domingo, 9 de agosto de 2015

Algarinejo

ALGARINEJO GUERRA CIVIL

Algarinejo Nuestro Padre Jesús Nazareno, Hoja del Lunes
Imagen protegida por los Republicanos de Algarinejo durante la Guerra Civil
Foto antigua, publicada en prensa 1936
                La crónica que se reproduce a continuación corresponde a la toma de Algarinejo el 21 de septiembre de 1936 y que fue publicada en el periódico Ideal el 23 de septiembre de 1936. Así lo relató el periódico Ideal (periódico que estaba de parte de los nacionales):

        "Algarinejo fue tomado, sin resistencia, por tres columnas que confluyeron en esta localidad en el día de anteayer. Una procedía de Montefrío, otra de Loja y la tercera de Priego. A la llegada de nuestras fuerzas el pueblo estaba casi desierto, pues los rojos conminaron a los vecinos para que les acompañasen en su fuga a Alcalá la Real, amenazándoles con que considerarían fascistas a todos aquellos que no abandonasen el pueblo y los fusilarían cuando regresasen. Con la fuga de los rojos de Algarinejo queda establecida nueva comunicación de la provincia de Granada con la de Córdoba, por Priego, donde la situación ha sido dominada desde el primer momento por las solas fuerzas de la Guardia Civil del pueblo y sus paisanos armados.

        En Algarinejo, la iglesia fue devastada y convertida en almacén, pero los mismos socialistas del pueblo escondieron las imágenes para que no las destruyeran los anarquistas de Málaga. Fueron detenidas numerosas personas de derechas entre ellas los siete guardias del puesto de la Benemérita, que en unión de otros tres paisanos fueron enviados a Loja donde los Rojos, los asesinaron. En vista de ello los socialistas de Algarinejo no quisieron entregar más presos.

       Muchas casas del pueblo han sido saqueadas, aunque otras en contraste inexplicable, se respetaron absolutamente. Muchos comercios funcionaron bajo el régimen de vales. Desde luego los marxistas que operaron en esta zona no eran forasteros, sino de la localidad, y aunque hicieron a los presos objeto de amenazas y malos tratos, acabaron poniéndoles en libertad, hasta el punto que algunos salieron del pueblo durante la dominación marxista.


foto Algarinejo


         Estamos en Loja, ante la carretera que conduce a Algarinejo. Las guardias que "Españoles Patriotas" que vigilan la salida de la ciudad, correctamente uniformado de caquis con distintivos verdes, nos reiteran la noticia sabida de la ocupación de Algarinejo  nos recomiendan que esperemos a algún convoy militar para dirigirnos al pueblo. Marchamos, no obstante, ante la sensación tranquilidad y dominio absoluto que nos dan sus informes. A nuestro paso las gentes levantan el brazo. Casi todos los hombres del campo llevan brazaletes de distintas organizaciones ciudadanas. Todos ellos vitorean a España.

          A pocos kilómetros de Loja, encontramos a un lado de la carretera un automóvil volcado e incendiado. Preguntamos a un viejecillo qué pasa y no nos sabe dar razón cierta. - Me creo que el coche era del que fue alcalde de Loja, don Julio Ruiz Morón, que lo asesinaron. El coche se les averió a los rojos y lo quemaron. 

          Seguimos nuestro camino. En los cortijos, campesinos por doquier se dedican a las faenas del campo y alzan el brazo a nuestro paso. Al poco rato, en un terraplén próximo a la carretera, encontramos restos de un coche volcado. No quedan más que el chasis y los tambores de las ruedas. Los puentes aún los más pequeños, están todos cortados y se nota la reparación reciente, hecha para restablecer las comunicaciones y permitir el paso de nuestras fuerzas.

Guerra Civil de Loja a Algarinejo fotos antiguas
          
       Aparte de estos cortes de los puentes, hay otros obstáculos abandonados en la carretera, pequeñas trincheras de piedra, dos corpulentas encinas cortadas junto al camino y derribadas sobre él para obstaculizar el paso, y alguna gruesa viga. Todo ha sido apartado y la comunicación s e hace perfectamente. Nos detenemos en algunos cortijos de la carretera  y nos dicen que los rojos sólo estuvieron allí de paso, sin producir daños en las personas ni en los bienes. Sin embargo, al aproximarnos a Algarinejo, nos hablan ya, en otros cortijos, de saqueos, prisión de los dueños o arrendatarios de la finca y otros desmanes. Algunos caminantes se nota que saludan embarazados y confusos como si temiesen confundirse.

        Llegamos a Algarinejo. Nos saluda el gesto regocijado de los requetés. En la plaza destaca la nota cromática de las boinas rojas de los requetés. Pasan camiones con falangistas y guardia civil, pero apenas se ven paisanos. En la plaza, en el lugar donde acostumbraban a tomar el fresco muchos significados socialistas, están hoy los jefes de las fuerza. Anotemos el detalle curioso de que un oficial de Regulares lleva un "mono" de los que se encontraron en Montefrío, confeccionado para los marxistas.

         Cuando los marxistas tuvieron noticia de la toma de Montefrío comenzaron apresuradamente a preparar su fuga. Temían que se le cortase la retirada hacia Alcalá la Real. Llevaron consigo a cuantas personas pudieron, amenazándolas con que al regreso, que decían realizarían pronto, fusilarían a los  que permaneciesen en el pueblo.  Cuando entraron las fuerzas había en el pueblo unos quince o veinte hombres y bastantes más mujeres. No todos los rojos huyeron hacia Alcalá la Real. Algunos se dirigieron, dispersos  y en plan de fugitivos, por algunos cortijos. Dos pequeñas columnas recorrieron ayer el campo en operaciones de limpieza.

          Expresamos una opinión personal (la del periodísta). Algarinejo ha sido un pueblo que durante el primer bienio Azaña sufrió más que ninguno de nuestra provincia los horrores de la dominación roja. violencias, amenazas, depravaciones... Ahora, sin embargo, los rojos no han sido  tan extremadamente crueles como en otros pueblos sin llegar ni mucho menos, a desmentir su condición, los socialistas del pueblo, únicos que han dominados en Algarinejo, han llegado incluso a evitar algunas salvajadas de extremistas forasteros que ocasionalmente pasaron por el pueblo. Por ejemplo, llegaron sindicalistas malagueños que se interesaron enseguida por la destrucción de las imágenes de las iglesias del pueblo. Ésta había sido saqueada, rotos los retablos, robadas hasta las reliquias de las salas. Pero las imágenes se conservan intactas y los socialistas del pueblo las escondieron en dos habitaciones reservadas de la iglesia, librándolas de este modo de las destrucción.

parroquia Algarinejo, fotos antiguas Algarinejo

         El hermoso templo está convertido en almacén. Era un economato, donde se recogían alimentos mediante vales que encontramos en gran cantidad esparcidos por el suelo de la iglesia. Muchos de ellos están hechos a mano, en candidaturas socialistas de las elecciones del 16 de febrero.

        El sagrario ha desaparecido. No podemos aclarar si las especies sacramentales fueron profanadas. En el nicho de una de las imágenes hay un desconchón grande. Es que los rojos cavaron la pared en busca de un imaginario tesoro.

        En Algarinejo fueron detenidos los siete guardias del puesto de la Guardia Civil y varias personas de significación derechista. A petición de los jefes socialistas de Loja,  fueron enviados a esta ciudad los siete guardias y los vecinos del pueblo, don Rafael Cáliz Tamayo, don Modesto Ruiz Sillero y don Manuel Ruiz Cáliz. Inmediatamente, fueron asesinados por los extremistas lojeños. Después de esto, los de Algarinejo se negaron a enviar más presos a Loja. A los que permanecían en la cárcel, se les hizo objeto de amenazas de muerte y violencias constantes. Después se puso en libertad a muchos de ellos, algunos de los cuales logró huir del pueblo y llegar a terreno dominado por nuestras tropas.

        Un individuo del pueblo apodado el "arrabal", fue a Loja y se inscribió en las milicias marxistas. Desertó de ellas y se vino a Algarinejo con su fucil. Como tenía fusil y los demás sólo escopetas, se proclamó capitán, pintándose las estrellas y todo.

        Cuando nuestra aviación arrojaba números de Ideal, los rojos recogían todos los números  los rompían. Algunos, muy escasos, quedaban en poder de los vecinos, que, secretamente, se los pasaban unos a otros. En la farmacia se guardaba como oro en paño, un número de nuestro diario del día 12 de agosto.

       Los rojos manifestaban estar muy contentos, con el nuevo estado de cosas. Decían que este año no trabajaban en el campo "y comían diariamente carne con tomate". La carne abundaba aunque faltaban otras muchas cosas que ya han llevado al pueblo nuestras fuerzas, entre sal, harina, tabaco, etc. Las tropas nacionales, al entrar en Algarinejo, cogieron a los rebeldes bastante ganado. El número de presos derechistas que había en la cárcel era de unos treinta, que fueron puestos en libertad provisional.

       La cooperación de la toma de Algarinejo se realizó sin resistencia. Salieron fuerzas de Montefrío que antes hubieron de realizar la carretera de Montefrío a Algarinejo, cosa que hicieron ayudados por una brigada de obreros. Seguidamente, en camiones, las fuerzas siguieron hacia el pueblo. Al llegar a su vista, observaron escasos rebeldes en cerros inmediatos, y vieron unos camiones a la entrada del pueblo. Se dirigieron allá y al aproximarse observaron que eran ya las fuerzas que habían salido de Loja. Posteriormente llegaron elementos de una columna salida de Priego. No se disparó un tiro durante toda la operación. Durante su marcha a Algarinejo, los de Priego encontraron a un grupo de rojos, contra los que dispararón, matando a dos, uno de ellos, jefe socialista de las Marrojas. 

         Inmediatamente se nombró alcalde del pueblo a don Antonio Caracuel, se restableció la luz electrica y se normalizó la vida. Estando nosotros en el pueblo se restableció el servicio telefónico. El telegrafista era rojo y huyó destrozando los aparatos.

Algarinejo Guerra Civil
        
       Por la noche, sin protección alguna fueron dos coches de las fuerzas a Priego. Fueron objeto de un inenarrable recibimiento.

        Un detalle curioso de nuestra estancia en el pueblo. Entramos en una pastelería. Nos sacan pasteles y nos ofrecen vino de Jerez. Al extrañarnos de que quede vino, la dueña nos dice que como es algo más caro de lo corriente no lo consumían los rojos.

        -Pero usted- le decimos -¿Le pagaban los rojos? -Claro que sí. Aquí no trajeron vales. Y estas imágenes de Jesús Nazareno y de la Virgen de las Angustias no han faltado en la tienda. A la primera le puse delante un florero y se veían menos. La otra la quitaba cuando venían socialistas forasteros. Uno de los del pueblo me dijo una vez por qué no la quitaba y le dije: porque todavía mando en mi casa.

         Pese a esta excepción la mayoría de los comercios han sido saqueados y sus existencia arrebatadas con vales. Sobretodo telas, monos, alpargatas, etc."

Algarinejo 1936


 Un año más tarde, el 26 de septiembre de 1937, el periódico Ideal volverá a dar cuenta de los actos conmemorativos de la entrada de los nacionales en Algarinejo; entre los actos se celebrará una misa:




“Algarinejo// Aniversario de la liberación.

El pasado día 21 se cumplió un año de la conquista de Algarinejo y su incorporación a la nueva España, por las salvadoras e invictas tropas de Franco, al mando del malogrado capitán Fernández. Un año de paz, no perturbado por amenazas de crímenes y de sangre, de encarcelamientos, robos y expoliaciones, sin la vista de rostros avinagrados, en cuyo gesto se adivinaba el instinto de fiereza y el salvajismo.

Para conmemorar tan fausta fecha, el Ayuntamiento de esta villa confeccionó un programa, que se imprimió en Loja, y que fue profusamente divulgado, no sólo en el casco de la población, sino también en nuestro extenso y rico término municipal, salpicado de miles y miles de caseríos.

Con sujeción estricta al mentado programa, a las once horas se celebró en nuestra hermosa iglesia parroquial una solemnísima función religiosa; a la derecha del altar mayor destaca la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en su monumental trono de plata.

Canta la misa nuestro antiguo párroco, hoy de Atarfe, don Guillermo Arenas Rejón, y actúa de diácono el párroco de La Zubia e hijo de Algarinejo, don Ernesto Hernández García y de subdiácono, nuestro párroco, don Manuel Puerta Morales. Una nutrida y muy armoniosa capilla, compuesta de bellas y entusiastas señoritas, interpreta una solemnísima misa, bajo la dirección de doña Rafaela Gutiérrez de Tallón García.

Terminado el Evangelio ocupa la sagrada cátedra un hijo ilustre de esta villa, el párroco de La Zubia, don Ernesto Hernández García. Tiene párrafos para resaltar la protección de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de mirada dulce y tierna, símbolo de mansedumbre divina, para que en Algarinejo no se cometiera ningún crimen político ni derramamiento de sangre inocente durante la dominación roja, y lo que es casi insólito, el respeto máximo y salvación íntegra de esta magnífica iglesia parroquial y su rico tesoro de imágenes y cuadros múltiples de la misma.

Al terminar recibió múltiples enhorabuenas y sinceros parabienes.

En el aprisco de la presidencia tomaron asiento nuestro alcalde, el abogado don Antonio Caracuel Ruiz; el juez municipal, don Francisco Cáliz Tallón; el comandante militar de la plaza, secretario del municipio y del juzgado, todos los miembros que integran esta comisión gestora, médicos, farmacéuticos, maestros nacionales con sus alumnos respectivos, en formación correcta y ordenada, por tanto a la cabeza la gloriosa ense de la Patria y de Falange y numerosas y nutridas comisiones de falangistas del campo.

En la nave central formaban con gran marcialidad las escuadras de <<flechas>> de este pueblo, con sus tambores y banderas, al mando del instructor señor Moreno, y en altar mayor dieron escolta al mismo una sección de guardias civiles…”

El periodistas destaca las palabras del predicador, natural de Algarinejo, en ellas vemos como el sacerdote subraya “en Algarinejo no se cometiera ningún crimen político ni derramamiento de sangre inocente durante la dominación roja, y lo que es casi insólito, el respeto máximo y salvación íntegra de esta magnífica iglesia parroquial y su rico tesoro de imágenes y cuadros múltiples de la misma…” lo interesante no era sólo el que públicamente se reconociese el respeto que los Republicanos tuvieron por la vida y el patrimonio del pueblo sino que algunos de los que estaban escuchando al párroco fueron responsables del asesinato de 18 vecinos de Algarinejo. El capitán Fernández al que hace mención el periodista fue el militar que encabezó la entrada de las tropas nacionales en Algarinejo, éste se llamaba Antonio Fernández Sánchez, unos días antes de este aniversario, el capitán murió en el frente de Sierra Nevada; dicho militar era natural de Alomartes y se había casado con María Roldán Quesada, hermana de Horacio Roldán Quesada, primos de Federico García Lorca e implicados en su detención.



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