jueves, 1 de diciembre de 2016

literatura Unamuno María Teresa Golzarri Canales parroquia Gójar Granada

Droguería de don Manuel Golzarri Zetina Puebla México
MIGUEL DE UNAMUNO
Bilbao, 29 de Septiembre de 1864 – Salamanca 31 de Diciembre de 1936
Salón  de la casa de la familia Golzarri, calle Capuchinas nº 5, Puebla, México
Calle 16 septiembre Puebla México 16 sept.
Antes de empezar a analizar el libro de “Recuerdos de niñez y mocedad”, me gustaría decir que siempre que empiezo a leer o a estudiar, me place averiguar la opinión de otras personas que se han preocupado de conocer la vida, la obra, la época y todo aquello que pueda redondear y encuadrar el conjunto de la personalidad del autor. Investigando me encontré con dos estudios muy interesantes sobre la relación existente entre el libro que estamos leyendo y estos dos trabajos que cito a continuación:
Uno de ellos, “El alma de la Niñez” [1] de Miguel Ángel Lozano Marco de la Universidad de Alicante, trata de un estudio de Psicología Evolutiva del personaje que, desde su niñez hasta la adolescencia, va internalizando e interiorizando las experiencias del individuo hasta llegar a un verdadero crecimiento intelectual y formativo de la persona en su totalidad. El artículo empieza con un pensamiento de Unamuno: “La más noble aspiración de un espíritu es la de escudriñar en sí mismo su propia niñez”, y con otra reflexión de Friedrich Nietzsche: “La madurez del hombre consiste en volver a encontrar la seriedad que tenía cuando jugaba de niño”.
El otro artículo es de Enrique B. Arranz Freijo de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, Psicología Evolutiva en Miguel de Unamuno. “Recuerdos de Niñez y de mocedad”, [2] donde igualmente el autor analiza este libro bajo esta perspectiva evolutiva del desarrollo de la personalidad, partiendo desde su nacimiento hasta la adolescencia, incluyendo los conceptos de Magia, Misterio, Realismo, Egocentrismo, Madurez, Valores de amistad, justicia, honradez, respeto, etc. 
La lectura del libro me ha resultado amena, ilustrativa de una época no reciente pero sí cercana a una educación que nosotros hemos recibido, donde las cualidades y virtudes mencionadas en el párrafo anterior y otras muchas como urbanidad, sociabilidad, obediencia, religión, moralidad, ética, etc. se podían considerar como habituales. Muchas de las situaciones que narra Unamuno podrían perfectamente encajar con mi niñez, a pesar del casi un siglo que nos separa, otro país, otro modelo escolar, otra forma de circunstancias personales y políticas…
Ni los juegos, -las estampitas-, hoy llamados cromos, ni los volados, a “cara o cruz” (águila o sol) u otros juegos que comenta, ni el lenguaje, me han resultado ajenos. Esto tal vez se deba a que mi familia, procede del Norte de España (País Vasco y Cantabria), cuya emigración se produjo a principio de los siglos XIX y XX. D. Miguel de Unamuno nació en Bilbao el 29 de septiembre de 1864.
En relación al lenguaje quiero resaltar las siguientes palabras, hoy tal vez en desuso, pero emotivas por los recuerdos que afloran: desquite, borona (maíz o mijo), cachivaches, moquero, mojicones…
Viví, en primera persona la escena del “Sancta Sanctorum” que describe Unamuno. El salón elegante reservado a las grandes ocasiones que se abría únicamente para su limpieza, festejar las Navidades o los Reyes, la Pascua de Resurrección, etc. y, o, igualmente, para agasajar a gente importante que en alguna ocasión nos visitaba. Aprovechando una vez la llegada de un amigo de mi padre, recibido ceremoniosamente en aquel salón de aparadores de caoba que guardaban celosamente recuerdos, figuras y tibores centenarios, donde había sillones de seda mullidos, alfombras persas, gobelinos, grandes espejos con copetes de pan de oro y retratos familiares que al observarlos detenidamente, te seguían con la mirada y que, cuando podías, los escudriñabas para intentar encontrar tu parecido con aquellas vetusteces, mis hermanos y yo nos escondimos detrás de los cortinajes de color burdeos para escuchar la conversación y conocer al ínclito personaje que merecía que se abrieran las puertas de aquella habitación cerrada casi siempre. La risa nos delató y al marchar el visitante nos cayó encima “lo que no hay en los escritos”. Esa risita estúpida y aquella chiquillada nos valió una buena reprimenda y un castigo ejemplar, amén de una buena azotaina.
         Dijo una vez Unamuno que éste era su libro favorito y señaló que “no sé cómo puede vivir quien no lleve a flor del alma los recuerdos de su niñez…” Sin embargo, me ha sorprendido tremendamente no ya que casi no hablara de su padre fallecido cuando él era aún muy niño, sino que no contara nada de su vida familiar. Para mí es impensable relatar una niñez sin hablar de la madre, sin hablar de los hermanos, incluso de los primos. Los hermanos son el primer contacto con tu pequeña existencia, son tus iguales, tus amigos, tus confidentes, tus cómplices; si son mayores, tus maestros. Son tu modelo a seguir, conoces el significado de las primeras preguntas de la filosofía infantil, sin saber siquiera que esas preguntas se podrían considerar filosóficas: ¿Por qué, para qué, quién, hacia dónde vamos, a dónde se ha ido abuelita…?. Vives con ellos, de la mano, la ausencia de los seres queridos que se van. Vives con tus hermanos la ilusión o pesadumbre de tus primeros días del Parvulario. Con ellos aprendes a rezar, a querer, a pelear, a jugar, a perder, a ganar, a competir, a extrañar, a compartir, a perdonar, a caerte y levantarte, a tener raspones en las piernas o en los brazos cuya sangre lames para que las heridas cicatricen pronto y evitar una inyección; descubres los pequeños animales caseros, los peces, las ranas y renacuajos en los estanques del parque, los columpios y volantines, y cuando te pillan chapoteando en los charcos, o haciendo cualquier trastada, aceptas la mentira como cosa natural, conoces ya cómo se acusa y cómo se defiende.  Asumes ser tolerante, condescendiente. Descubres la envidia, el humor, el miedo, la seguridad, la magia, los cuentos, la espera del Ratoncito Pérez y los regalos navideños. Con ellos tomas contacto con la realidad: justicia-injusticia, bondad-maldad, alegría-tristeza, celos-confianza, salud-enfermedad, risas-lágrimas, felicidad-dolor. Es, después del de tus padres, el contacto humano y sagrado más próximo a tu fragilidad.
Casa familia Golzarri Espinosa, Capuchinas nº 5 Puebla México
calle 16 sept Puebla México
16 septiembre Puebla
Una de las partes del libro que más me ha gustado es ya en plena madurez adolescente cuando describe en el capítulo Seis de la segunda parte, “La más pura poesía humana es inaccesible a quien no haya pasado alguna vez en su vida por crisis mística más o menos efímera”. […“Cuando en la vida se nutre el alma de altos pensamientos ultramundanos, aun pareciendo inadecuados a la ternura de la niñez, obran sobre el alma infantil, vaso de gracia, mucho más eficazmente que sobre el alma adulta…][…los pensamientos más profundos no son los que brotan de fórmulas concretas de las inteligencias excelsas, sino como los que como nubes se forman en el cielo con los vapores que exhalan los corazones puros y bajan luego, en dulce orvallo, a rociar a los espíritus humildes”…]
Además, es indudable constatar el amor tan grande que tuvo siempre por España, su tierra, el Norte, su Ría, su Bilbao natal. Dice en su libro: [“¡Bilbao!, ¡Villa fuerte y ansiosa, hija del abrazo del mar con las montañas, cuna de ambiciosos mercaderes, hogar de mi alma, Bilbao querido! A ti, como a su norte, se vuelve cuando posa en tierra mi corazón. Tú, tú me lo has hecho”…].
Este libro “RECUERDOS DE NIÑEZ Y DE MOCEDAD”, no nos deja un vacío en la memoria de su vida y su trayectoria, sino que nos abre una puerta inmensa para que sigamos estudiando a este “grande” de las Letras Españolas. Estos nuevos andares nos llevarán, sin lugar a dudas, a conocer en profundidad su formación personal, académica, religiosa, filosófica, política, social y literaria.  A Don Miguel, se le conoce como el “hombre más culto de La Generación del 98”. Trató los géneros literarios de Narrativa, Cuento, Ensayo, Teatro, Poesía…
Haciendo un pequeño itinerario por su biografía [3] es de justicia resaltar que, después de terminar el Bachillerato, se trasladó a Madrid para estudiar la carrera de Filosofía y Letras (1880-1883); en 1884 se Doctoró con su tesis que versó sobre la “Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca”; fue profesor de Latín y Psicología y, posteriormente, obtuvo la Cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca. En 1900 fue nombrado Rector de esa Universidad donde fue Catedrático de Historia de la Lengua Castellana. Para el cargo de Rector fue nombrado y destituido tres veces por divergencias políticas. También ocupó, el puesto de Vicerrector.
Hombre comprometido con su tiempo y preocupado por las circunstancias culturales, sociales, económicas y políticas que le tocaron vivir, la Tercera Guerra Carlista de 1872 – 1876 donde la sublevación más álgida fue en las Provincias Vascongadas, Navarra y Cataluña, el Desastre del ´98, con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, la Primera República, las Monarquías de Alfonso XII y Alfonso XIII, la Dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la Guerra Civil, causaron en D. Miguel de Unamuno ascensos y descensos profesionales, el destierro a la Isla Canaria de Fuerteventura en 1924 [4] debido a sus enfrentamientos con Primo de Rivera y Alfonso XIII y, finalmente, por sus ideas contrarias a la Guerra Civil Española. Sufrió la humillación, la tragedia y la soledad del arresto domiciliario por las tropas nacionales donde, repentinamente, le sobrevino la muerte el 31 de diciembre de 1936, en Salamanca a los 72 años de edad.
Casa familia Golzarri, Ciudad de Puebla México, calle Capuchinas hoy calle 16 de septiembre puebla
16 sept. Puebla

Entre sus famosas frases se recuerdan: “Venceréis, pero no convenceréis”: “El 12 de Octubre de 1936 durante la apertura del curso académico, que coincide con la 'Fiesta de la Raza' decretada por los nacionalistas, Unamuno improvisa un famoso discurso en el que sentencia "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha." [5]
Y otra de sus sentencias más conocidas es: “Me duele España; ¡soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo!” [6]  
María Teresa Golzarri Canales
Aula de Literatura
Parroquia Nuestra Señora de la Paz
Gójar, Granada, Noviembre de 2016
 
 Fuentes:
Fotografías: Colección Familia Golzarri Canales
Libro: Recuerdos de Niñez y Mocedad - Alianza Editorial
Libro: Geografía e Historia de España y de los Países Hispánicos - Ediciones Anaya, S.A. 1983
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/unamuno.htm




[1]http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/anales-de-literatura-espanola--12/html/p0000007.htm
[2]http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/literatura/18/18005016.pdf

[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Unamuno
[4] Es muy enriquecedor, y recomiendo personalmente, la lectura del siguiente enlace: http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-destierro-unamuno-fuerteventura-aventura-quijotesca-201611200142_noticia.html
[5] http://eltrabajonoshacelibres.blogspot.com.es/2013/01/vencereis-pero-no-convencereis-unamuno.html
[6] http://www.rinconcastellano.com/sigloxx/unamuno.html

5 comentarios:

  1. me encanta,muy muy bonito,enhorabuena

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  2. Hola, soy historiadora y tengo una tesis sobre la Imprenta en Yucatán en donde aparece la familia Espinosa, incluyendo a Carmen Espinosa Espinosa, esposa de Manuel Golzarri que tenía una droguería en Puebla. Estoy viendo que en una de las fotos sale la casa de la familia "Golzarri-Espinosa" seguro se trata de la casa de Carmen.
    Ella aprendió el oficio de tipografa por parte de su madre y de su abuelo Miguel Espinosa Rendón, el cual murió justamente en Puebla. Tal vez en esa casa de su hija. Sabe algo al respecto?

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  3. Buenos días, mi nombre es María Teresa Golzarri Canales. Soy nieta de D. Manuel Golzarri Zetina y de Dª Carmen Espinosa y Espinosa. Soy hija de D. Miguel Golzarri Espinosa y Dª Emilia Canales Lagüera.
    Efectívamente en esa casa de la calle Capuchinas vivieron mis abuelos, mi padre y mis tíos. La Droguería probablemente estaba cerca de alli en la Calle de Mercaderes. La casa se vendió y alli se construyeron apartamentos.
    Le agradezco su interés y me pongo a su disposición por si pudiera contribuir en alguna información de la que yo disponga. Si lo desea, le remito mi correo electrónico: terucagolzarri@hotmail.com Un cordial saludo.

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  4. Muy agradable lectura tita, es una suerte poder recordar las emociones que uno sentía cuando era niño y todo era nuevo. Conservar esos recuerdos, incluso esos sentimientos, es un regalo que nos devuelve juventud. Un abrazo enorme.

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