miércoles, 25 de marzo de 2015

liturgia Domingo Ramos lecturas Pasión según san Marcos, ciclo B 29 marzo 2015

DOMINGO RAMOS
Desarrollo de la celebración:
1.- Se comienza con la bendición de los Ramos y Palmas, fuera del templo parroquial:
1.1- Oración de bendición:
         Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición estos ramos, y, a cuantos vamos a acompañar a Cristo aclamándolo con cantos, concédenos entrar en la Jerusalén del cielo por medio de Él. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
1.2- se rocía con agua bendita los ramos y palmas.
1.3. Se proclama el evangelio este año San Marcos:
Ciclo B; año 2015
Lectura del santo Evangelio según San Marcos (11,1-10)
         “Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: -id a la aldea de enfrente, y en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto. Fueron y encontraron el borrico en la calle atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: -¿Por qué tenéis que desatar el borrico? Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. Llevaron el borrico, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás, gritaban: -¡Viva, bendito el que viene en el nombre del Señor!  ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Viva el Altísimo!”
2.- comienza la procesión hasta el templo.
3.-Una vez dentro del templo, el sacerdote continúa, directamente, con la oración colecta:
         Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor.

4.-Litúrgia de la Palabra:
PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías (50, 4-17)
 “Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal,  sabiendo que no quedaría defraudado.”
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
(Sal 21,8-9.17-18ª.19-20.23-24)
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mi,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere. » R.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel. R.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11)

   “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cual quiera- y se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”
PALABRA DE DIOS

Evangelio: (breve)
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 15, 1-39.
C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato preguntó:
S. -¿Eres tú el rey de los judíos?
C. Él respondió.
+ Tú lo dices.
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. -¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y comenzó a pedirle el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
S. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. ¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. ¡Crucifícalo!
C. Pilato les dijo:
S. Pues ¿qué mal ha hecho?
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. ¡Crucifícalo!
C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás, y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
C. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio- y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron la corona de espinas, que habrán trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. ¡Salve rey de los judíos!
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de la Calavera), y les ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: “El rey de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: “Lo consideraron como un malhechor”. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S.- ¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.
C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:
S. A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.
C. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:
+.-  Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.
C. que significa:
+ Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?
C. algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. Mira, está llamando a Elías.
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:
S. Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. Realmente este hombre era Hijo de Dios.
Palabra del Señor.
Se continua la celebración Eucarística como un domingo normal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario