta parroquia, Salvador Serrano de Luque; en el año 1687 contrajo matrimonio Pedro Antonio Ruiz de Espejo y Jodar, hijo de Diego Ruiz de Espejo y Jódar y de Feliciana Margarita Ayllón. La novia fue Isabel Laura Mayorgas Santana, hija de Juan García Mayorgas, jurado, y de María de Santana y Olmo. Testigos: Juan Castillo de las Infantas, Tomás Sánchez Benjumea, Salvador Serrano Luque y Juan Ramiro Moreno.
*Partida bautismal de Isabel Teresa Damasa: nació el 11 de diciembre, siendo bautizada por el sacerdote Juan Pérez Bernal el 18 de 1704. Hija de Pedro Ruiz de Espejo y Jódar y de Isabel Mayorgas Santana. Abuelos paternos: Diego Ruiz de Espejo y Jódar, regidor de Loja y de Margarita Ayllón; los abuelos maternos: Juan Garcia Mayorgas, jurado y de Mª Santa Ana. Padrino: Juan  Jiménez  del Castillo y de las Infantas, Regidor de Loja. Testigos: Carlos Amigo Navarro, presbítero, rector del Hospital eclesiástico de Loja,  Francisco del Puerto Santana, Francisco Guzmán, Fernando Rafael Caro Guzmán y Juan Pérez Bernal.
*Partida matrimonial de Francisco Abolafia y Santana y Teresa Ruiz de Espejo Santana.  Contrajeron matrimonio el 17 de marzo de 1723. Sacerdote: Manuel Isidoro de Ortiz y Gámez, con permiso de Alonso de Burgos Farfán, vicario de las parroquias de Loja. El novio fue hijo de Francisco Sánchez Abolafia Santana y de Mariana de Corpas, viudo de Catalina Centeno. La novia fue hija de de Pedro Ruiz de Espejo y de Isabel Mayorgas y Santana (parientes en tercer y cuarto grado).
*Juan Ruiz de Espejo se casa en 1738 con Mariana García Mayorgas y Abolafia[xxvi]:
Juan es hijo de Pedro Ruiz de Espejo y Jódar, difunto, y de Isabel Laura García Mayorgas. La novia prestará testimonio en la casa de su abuela Francisca Santana, viuda de Alberto García Mayorgas, donde vive y tiene su residencia; la casa se encuentra en la calle que llaman de Tamayo, en la colación de Santa María de Loja, donde tiene su residencia la novia; el sacerdote le tomará declaración sin entrar, en la casa, a través de una ventana que está debajo de una sala, en la parte de arriba de la puerta, al lado derecho entrando; en el interrogatorio dijo ella que es hija de Alfonso García Mayorgas y de Mariana de Abolafia y Corpas, que se bautizó en Santa Catalina pero que es feligresa de la Iglesia Mayor. Comparece como testigo Antonio Gámez, capellán de menores de Loja; este testigo nos aporta, al menos, datos curiosos: nos dice que los novios son parientes, que las dos familias han presumido siempre de esta relación de parentesco pero que cuando éstos han dicho de contraer matrimonio, ambas familias se han peleado y en el pueblo no hay entre ambas más que chismes  y cuentos; que a la novia la han encerrado con candados en una habitación y que no hacen sino darle pesadumbres, que a través de la ventana hablaba con el contrayente, Juan Ruiz de Espejo, pero que cuando sus abuelos la han visto no han hecho sino quitarla a golpes de la ventana. Por todo esto disponen que contraigan matrimonio secretamente.



Genealogía Mayorgas Espejo Santana García
Partida bautismal de la contrayente: El cura de Santa Catalina Francisco Antonio Ayala de Castañeda bautizó el jueves día 7 de noviembre de 1715, a Mariana Francisca, hija de Alfonso García Mayorgas y de Ana Abolafia y Corpas; abuelos paternos: Alberto García Mayorgas y Francisca Lucía Vega Santana; abuelos maternos Francisco Sánchez Abolafia y Santana y Mariana de Corpas y Ortiz, su compadre Juan de Corpas.


Partida bautismal del contrayente: En la Iglesia Mayor de Loja, el martes 13 de marzo de 1714,  fray Jerónimo de Jaime, religioso de San Francisco descalzo en Loja, bautizó a Juan José Víctor, hijo de Pedro Ruiz de Espejo y Jódar y de Isabel Santana y Mayorgas; abuelos paternos: Diego Ruiz de Espejo y Feliciana Margarita Ayllón; abuelos maternos: Juan García Mayorgas y María Santana; comadre: Feliciana Vellido. Unos viven en la calle Llana; otros, en la calle Tamayo; y otros, en la calle Bodegones.

La Viña cascada de Agua



[i] Libro Memorias de Ánimas, año 1579, folio 214. (datos aportados por Rafael del Rosal de Pauli.
[ii] Ibídem.
[iii] AML, escrituras de Cabildo, años 1586 y 1588.
[iv] Juan Muñoz de Estepa casó con Juana Rodríguez y tuvieron por hijo a Juan Muñoz de Espejo, que casó con Isabel Díaz Muñoz, padres del novio Sebastián; Felipa Muñoz de Espejo casó con Juan Ruiz de Santiago y tuvieron por hijo a Salvador de Santiago, que casó con Catalina Panes, padres de la novia Antonia de Santiago. ADGr, expediente matrimonial de Sebastián Muñoz de Espejo y de Antonia de Santiago, año 1652.
[v] AML, Actas de Cabildo, 1570.
[vi] AML, Actas de Cabildo, año 1567.
[vii] AML, Escrituras de Cabildo, años 1582, 1583 y 1588.
[viii] ADGr, expediente matrimonial de Alonso López y María Ramírez, año 1628.
[ix] AML, Actas de Cabildo, año 1625.
[x] ADGr, expediente matrimonial de Pedro de Espejo y de Isabel Ramírez, año 1700. En dicho expediente aparece árbol genealógico según el cual el novio es hijo de: Diego Espejo e Isabel González, nieto de Pedro López de Espejo y Teodora de Corpas, bisnieto de Diego López de Espejo y de Catalina López; La novia es hija de Salvador de Peralta y Francisca de Espejo, nieta de Alonso López de Espejo y de María Ramírez, bisnieta de Diego López de Espejo y Catalina López.
[xi] ADGr, expediente matrimonial de Juan López de Espejo y Catalina López Ramírez, año 1706. En dicho expediente nos dice que el novio nació en 1657 y la novia en 1667, ambos de Loja, residentes en el momento de la boda en La Viña, término de Algarinejo, pueblo donde murió su primera mujer María Jiménez, ya que marchó a la casa de sus padres para recuperarse en 1704. El novio era de profesión labrador. La segunda mujer fue hija de Salvador Peralta y de Francisca López Ramírez y nieta de Alonso López de Espejo y María Ramírez.
[xii] Francisca Aguilera fue hija de Juan Aguilera y de Ana María Montes, ambos de Algarinejo; los padres de Francisca contrajeron matrimonio el 18 de septiembre de 1687; Juan, vecino que fue de Priego de Córdoba, era hijo de Pedro de Aguilera y de Ana María Jiménez Montoro; la mujer de Juan fue hija de Cristóbal Campillo y de Francisca Molina.
[xiii] Catastro Marqués de la Ensenada.
[xiv] APNGr, Loja, testamento de Brígida Arroyo Molina, mujer de Bartolomé Espejo, jurado de Loja.
[xv] Isabel Ramírez de los Monteros nació en Granada, bautizándose en San Pedro y San Pablo el 12 de noviembre de 1761, hija de Gaspar Ramírez de Urrutia natural de Granada y de Mª Manuela Espinosa de los Monteros Lodeña Castilla y Portugal, natural de Loja. Libro bautismal de San Pedro y San Pablo de Granada y expediente matrimonial de Bartolomé Espejo Arroyo e Isabel Ramírez.
[xvi] ADGr, expediente matrimonial de Bartolomé Espejo y María Cervera, 18 de mayo de 1796.
[xvii] ADGr, expediente matrimonial de Bartolomé Espejo e Isabel Ramírez Urrutia, 30 de diciembre de 1817.
[xviii] AP, San Pedro y San Pablo Granada, año 1761.
[xix] ADGr, expediente matrimonial de Francisco García Cózar y Mª Antonia de Espejo Arroyo, año 1784.
[xx] ADGr, expediente matrimonial de Sebastián Núñez de contreras y Josefa de Espejo, año 1789.
[xxi] ADGr, expediente matrimonial de Pedro Ruiz de Espejo y Jodar y de Isabel Laura Santana y Mayorgas, año 1693.
[xxii] ADGr, caja 339, pieza 1.
[xxiii] ADGr, expediente matrimonial de Diego Ruiz de Espejo y Jodar y de Isabel Laura Santana y Mayorgas.
[xxiv] ADGr, expediente matrimonial de Francisco Ruiz Espejo y de Catalina Calvillo y Pulgar, año 1745.
[xxv] APNM,  escribano M. Verino, general de los cuerpos notariales de artillería e ingenieros, testamento de Pedro Antonio Ruiz de Espejo y Calvillo, Madrid, a 29 de diciembre de 1820.

[xxvi] ADGr, expediente matrimonial Juan Ruiz de Espejo y Mariana García Mayorgas Abolafia, 1738.