MIGUEL DE UNAMUNO
Bilbao, 29 de Septiembre de 1864 –
Salamanca 31 de Diciembre de 1936
Salón de la casa de la familia Golzarri, calle Capuchinas nº 5, Puebla, México Calle 16 septiembre Puebla México 16 sept. |
Antes de empezar a analizar el libro de “Recuerdos de niñez y mocedad”, me
gustaría decir que siempre que empiezo a leer o a estudiar, me place averiguar
la opinión de otras personas que se han preocupado de conocer la vida, la obra,
la época y todo aquello que pueda redondear y encuadrar el conjunto de la
personalidad del autor. Investigando me encontré con dos estudios muy
interesantes sobre la relación existente entre el libro que estamos leyendo y
estos dos trabajos que cito a continuación:
Uno de ellos, “El
alma de la Niñez” [1] de Miguel Ángel Lozano Marco de la Universidad de
Alicante, trata de un estudio de Psicología Evolutiva del personaje que, desde
su niñez hasta la adolescencia, va internalizando e interiorizando las
experiencias del individuo hasta llegar a un verdadero crecimiento intelectual
y formativo de la persona en su totalidad. El artículo empieza con un
pensamiento de Unamuno: “La más noble aspiración de un espíritu es
la de escudriñar en sí mismo su propia niñez”, y con otra reflexión de Friedrich
Nietzsche: “La madurez del hombre consiste en volver a encontrar la seriedad que
tenía cuando jugaba de niño”.
El otro artículo es de Enrique B. Arranz Freijo de
la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, Psicología Evolutiva en Miguel de Unamuno.
“Recuerdos de Niñez y de mocedad”, [2] donde igualmente el autor analiza este libro bajo esta
perspectiva evolutiva del desarrollo de la personalidad, partiendo desde su
nacimiento hasta la adolescencia, incluyendo los conceptos de Magia, Misterio,
Realismo, Egocentrismo, Madurez, Valores de amistad, justicia, honradez,
respeto, etc.
La lectura del libro me ha resultado amena, ilustrativa
de una época no reciente pero sí cercana a una educación que nosotros hemos
recibido, donde las cualidades y virtudes mencionadas en el párrafo anterior y
otras muchas como urbanidad, sociabilidad, obediencia, religión, moralidad, ética,
etc. se podían considerar como habituales. Muchas de las situaciones que narra
Unamuno podrían perfectamente encajar con mi niñez, a pesar del casi un siglo
que nos separa, otro país, otro modelo escolar, otra forma de circunstancias personales
y políticas…
Ni los juegos, -las estampitas-, hoy llamados
cromos, ni los volados, a “cara o cruz” (águila o sol) u otros juegos que
comenta, ni el lenguaje, me han resultado ajenos. Esto tal vez se deba a que mi
familia, procede del Norte de España (País Vasco y Cantabria), cuya emigración
se produjo a principio de los siglos XIX y XX. D. Miguel de Unamuno nació en
Bilbao el 29 de septiembre de 1864.
En relación al lenguaje quiero resaltar las
siguientes palabras, hoy tal vez en desuso, pero emotivas por los recuerdos que
afloran: desquite, borona (maíz o mijo), cachivaches, moquero, mojicones…
Viví, en primera persona la escena del “Sancta
Sanctorum” que describe Unamuno. El salón elegante reservado a las grandes
ocasiones que se abría únicamente para su limpieza, festejar las Navidades o
los Reyes, la Pascua de Resurrección, etc. y, o, igualmente, para agasajar a
gente importante que en alguna ocasión nos visitaba. Aprovechando una vez la
llegada de un amigo de mi padre, recibido ceremoniosamente en aquel salón de
aparadores de caoba que guardaban celosamente recuerdos, figuras y tibores
centenarios, donde había sillones de seda mullidos, alfombras persas, gobelinos,
grandes espejos con copetes de pan de oro y retratos familiares que al observarlos
detenidamente, te seguían con la mirada y que, cuando podías, los escudriñabas
para intentar encontrar tu parecido con aquellas vetusteces, mis hermanos y yo
nos escondimos detrás de los cortinajes de color burdeos para escuchar la
conversación y conocer al ínclito personaje que merecía que se abrieran las
puertas de aquella habitación cerrada casi siempre. La risa nos delató y al
marchar el visitante nos cayó encima “lo que no hay en los escritos”. Esa risita
estúpida y aquella chiquillada nos valió una buena reprimenda y un castigo
ejemplar, amén de una buena azotaina.
Dijo una vez Unamuno que éste era su
libro favorito y señaló que “no sé cómo puede vivir quien no lleve a
flor del alma los recuerdos de su niñez…” Sin embargo, me ha
sorprendido tremendamente no ya que casi no hablara de su padre fallecido
cuando él era aún muy niño, sino que no contara nada de su vida familiar. Para
mí es impensable relatar una niñez sin hablar de la madre, sin hablar de los hermanos,
incluso de los primos. Los hermanos son el primer contacto con tu pequeña existencia,
son tus iguales, tus amigos, tus confidentes, tus cómplices; si son mayores,
tus maestros. Son tu modelo a seguir, conoces el significado de las primeras
preguntas de la filosofía infantil, sin saber siquiera que esas preguntas se
podrían considerar filosóficas: ¿Por qué, para qué, quién, hacia dónde vamos, a
dónde se ha ido abuelita…?. Vives con ellos, de la mano, la ausencia de los
seres queridos que se van. Vives con tus hermanos la ilusión o pesadumbre de
tus primeros días del Parvulario. Con ellos aprendes a rezar, a querer, a
pelear, a jugar, a perder, a ganar, a competir, a extrañar, a compartir, a
perdonar, a caerte y levantarte, a tener raspones en las piernas o en los
brazos cuya sangre lames para que las heridas cicatricen pronto y evitar una
inyección; descubres los pequeños animales caseros, los peces, las ranas y
renacuajos en los estanques del parque, los columpios y volantines, y cuando te
pillan chapoteando en los charcos, o haciendo cualquier trastada, aceptas la
mentira como cosa natural, conoces ya cómo se acusa y cómo se defiende. Asumes ser tolerante, condescendiente.
Descubres la envidia, el humor, el miedo, la seguridad, la magia, los cuentos,
la espera del Ratoncito Pérez y los regalos navideños. Con ellos tomas contacto
con la realidad: justicia-injusticia, bondad-maldad, alegría-tristeza, celos-confianza,
salud-enfermedad, risas-lágrimas, felicidad-dolor. Es, después del de tus
padres, el contacto humano y sagrado más próximo a tu fragilidad.
Casa familia Golzarri Espinosa, Capuchinas nº 5 Puebla México calle 16 sept Puebla México 16 septiembre Puebla |
Una de las partes del libro que más me ha gustado
es ya en plena madurez adolescente cuando describe en el capítulo Seis de la
segunda parte, “La más pura poesía humana es inaccesible a quien no haya pasado alguna
vez en su vida por crisis mística más o menos efímera”. […“Cuando en la vida se
nutre el alma de altos pensamientos ultramundanos, aun pareciendo inadecuados a
la ternura de la niñez, obran sobre el alma infantil, vaso de gracia, mucho más
eficazmente que sobre el alma adulta…][…los pensamientos más profundos no son
los que brotan de fórmulas concretas de las inteligencias excelsas, sino como
los que como nubes se forman en el cielo con los vapores que exhalan los
corazones puros y bajan luego, en dulce orvallo, a rociar a los espíritus
humildes”…]
Además, es indudable constatar el amor tan grande
que tuvo siempre por España, su tierra, el Norte, su Ría, su Bilbao natal. Dice
en su libro: [“¡Bilbao!, ¡Villa fuerte y ansiosa, hija del abrazo del mar con las
montañas, cuna de ambiciosos mercaderes, hogar de mi alma, Bilbao querido! A
ti, como a su norte, se vuelve cuando posa en tierra mi corazón. Tú, tú me lo
has hecho”…].
Este libro “RECUERDOS DE NIÑEZ Y DE MOCEDAD”, no
nos deja un vacío en la memoria de su vida y su trayectoria, sino que nos abre
una puerta inmensa para que sigamos estudiando a este “grande” de las Letras
Españolas. Estos nuevos andares nos llevarán, sin lugar a dudas, a conocer en
profundidad su formación personal, académica, religiosa, filosófica, política,
social y literaria. A Don Miguel, se le
conoce como el “hombre más culto de La Generación del 98”. Trató los géneros
literarios de Narrativa, Cuento, Ensayo, Teatro, Poesía…
Haciendo un pequeño itinerario por su biografía [3] es de justicia
resaltar que, después de terminar el Bachillerato, se trasladó a Madrid para
estudiar la carrera de Filosofía y Letras (1880-1883); en 1884 se Doctoró con su
tesis que versó sobre la “Crítica del problema sobre el origen y prehistoria
de la raza vasca”; fue profesor de
Latín y Psicología y, posteriormente, obtuvo la Cátedra de Griego en la
Universidad de Salamanca. En 1900 fue nombrado Rector de esa Universidad donde fue
Catedrático de Historia de la Lengua Castellana. Para el cargo de Rector fue
nombrado y destituido tres veces por divergencias políticas. También ocupó, el
puesto de Vicerrector.
Hombre comprometido con
su tiempo y preocupado por las circunstancias culturales, sociales, económicas
y políticas que le tocaron vivir, la Tercera Guerra Carlista de 1872 – 1876
donde la sublevación más álgida fue en las Provincias Vascongadas, Navarra y
Cataluña, el Desastre del ´98, con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas,
la Primera República, las Monarquías de Alfonso XII y Alfonso XIII, la
Dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la Guerra Civil, causaron
en D. Miguel de Unamuno ascensos y descensos profesionales, el destierro a la
Isla Canaria de Fuerteventura en 1924 [4] debido a sus enfrentamientos con
Primo de Rivera y Alfonso XIII y, finalmente, por sus ideas contrarias a la
Guerra Civil Española. Sufrió la humillación, la tragedia y la soledad del
arresto domiciliario por las tropas nacionales donde, repentinamente, le
sobrevino la muerte el 31 de diciembre de 1936, en Salamanca a los 72 años de
edad.
Casa familia Golzarri, Ciudad de Puebla México, calle Capuchinas hoy calle 16 de septiembre puebla 16 sept. Puebla |
Entre sus famosas frases
se recuerdan: “Venceréis, pero no convenceréis”: “El 12 de Octubre
de 1936 durante la apertura del curso académico, que coincide con la 'Fiesta de
la Raza' decretada por los nacionalistas, Unamuno improvisa un famoso discurso
en el que sentencia "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque
tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa
persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la
lucha." [5]
Y otra de sus
sentencias más conocidas es: “Me duele España; ¡soy español,
español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu de lengua y hasta
de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo!” [6]
María Teresa Golzarri Canales
Aula de Literatura
Parroquia Nuestra Señora de la Paz
Gójar, Granada, Noviembre de 2016
Fuentes:
Fotografías: Colección Familia Golzarri Canales
Libro: Recuerdos de Niñez y Mocedad - Alianza Editorial
Libro: Geografía e Historia de España y de los Países
Hispánicos - Ediciones Anaya, S.A. 1983
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/unamuno.htm
[1]http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/anales-de-literatura-espanola--12/html/p0000007.htm
[3]
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Unamuno
[4]
Es muy enriquecedor, y recomiendo personalmente,
la lectura del siguiente enlace: http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-destierro-unamuno-fuerteventura-aventura-quijotesca-201611200142_noticia.html
[5]
http://eltrabajonoshacelibres.blogspot.com.es/2013/01/vencereis-pero-no-convencereis-unamuno.html
me encanta,muy muy bonito,enhorabuena
ResponderEliminarGracias
EliminarHola, soy historiadora y tengo una tesis sobre la Imprenta en Yucatán en donde aparece la familia Espinosa, incluyendo a Carmen Espinosa Espinosa, esposa de Manuel Golzarri que tenía una droguería en Puebla. Estoy viendo que en una de las fotos sale la casa de la familia "Golzarri-Espinosa" seguro se trata de la casa de Carmen.
ResponderEliminarElla aprendió el oficio de tipografa por parte de su madre y de su abuelo Miguel Espinosa Rendón, el cual murió justamente en Puebla. Tal vez en esa casa de su hija. Sabe algo al respecto?
Buenos días, mi nombre es María Teresa Golzarri Canales. Soy nieta de D. Manuel Golzarri Zetina y de Dª Carmen Espinosa y Espinosa. Soy hija de D. Miguel Golzarri Espinosa y Dª Emilia Canales Lagüera.
ResponderEliminarEfectívamente en esa casa de la calle Capuchinas vivieron mis abuelos, mi padre y mis tíos. La Droguería probablemente estaba cerca de alli en la Calle de Mercaderes. La casa se vendió y alli se construyeron apartamentos.
Le agradezco su interés y me pongo a su disposición por si pudiera contribuir en alguna información de la que yo disponga. Si lo desea, le remito mi correo electrónico: terucagolzarri@hotmail.com Un cordial saludo.
Muy agradable lectura tita, es una suerte poder recordar las emociones que uno sentía cuando era niño y todo era nuevo. Conservar esos recuerdos, incluso esos sentimientos, es un regalo que nos devuelve juventud. Un abrazo enorme.
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