viernes, 9 de octubre de 2015

Estructura política del s. XIX en pleno s. XXI



ESTRUCTURAS POLÍTICAS Y SOCIALES
DEL SIGLO XIX EN EL S. XXI

        En este vídeo se expone claramente la situación en la que nos encontramos; tan sólo adolece de una falta de crítica al socialismo de la Unión Soviética que respondía a la misma estructura racional de la Alemania hitleriana.

         A veces, escuchamos críticas contra los partidos políticos de izquierdas, que son reales, como por ejemplo: la izquierda tiene un problema, no tiene instrumentos intelectuales sobre los que construir su ideología; los observadores se refieren a la falta de cimientos sobre los que construir los partidos políticos de izquierdas desde que se hundió la Unión Soviética. Sin embargo, la realidad nos dice que el problema es más profundo, el desfondamiento de la izquierda no se debe a la desaparición de la Rusia comunista, sino al hundimiento del mundo nacido de la Ilustración, la razón como motor de progreso; esto, por tanto, tiene unas consecuencias más graves, pues no estaría desfondada la izquierda, sino también la derecha, ya que ambas nacen  de la ilustración y tienen como punto de referencia la razón, entendida como razón analítica e instrumental. 

        Quizás por esto los partidos políticos no hacen sino dar vueltas y vueltas a temas propios del XIX, quizás por ello sus estructuras se parecen tanto a la época de principios del XX donde derecha e izquierda se alternaban en el gobierno, sin más; es posible que también, por ello, creen instituciones, o conformen las ya existentes, como en el s. XIX, donde, a pesar de apelar tanto a la democracia, lo cierto es que ésta estaba ausente de la vida social, política e institucional. Como respuesta a esta situación aparecieron soluciones, aún perores: partidos radicales, transversales (ni de derechas ni de izquierdas) como un intento de superar el desastre del parlamentarismo, lo que llevó a la II Guerra Mundial.

        La persona dedicada a la política puede llegar a pensar que, puesto que gana y pierde elecciones, es el punto de referencia obligado. Al pensar así, se cae en una tautología que impide mejorar. La sociedad es más rica culturalmente que los propios ámbitos de la política oficial. La sociedad ya está buscando caminos nuevos y ve cómo las estructuras institucionales no responden a las nuevas situaciones. Entonces, los partidos, buscando seducir al elector para conseguir el poder, se mueven dando bandazos, no sabemos si son de un lado o del contrario, y no lo sabemos porque ellos tampoco lo saben; se vuelven de nuevo a la ilustración, a la razón instrumental, y así comienza de nuevo la tautología, vueltas y vueltas sobre lo mismo para acabar donde se comenzó y vuelta a comenzar.

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