domingo, 8 de marzo de 2020

derecho al voto de la mujer Alcalá Zamora


Pura Castillo Bidaburu Aguilar.

CONFERENCIA DE NICETO ALCALÁ ZAMORA SOBRE EL FEMINISMO
AÑO 1921

     Pura Castillo Bidaburu y Aguilar, mujer de Niceto Alcalá Zamora, Jefe del Estado Español, ejerce el derecho al voto en las primeras elecciones donde la mujer pudo, al fin, votar. Elecciones de noviembre de 1933; aprobado el derecho al voto femenino durante el mandato de don Niceto Alcalá Zamora.

En la tarde del 24 de junio de 1921, en el Círculo de la Amistad de Córdoba, don Niceto Alcalá Zamora, pronunciará una conferencia sobre el Feminismo y el obrerismo; un periódico cordobés dará cuenta de la misma en su edición del 25 de junio de 1921:

“Conferencia de don Niceto Alcalá Zamora sobre el tema “Feminismo y obrerismo”

En el Círculo de la Amistad desarrolló ayer tarde su anunciada conferencia sobre el tema <<Feminismo y obrerismo>>, el ilustre orador don Niceto Alcalá-Zamora.

Subieron al estrado los señores Enríquez Barrios, Fernández Jiménez y Cruz Conde.

El salón de actos del Círculo se hallaba ocupado por un público numeroso… en el que se veían numerosas damas.

…Había que hablar del feminismo, y como sé que la feminidad es flexible en sus resortes, pero inflexible en sus resoluciones, tuve que ceder al requerimiento de la ilustre dama, sin esperar a que mi capitulación hubiese rebajado su condición con un inútil forcejeo.

Estimo que el feminismo y el obrerismo, son dos cosas inseparables, dos problemas de esencia distinta, pero conexos y ligados por un enlace providencial…

El feminismo existió siempre, aunque fuera de la ley, por encima de ella y venciendo las ficciones de la ley escrita. El poder de la influencia femenina en contra de las leyes ha sido ejercido siempre a través del hombre. 
Ahora es cuando toma en sentido de franca intervención, haciendo que desaparezcan nuestras prevenciones contra vuestra doblez. Cita ejemplos de intervención de la mujer romana, a pesar de las leyes que la excluían de ejercer la patria potestad, y dice que manejar al que gobierna es tanto como gobernar.

La religión negó el sacerdocio a la mujer, pero en el libro de la humanidad aparece siempre el símbolo de la mujer, desbordándose en aquella inefable galería de retratos de mujeres que la Biblia nos ofrece. Así Rebeca y Esther uy Judit.

Sin embargo, es en la época actual cuando se advierte esa bocanada de valentía en la mujer, a la que es inútil negar el paso y oponer resistencia, porque está con ella la razón.

…¿Por qué, pues, se le niega toda participación en las leyes civiles y no se le reconoce aptitud para testificar en los testamentos, a los que tantas falsedades han llevado los hombres, y se les niega derecho a ser tutoras, cuando en realidad son las fiadoras morales de la conducta del marido?

El hecho es insólito. El marido se coloca como un gendarme, a la puerta de la joyería y de la casa de la modista, mientras la mujer no puede hacer otra cosa que llorar a la puerta de la taberna, donde se baraja, rueda o galopa el patrimonio familiar. Debe otorgarse a la mujer la patria potestad, pero no sucesiva, sino conjunta a la del marido.

¿Por qué no se deja que acudan las mujeres al municipio, a la diputación y al parlamento? ¿Es qué lo hemos hecho tan bien los hombres? Si no se hubiese negado la cooperación de las mujeres a la vida de los organismos locales, seguramente las cuentas serían más claras; en los establecimientos de  beneficencia se atendería a la higiene y estarían los niños mejor cuidados en nuestros hospicios.

El problema social no se resolverá pue, sin el predominio del criterio femenino en la vida pública…

El problema tiene varios aspectos: económico, jurídico y de fuerza. En cuanto a la forma jurídica de esta aspiración femenina, debe tenerse en cuenta que el derecho, la ley escrita, no es más que un vestido de la vida que siempre viene corto.

La fuerza no concede ningún derecho, pues lo mimo fue derribada la fuerza del zarismo, que será destruida la del soviet. La fuerza se traslada siempre desde el déspota al anarquista, se polariza del dictador al que lo extermina…
…Vuelve a ocuparse de la influencia del feminismo, y dice que no habrá solución para el problema social, mientras prevalezca el criterio masculino.

El feminismo es como un prólogo de la solución, como la vanguardia, la selección de los que hacen a la gran masa salir de la inercia.

La guerra ha precipitado el triunfo del feminismo. Durante la lucha, esta lucha en la que no eran posibles los heroísmos individuales, la mujer, que no pudo desempeñar el papel de la heroína ni guerrillera, fue la que llevó el peso de la pelea. Y no se les reproche que no superan impedirla ni terminarla, porque el concepto de la patria que ha movido esta guerra, es el concepto de la maternidad. La patria no es hoy la tierra de los padres, sino la tierra de los hijos.

Termina reiterando que el feminismo es un hecho providencial, un hecho inevitable y un hecho necesario.

Durante la conferencia estallaron atronadoras salvas de aplausos, que fueron coronadas por una prolongada ovación, cuando el brillante orador cerró su discurso…”

              Periódico: La Voz, Córdoba, 25 de junio 1921.

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