martes, 4 de octubre de 2022

libro: la máscara democrática de la oligarquía

Reflexiones sobre nuestro mundo

          En 2020 pudimos encontrar en nuestra librerías el libro La máscara democrática de la oligarquía, editado por Trotta; en él, como se indica en la contraportada con un término utilizado por el pensador Agamben, podemos encontrar un artefacto para suscitar dudas y sobre todo para reflexión del lector. 

        Se trata de un diálogo entre Gustavo Zagrebelsky, magistrado y presidente del Tribunal Constitucional Italiano, el historiador y filósofo interesado en el mundo de la política, Luciano Canfora y Geminello Preterossi, catedrático de filosofía del derecho y de historia del pensamiento político.




          Gustavo Zagrebelsky, tan solo al inicio del diálogo afirma: "...Que la política <<en el escenario>> de las instituciones sea una puesta en escena para apartar los ojos del público de la realidad del poder (que <<está en lo más profundo del secreto>>, como ha escrito Elias Canetti), es una idea realista... ¿Hoy? Hoy estamos frente a algo nuevo. Las consecuencias sobre la vida de las personas son evidentísimas, y su matriz también: el predominio de la economía desreguada y manipulada de las finanzas especulativas... Advertimos el declinar de la política, hasta la pantomima de sus ritos: personajes inconsistentes, que quizá se presentan como <<técnicos>>, revelándose en realidad como ejecutores de voluntades ajenas; personajes... Pasando a la cuestión... dinero y poder tienen esa característica, en cierto modo diabólica, de que no bastan jamás. La tendencia es acumular hasta el infinito: acumular dinero, acumular poder, mientras lo hay. Y cuando no lo hay, producirlo para acumularlo... No es cierto que sean los pobres los que tienen mayores deseos de bienes materiales: son los ricos. No es cierto que sean los impotentes los que desean el poder: son los poderosos. Los pobres, inicialmente, desean lo que sirve para vivir, los carentes de poder, inicialmente, desean estar protegidos de las prepotencias. Luego, superado el momento inicial, se pone en movimiento también en ellos -los que ya están arriba les llaman parvenus- esa letal fuerza apropiatoria que impulsa a quien tiene un poco de poder a tener cada vez más, y a quien tiene algo de riqueza a querer siempre más.

        Pensándolo bien, esta tendencia a la ilimitación es la que conlleva el abuso, la opresión y la conculcación de las reglas del vivir común..."


         Canfora dirá: "...Ante nuestros ojos los partidos son en definitiva isomorfos, variantes de lo mismo que fingen hacerse la guerra...; ...Los oligarcas o los filo-oligarcas son algo distinto: son los que consideran que un grupo restringido de poder, consolidado, combativo, está bien en el mando y debe mantenerse en él, y defienden con  uñas y dientes ese mando..."

 

         Zagrebelsky: "...para esta gente el dinero no es solo el medio para llevar la vida que llevan; es mucho más, es realmente un fin en sí mismo. Además, nosotros estamos razonando como si los sujetos de este sistema fueran personas físicas, cuando en cambio se han convertido en estructuras financieras movidas por esa inexorable lógica interna del medio que es fin o del fin que es medio. Un mecanismo totalmente insensato que no obstante actúa como una máquina semoviente...Y esto es el nihilismo profundo... Es necessario que de vez en vez exitan lugares nuevos en los que el mecanismo se pueda reproducir... El discurso sobre el saneamiento económico y financiero tiene por debajo la exigencia de hacer de los mercados nacionales lugares apetecibles para los juegos de las finanzas. ¿Y cómo se realiza el saneamiento? Reduciendo la remuneración del trabajo, los puestos de trabajo mismos, las prestaciones sociales. He aquí pues que todo eso genera exclusión social e incide en las capas medias. La perversidad del mecanismo consiste en que las capas medias deben entrar en el juego, deben aceptar..."






1 comentario: