viernes, 10 de junio de 2016

historia Loja Espejo, militar, jurado, infante Francisco de Paula Borbón Madrid Vicálvaro Archidona

Historia de dos lojeños

Francisco Espejo Lobato, descendiente de Bartolomé y de Pedro Antonio Espejo
LINAJE RUIZ DE ESPEJO
LOJA GRANADA MADRID VICÁLVARO  ARCHIDONA

*Pedro Antonio de Espejo. (Teniente General, encargado de la educación de Francisco de Paula Borbón, hijo pequeño de Carlos IV).


*Bartolomé de Espejo, Jurado del Ayuntamiento de Loja.

PEDRO ANTONIO DE ESPEJO

       Natural de Loja, hijo de Francisco Ruiz de Espejo y de Catalina Calvillo y Zayas.
        Militar, como su hermano el guardia de Corps Francisco José Espejo.
       Se encargó de la educación del Infante Francisco de Paula Borbón, hermano pequeño de Fernando VII, durante 9 años.

       Por orden de Carlos IV, protegió y acompañó a Godoy tras el Motín de Aranjuez.


Palacio de Abrantes, calle Mayor Madrid; hoy Instituto Italiano de Cultura
       Murió en el palacio de Abrantes en 1834, celebrandose su funeral en la parroquia de Santa María la Real de la Almudena.
Acta de defunción Pedro Ruiz deEspejo, parroquia de la Almudena

Nuestra Señora de la Almudena Madrid, Parroquia de la Almudena -Cripta-

Documentos transcritos que publicamos: 
1.-Carta de Pedro Antonio Espejo a Fernando VII, solicitando su jubilación. 
2.-Extracto de las Memorias de Manuel Godoy.
3.- Relato de la salida del Infante Francisco de Paula Borbón para Bayona
4.- Acta de los bienes que Pedro Antonio de Espejo dejó en Ocaña cuando partió para Bayona.
5.- Nombramiento de Jurado del Ayuntamiento de Loja, otorgado a Bartolomé de Espejo por Carlos III.

Infante Francisco de Paula Borbón

Palacio 3 de Enero de 1818

Señor:

Don Pedro Antonio Espejo, teniente General de los Reales Ejércitos, segundo comandante del Brigada de Carabineros R.A.L.R.P., de V.M., con el mayor respeto expone : tiene el honor de servir en la gloriosa carrera de las armas 49 años, un mes y días, habiendo comenzado en la clase de Cadete del Regimiento de Caballería de Alcántara y seguido en la de Alférez del de Santiago; Porta Estandarte y Alférez de la Real Brigada de Carabineros; Teniente con grado de Capitán, por particular mérito: Ayudante mayor; Capitán, Coronel vivo de Caballería; Sargento Mayor y segundo Comandante de la Real Brigada citada. Promovido a Brigadier y Mariscal de Campo en el mismo Real Cuerpo, por acciones y méritos distinguidos en las campañas; finalmente hecho Teniente General, tanto en las épocas de paz como en las de guerra ha conseguido ver el resultado más brillante a su celo y deseos de sacrificarse en el lleno de sus funciones al Real servicio.

Palacio Real Madrid
En la duración de las expresadas épocas, ha vivido empleado sin usar: en la de guerra constante en los campos de combate y líneas, sufriendo no pocas veces, enfermo y aun de peligro; herido otras, se sostuvo al frente de los estandartes al destrozo de los enemigos y mayores riesgos hasta la conclusión de las funciones de armas.

Francisco Espejo Lobato, descendiente de Bartolomé Espejo y Pedro Antonio Espejo

          Se halló, como consta, en las campañas de Francia de 93 y 94, desde su principio hasta su total conclusión y en ellas en la función y batalla de Seret, mandando el destacamento de caballería que siguió a los enemigos y aun al paso del río: Toma de Baulen; batalla de Masden; ataque y retirada a las alturas de Perpiñán: en los de mañana y tarde 17 de julio de Canoes y Solet, donde le mataron el caballo que montaba. En el desalojar a los enemigos de las cercanías de Millas y otros lugares a las órdenes del Mariscal de Campo Don Rafael Adorno; en los de 29 de agosto en los campos y baterías de Cornellás y Pesillás, deteniendo y rechazando con un destacamento de su Cuerpo en la toma de Ubeta y sus campamentos; en los del 3, dados en los mismos campos, mandando el destacamento de Caballería y Dragones de 2º del Brigadier Don Santiago Magdonel, pasó a la cabeza del río forzando el fuego de artillería y fusil de los enemigos; no obstante de haber sido herido gravemente en aquel instante, les atacó, maniobrando hasta la conclusión del todo, que teniendo orden para la retirada, sostuvo la total tomando sobre sí la reunión de las tropas que dispersaron, formándolas y disponiéndolas en paraje más ventajoso a poder seguir y evitar los mayores riesgos, logrando los instantes, y a ser observado por el general don Rafael Vasco, que mandaba el todo, anotándole las acciones que recomendó a su M. en el número de las más distinguidas y dignas de premiar. 


Palacio Real Madrid
        En la retirada de Prades, a las ordenes del conde de la Unión y en la de San Felui, y cercanías de Perpiñán. En ésta sostuvo, con 40 caballos que mandaba, los respectivos trabajos hasta su conclusión. En el voladura y destrucción del puente del río principal, rechazando a los Migueletes y Usares enemigos. En la batalla de Trullas, el 22 de septiembre; en la función del 29 de junio, a las cercanías de Tuy; en todas las del campo y baterías del Baulon. En el 17 de octubre; en los campos y baterías de Villalonga; en el 18, a la reconquista de Argeles; En el 19 y batalla por los enemigos en las baterías de Villalonga de la que salió herido gravemente; en la batalla y función de 7 de junio de 94, en Pons de Molin, en la que, por orden de su comandante en jefe, salió con 50 carabineros a atacar un flanco las columnas de caballería enemigas, logrando ejecutarlo por el frente de su Infantería bajo de su fuego de fusil e intercalándose entre ésta y aquéllos consiguió puntualizada la comisión, extendiéndola a la retaguardia enemiga para cortarles con el destrozo que les verificó; salió contuso de un golpe de sable en la cabeza, cuyo todo fue notorio; en la salida del 13 de agosto, a los enemigos; en las del 6 y 26 de mayo de 95; en la batalla del campo de Pontos, el 14 de junio; y en otras generales con sus respectivos Cuerpos, sacando dos veces sus caballos heridos de golpe de bayoneta. Se halló así mismo, en la campaña de Portugal en 1801, mandando a la cabeza los escuadrones de la brigada desde su entrada en dicho reino hasta su salida o total conclusión. Aun cuando le tocó partir de los campos franceses a mandar en España cantones de descanso, logró evadirse anteponiendo el quedar en medio del riesgo al descanso que le proporcionaba la suerte. Ejecutó por orden de su comandante en jefe la retirada de Labisbal con la enfermería u hospital de la citada Real Brigada, salvando todos los heridos y enfermos que en ella había sin abandonar ni aun los más imposibilitados y de peligro; como así mismo la remonta de caballos que acababa de llegar, y el vestuario completo (…), hecho que se admiró como imposible, habiendo sido ejecutado dos días después de la entrega de Figueras y creyéndose los caminos cortados por los enemigos, como se lo dijo el Teniente General Izquierdo y otros a su paso por dicho pueblo.


Se halló, igualmente, al socorro y acogimiento de alimentos y ropas, costeadas a su expensas de los desvalidos náufragos, heridos y moribundos por la batalla de Trafalgar, arribados al puerto de Santa María. Así mismo, se encontró en la fuerte epidemia pestilencia de Andalucía, en Jerez de la Frontera a la cabeza de la Brigada, mandándola por ausencia de los dos comandantes, sin omitir medio en las urgentísimas necesidades y acudiendo al todo personalmente, no obstante de verse en su penosa convalecencia.

Palacio Real Madrid

En la paz, sin duda, estuvo empleado siempre en los asuntos más propios (instrucción militar y plana mayor) de su carrera sin haberse ausentado de los Estandartes ni usando de Real licencia temporal, ni aún para el arreglo más preciso de sus intereses. El celo y desempeño de sus deberes le atrojo sin duda el ser elegido y llevado por representaciones generales de la primera reputación de unos Cuerpos a otros, sin omitir el Real Colegio de Cadetes de Caballería que se estableció en Ocaña; quedé Cadete de Alcantara, concluido totalmente el curso de matemáticas en la Real academia militar de Barcelona, del que salió sobresaliente en todas sus materias y dibujo, como consta de certificación, fue ya elegido para la instrucción de aquéllos, y después de su primer pase a la brigada de Carabineros Reales, sacando por Real orden de S. M., hallándose de Alférez para sargento mayor del referido colegio y director de matemáticas, táctica de caballería e infantería y otros ramos de enseñanza militar.
Libro de Defunciones de la Parroquia Santa María La Real de la Almudena de Madrid
       En la época que rrd. De R. resoluciones existió fuera de España empleando al Real lado del Serenísimo Señor Infante don Francisco de Paula Antonio, cuya duración ha sido toda la dicha época de muy cerca de nueve años las obras practicadas, a pesar del más conocido riesgo en favor de la hospitalidad y auxilios de manutención, embarques para volver a España dignísimos oficiales, sargentos y soldados españoles, escapados de los depósitos franceses y vistos después los unos en cárceles y los otros ocultos en parajes no pensados por él y que haciendo alarde visitaba y socorría de diversos modos, son testigos públicos de su conducta particular no equivocada. Pudieran citarse varios de ellos que apoyarían lo expuesto. Igualmente que del sacrificio de no haberse hallado a verter repetidamente la sangre en defensa de su gran Nación y a rendirla su haber o pagar de 2º comandante de la Real Brigada para ayuda de sus gastos contra el enemigo común durante su cruel lucha; dejando para su manutención y legítimas urgencias del suplicante la de Mariscal de Campo; mas el todo fue muy de continuo recomendando a los oficiales y demás individuos arriba expuestos y aun algunos comandantes de buques españoles para presentarlo a los gobernadores, juntas Reales y generales verdaderos de los puertos a donde la suerte de su arribo a España les llevase.
Parroquia de la Almudena Madrid Cripta
La notoriedad testigo y fiel apoyo del todo y de la serie de hechos reunidos como digno Español. No menos deja acreditada esta verdad infalible la fidelidad, celo, exactitud, y desinterés con que se ha comportado con los méritos y servicios contraídos en la tan grave como honorífica Real comisión y empleo que S.S.M.M. Reyes Padres tuvieron a bien fiar a su cuidado y conducta desde Fontainebleau, nombrándole y constituyéndole, como consta y es patente, para el Real lado y responsabilidad de S.R.A. Desempeñada sin intermisión ni alternativa de persona con la mayor constancia y amor hasta el instante en que el referido Señor A. R. partió de Lyon. El todo de sus verdades innegables consta a S.S.M.M. Reyes Padres. La resignación en los adyacentes de considerables perdidas de sus equipajes, caballerías, y otras. La ruina de su casa por la aversión francesa, como tan a costa suya experimenta durante su existencia fuera del Reino son tan indudables como probadas al momento.
Señor:

El estado, achaques fuertes e irreparables de una salud perdida, edad quebrantada en razón de su larga y laboriosa carrera, tesón propio, modo con que la ha seguido y es notorio, presentando ya una obligación tan sagrada como precisa aunque son violencia la más fuerte en el suplicante a ceder el seguimiento activo de Cuerpos en la carrera de las armas. Cubierto del más vivo sentimiento confiesa esta delación sincera, mas el reto modo de pensar es su agente. Su conducta no común y reputación digna son probadas. En consideración al todo sin dudar, aunque ausente de su Cuerpo, la Brigada de Carabineros Reales y fuera de España (en toda la época comisionado tan honoríficamente) jamás se dio de baja, ni ha dado en dicho Real Cuerpo; hechos verificados y sin intermisión en Real de Orden de la suprema Junta Central Gobernativa de los Reyes, su fecha 10 de octubre de 1808, librada a Real nombre de V.M., orn., que no ha sido derogada, y se rige en su vigor total. Prueba de su verdad son todos los estractos de revistas de comisario mensuales del Cuerpo, en que la ha pasado y pasaron arreglo a la orden y aun para obtener sus adelantamientos sin cesar, existe alguna otra relativa a los cuerpos de Casa Real que favorece sus suerte deseada. Por tanto A.L.P. De V.M. Llega cubierto del respeto mayor rindiendo el todo de lo expuesto: Suplicando se digne V.M. Admitirlo, y en consideración a ello, usando de su R. bondad concederle el correspondiente retiro de 2º Comandante de la citada Real Brigada de Carabineros, su Cuerpo, con los honores de primer Comandante ya que la mandó dignamente años y aun en la guerra a su cabeza con el destino por su clase Teniente General al Reino de Granada y Ciudad de Loja su patria, o a otras culesquiera de dicho Reino, en la que encuentre el clima más adaptable a la conservación de su salud; o donde V.M., se sirva tener más a bien señalarle, con una dotación digna de su Real clemencia, a soportar el gasto de la manutención propia a su carácter y a finalizar los días de su existencia. Gracia que espera de la Real piedad de V.M.

Madrid, 20 de diciembre de 1817


Memorias de Godoy Volumen 6, folios 53 – 54:

Tras el Motín de Aranjuez, Godoy marcha camino de Andalucía; Pedro Espejo es enviado por Carlos IV para protegerlo. Manuel Godoy recordará en sus memorias la conversación con Carlos IV en la que éste le narra cómo vivió los hechos:

Palacio de Aranjuez

“En cuanto al rey, S.M., cuando volvimos a juntarnos, me refirió su angustia y su penar de aquella noche en que se halló sin libertad ni medio alguno de hacerse obedecer, a causa del terror que le inspiraban y de que se mostraban poseídos, o fingían estarlo, los que debieron de darle aliento, cohibido por ellos de tal suerte, con pretesto de lealtad y amor a su persona, que ni aun hablar le habían dejado dentro del palacio a los soldados de su propia guardia, <<larga congoja inexplicable>>, me decía S.M., en que por más de cinco horas me tuvieron hasta acercarse el día, tiempo ya en que, no a mí, sino a mi hijo, y cuando el mal estaba hecho plenamente, hicieronse asomase a la ventana para sosegar el movimiento. Entonces me dijeron que te habías salvado, y que era de creer que habrías partido con dirección a Andalucía; y enseguida dí la orden de que saliesen a buscarte y protegerte los carabineros, encomendando este servicio a su segundo comandante, don Pedro Antonio Espejo, en quien tenía gran confianza. Y por consejo de los mismos que me rodeaban, muy de mañana todavía, para aplacar aquella tempestad tan horrorosa, lo que a tus ruegos tan continuos había negado tantas veces, hícelo por la fuerza, y di el decreto en que te exoneraba de tus cargos de generalísimo y almirante; pero sin deshonrarte, como habrían querido, sin darte un sucesor, sin confiarlos a ninguno, mas reasumiéndolos yo mismo en mi persona.”

El infante don Francisco de Paula Borbón, saldrá de Madrid el 2 de mayo de 1808; esa madrugada en la habitación del Infante, se encuentra presente Pedro de Espejo. Así lo narra Ildefonso Antonio Bermejo en su libro Políticos de antaño: historia, anecdótica y secreta de la Corte de Carlos IV, editado en Madrid por la Casa Editorial de la Viuda de Muñoz, Imp. de Pedro Núñez, Volumen II, folios 153-154:

“Los gritos de D. Antonio Pascual despertaron a la servidumbre interior y corrió de boca en boca el nocturno suceso, y acudieron al cuarto del joven Infante la Marquesa viuda de Montealegre, Camarera Mayor; el Capitán de Guardias de Corps, Teniente general Marqués de Valparaíso; el Capitán de Alabarderos, Teniente General Marqués del Castelar; el Coronel de Guardia Walona, Capitán general Príncipe de Castelfranco; el Comandante de Carabineros Reales, Mariscal de Campo D. Pedro Antonio Espejo; Gentileshombres.”

Expediente para la formación de un inventario sobre los efectos dejados por Pedro Espejo, mariscal de campo. en la casa de José Bogado, en el pueblo de Ocaña, antes de partir a Bayona.

Ocaña 1808

Reales Señores Fiscales; Legajo 21, nº 15.

Expediente formado con motivo de haber pasado al Consejo de S.E. El Señor Duque, Presidente, una representación del Gobernador de Ocaña en que manifiesta que el Mariscal de Campo D. Pedro Espejo, que parece se halla en Francia acompañando a los Señores Reyes Padres, cuando salió de aquel pueblo, dejó encerrada una berlina, y custodiados en casa de D. José Bogado, bajo un tabique, porción de plata labrada, dinero y otros efectos.
Gobierno.
Guerra de la Independencia Madrid 2 de mayo 1808, Puerta del Sol.

El Mariscal de Campo, D. Pedro Espejo, Comandante interino que fue de la Real Brigada de Carabineros, cuando estuvo acuartelada en esta villa, al tiempo de ausentarse de ella con la misma Brigada, en la época en que ocurrieron los sucesos de Aranjuez, dejó en la cochera de mi casa una berlina muy buena; después pasó a Bayona con los Señores Reyes Padres, y he oído que los acompañaba en su destino.

Tengo entendido, así mismo, que en una de las casas que pertenecen al capitán de caballería retirado, D. José Bogado, dejó custodiada, bajo de un tabique, porción de Plata labrada, dinero y equipaje, el cual, tal vez, se esté deteriorando.

En estas circunstancias, he creído propio de mi obligación ponerlo en la de superior noticia de V. E., para que enterado, haga lo que estime justo.

Dios Guarde a V.E.

Ocaña, 10 de octubre de 1808.

Firma: Exmo. Señor Vicente de Bustamante.


En la carta adjunta me dice el Gobernador de Ocaña que el Mariscal de Campo D. Pedro Espejo, que parece se halla en Francia acompañando a los Señores Reyes Padres, cuando salió de aquel pueblo en marzo último, dejó encerrada en su cochera una berlina, y custodiados en las casas de don José Bogado, bajo de un tabique porción de plata labrada, dinero y otros objetos; y la pasó a nosotros a fin de que, haciéndolo presente al Consejo, tome este Supremo Tribunal las providencias que estime convenientes.

Dios Guarde A V.md

Madrid, 29 de octubre de 1808.

Pase a los Fiscales.


Los Fiscales enterados de este Expediente y representación que lo motiva del Gobernador de Ocaña, su fecha: 10 del pasado.

Dicen:
Que el Mariscal de Campo D. Pedro Espejo es de los comprendidos en los que han huido; con motivo de las actuales ocurrencias, tienen alguna sospecha de su modo de proceder antes de los acontecimientos de marzo último, que convendrá averiguar por los medios que el Consejo estime, acordando, sin perjuicio de esto, la seguridad y custodia de las alhajas que se refiere dejó en este villa y a este fin podrá desde luego el Concejo mandar se comunique la orden conveniente al mismo Gobernador para que por sí y asistencia de D. José Bogado, si no hubiere inconveniente, dueño de la casa, en la que, se dice dejó plata, dinero y enseres, se haga un escrupuloso reconocimiento e inventario formal y exacto de cuanto se encontrase perteneciente al dicho Espejo, remitiendo desde luego el dinero y alhajas de plata y oro a Tesorería Mayor, por vía de Depósito y a disposición del Concejo, acordará sobre todo.

Madrid, 2 de noviembre de 1808.


Signatura del documento:

Expediente para la formación de un inventario sobre los efectos dejados por Pedro Espejo, mariscal de campo. en la casa de José Bogado, en el pueblo de Ocaña, antes de partir a Bayona Archivo Histórico Nacional,CONSEJOS,5527,Exp.15 - 1.


Vicálvaro, Madrid, Loja, Archidona, Roma

      En 1816 María Antonia Ruiz de Espejo, natural de Loja y vecina de Archidona, hermana de Pedro Ruiz de Espejo, Capitán de Artillería, residente en la ciudad de San Juan en Puerto Rico, en su nombre, y Florentín Ruiz de Espejo, vecino y natural de Vicálvaro Madrid, reclama el Vínculo que ostenta su primo, el Teniente General Pedro Ruiz de Espejo, al que creen muerto en Francia, sin embargo durante las investigaciones se aclara que se en cuentra en Roma, como miembro de la Corte de los Reyes padres, Carlos IV y María Luisa de Borbón. (este tema se desarrollará en otra publicación)





BARTOLOMÉ DE ESPEJO


Natural de Loja; hijo de Bartolomé de Espejo y de Francisca Aguilera.

Título de Jurado de Loja concedido a Bartolomé Espejo.

El Cabildo del Ayuntamiento de Loja recibe como Jurado a Bartolomé Espejo.

       Viene en este Cabildo un real nombramiento de Jurado a este Ayuntamiento despachado a favor de don Bartolomé de Espejo en lugar de don Francisco García Mayorgas perpetuo por juro de heredad, dado en Madrid, a 31 de agosto de 1779, firmado de su Majestad y refrendado por don Juan Francisco de Lastiri, Escribano de Cámara, el cual se leyó a la letra.

Se manda copiar el Título de Jurado del Ayuntamiento de Loja, en las Actas de Cabildo del mismo:

       Don Carlos, por la Gracia de Dios, Rey de Castilla de León, de Aragón, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Indias Orientales y Occidentales, etc...

        Por cuanto el Señor Rey D. Fernando VI, mi hermano, que en santa gloria haya, por despacho de veintinueve de abril de 1751, hizo merced a D. Fernando García Mayorgas, de darle título de Jurado de la ciudad de Loja, en lugar de Francisco García Mayorgas, jurado perpetuo por Juro de Heredad y con otras calidades, y (…) en el dicho título declaradas según más largo en el que me refiero se contiene, y ahora por parte de vos, D. Bartolomé de Espejo, me ha sido hecha relación que el dicho Fernando García Mayorgas, por escritura que otorgó en la ciudad de Loja, el cuatro de Diciembre de 1775, ante Juan Covaleda y Frías, escribano de ella, os vendió el enunciado oficio en precio de 1640 reales, los cuales quedaron impuestos a censo sobre dicho oficio como consta de testimonio de la expresada escritura que con otros papeles, en mi Consejo de la Cámara, han sido presentados, suplicándome que en su conformidad sea servido de daros el título de Jurado, como a mi merced fuere y lo he tenido por bien.

Expediente matrimonial, año 1697, en él aparece  el primer Ruiz de Espejo que se instaló en Loja
Recordemos que Algarinejo, Zagra fueron Loja

       Por tanto por la presente, mi Voluntad es que, ahora y para siempre, el expresado D. Bartolomé de Espejo seáis mi Jurado de la dicha Ciudad de Loja, en lugar del citado don Fernando García Mayorgas; y mando al Concejo, Justicia, Regimiento, Caballeros, Escuderos, Oficiales y Hombres Buenos de la dicha Ciudad, que luego que con esta mi carta fueren requeridos juntos en su Ayuntamiento, tomen de Vos en persona el Juramento y Solemnidad acostumbrados, el cual, así hecho y no de otra manera, os den la posesión de dicho oficio y lo usen con vos en todo lo a él concerniente, y os guarden y hagan guardar todas las Honras, Gracias, Mercedes y Franquezas, Libertades, Exenciones, Preeminencias, Prerrogativas, e innumerables y todas las otras cosas que por razón del dicho oficio debéis haber y gozar y os deben ser guardadas y os reciban y hagan recibir con todos los derechos y salarios a él anejos y pertenecientes según se usó, guardó y (...), así a vuestro antecesor como a cada uno de los otros mis Jurados que han sido y son de la dicha Ciudad. Todo bien y cumplidamente, sin faltaros cosa alguna, y que en ello, ni en parte de ello, impedimento alguno no os pongan ni consientan poner, que Yo desde ahora os recibo y doy por recibido al dicho oficio y os doy facultad para ejercer, caso que los referidos o alguno de ellos a él no seáis admitido. Yo por haceros más merecimiento es mi Voluntad que tengáis el dicho oficio por Juro de Heredad perpetuamente, para siempre jamás, para vos y vuestros herederos, sucesores y para quien de vos o de ellos hubiere título; y vos o ellos lo podáis ceder, renunciar, traspasar y disponer de él en vida o en muerte (…) o en cualquier otra manera como bienes y derechos vuestros propios y la persona en quien sucediere lo haya con las mismas calidades, prerrogativas, preeminencias y perpetuidad que vos sin que le falte cosa alguna y que con el nombramiento de renuncia o disposición ahora o de quien sucediere en el dicho oficio se haya de despachar título de él con esta Calidad y Perpetuidad, aunque el que lo renuncie no haya vivido ni un día, ni horas algunas después de la tal renuncia y aunque no se presente ante mí dentro del término de la ley y que si después de vuestros días o de la persona que sucediere en el dicho oficio lo hubiere de heredar, alguna que, por ser menor de edad o mujer no le pude administrar ni ejercer, tenga facultad de nombrar otra que en el entretanto que es de edad o la hija o mujer se casa, le sirva y que presentándose el tal nombramiento en el mi Concejo de la Cámara, se le dará título o cédula mía para ello y que, queriendo vincular o poner en Mayorazgo dicho oficio, vos o persona que después de vos sucediere en él lo podáis y puedan hacer con las condiciones vínculos y prohibiciones que quisierais y desde luego os doy licencia y facultad pare ello, aunque sea en perjuicio de las legítimas de los otros vuestros hijos, con que siempre el sucesor vuestro haya de sacar título el cual se le dará constando que lo es en el dicho mayorazgo, etc...

Dado en San Ildefonso a 31 de agosto de 1779


Yo el Rey 
D. Juan Francisco de Lastiri, secretario del Rey.

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