viernes, 26 de octubre de 2018

masonería Granada s. XIX José Huertas Lozano Yo he sido impío


Masonería en Granada II
Segunda Parte

José Huertas Lozano, Yo he sido impío.


José Huertas Lozano

       
José Huertas ingresó en la Masonería el 24 de febrero de 1885.
        Teníamos constituida una tertulia varios espiritistas en el Café Suizo en Granada, y entre ellos había varios masones. Indiqué alguna vez en general mi deseo de ser uno de tantos…. A mi vuelta del viaje que emprendí cuando los terremotos del 84, venía decidido a hacerme masón, y lo manifesté a mis amigos; me contestaron con alguna vaguedad, y así permaneció todo algún tiempo, por estar yo embebido casi enteramente en el estudio del Espiritismo.
        Cierto día que paseaba con alguno de ellos me entregó un papel impreso, advirtiéndome que lo leyese despacio y que por la noche le diese cuenta del juicio formado de tal lectura; así lo hice, y me pareció muy bien; se trataba de la promesa que todo el que se inicia subscribe con su nombre cuando está en la Cámara de reflexiones.
        En esta situación las cosas, y después de haber tomado nota de mi edad, estado y demás circunstancias personales, la noche del 24 de febrero, al separarse de la tertulia los que de ordinario lo hacían cuando tenían sus reuniones, quedó uno de ellos con nosotros; a poco tiempo transcurrido, me dijo:
        -¿Quiere usted que demos un paseo?
        -Como usted quiera, -contesté.
        Salimos, y fuimos andando indiferentemente de una en otra calle, hasta llegar a una plazoleta obscura y solitaria que hay a la espalda de la catedral, y donde está la entrada pública a la Capilla de los Reyes Católicos. Lo que más lejos estaba de mí era pensar que se tratase de llevarme a la Masonería; por lo que, cuando mi amigo me indicó que iba a ponerme unas gafas opacas, quedé sobrecogido de espanto; mas como la impresión fue tan violenta e inesperada, yo permanecí en silencio, lo que él tomó, sin duda, por inequívoca señal de asentimiento; me puso las gafas, que impedían por completo el paso de la luz, y asiéndome de un brazo me hizo caminar en direcciones encontradas. Después me sentí solo; a poco me tornaron a coger, a soltar de nuevo, a asirme otra vez, y, por último, habiendo perdido la idea del lugar en que estaba, sentí que penetrábamos mi incógnito guiador y yo en una casa. Subí y baje escaleras atravesé patios, habitaciones, corredores, y al fin me dejaron sentado, avisándome que, cuando oyese golpear una puerta junto a mí, me quitase las gafas. Cuando sonaron los golpes me descubrí, y me encontré en una habitación que apenas tendría tres metros cuadrados de extensión, cubiertas sus paredes de paños negros, y sobre estos, escritos varios, emblemas masónicos, calaveras, un esqueleto, un ataúd sobre una mesa, y en otra pequeña de forma triangular, tintero, plumas, papel y un reloj de arena. Del techo colgaba una lámpara parecida a las que se colocan en las tumbas, y su luz apenas permitía descubrir los objetos.
        Me hallaba en la Cámara de reflexiones. Entonces no sabía su nombre, ni para qué servía; y considerando que el paso en que me hallaba era apurado, más que de reflexionar traté de reponerme del susto; encendí un cigarro y me senté; en último término hube de reflexionar, porque mi permanencia en aquella habitación se prolongó más de una hora, durante la cual fui molestado con ruidos extraños, voces lejanas, golpes, choque de espadas y otros. Repuesto del miedo, tomé los papeles que había sobre la mesa y los leí: eran la promesa análoga a la que algunos días antes me habían hecho conocer, y el testamento; en este se han de escribir algunos conceptos, por donde se viene en conocimiento del modo de pensar del candidato, y que forzosamente marcan, con las ampliaciones que más tarde se hacen, la línea de conducta que con él han de observar y la que le harán seguir.
        …El otro papel lo suscribí sin prevenciones, puesto que se reduce a prometer libre y espontáneamente, y sin coacción alguna, guardar los Estatutos, Constituciones y Reglamentos de la Orden, defender a los hermanos, aun con manifiesto peligro de la vida, siempre que nada padezca en ello la justicia y socorrerlos en cuanto se pueda si tienen necesidades materiales…. no obstante, la fórmula concluye de este modo: <<Y preferiré que se me corte el cuello antes que faltar a la promesa que acabo de hacer.>>
        Había transcurrido más de una hora desde que me dejaron solo; al cabo se presentó un hombre cubierto con una hopa negra y un capuchón que le cubría la cara; llevaba una enorme espada en la mano derecha, y en la izquierda un cajoncillo, donde me hizo depositar el dinero, armas y objetos metálicos que tenía sobre mí; con estos despojos y los papeles se marchó, para volver a los diez minutos. Me puso de nuevo las gafas, y por fin me invitó a seguirle. Caminé, guiado por el desconocido, atravesando nuevamente una porción de lugares diversos, hasta que al fin llegamos al salón de la logia, llamada Templo en el simbolismo masónico. Después de una larga serie de ceremonias que por entonces no veía, y de hacerme numerosas preguntas, todas conducentes a conocer el fondo del alma y de advertirme que la Asociación estaba excomulgada por los Sumos Pontífices, a lo que contesté tan sólo que <<nada me daba ni me quitaba en ello la Masonería, porque yo también estaba excomulgado>>; después de esto, digo, se me dio la luz: es decir, se me quitaron las gafas opacas y me vi rodeado de espadas, que tenían en la mano algunos miembros del Taller. Así que pasó la impresión primera que causan, ya la emoción, ya las luces que hay repartidas por la sala, me trasladaron al Oriente, presté la promesa y juramento de ritual, análogos a lo que había firmado antes, y concluí por sentarme al lado del Ven Maest, honor que se dispensa a todos los iniciados. El Orador de la logia hizo un discurso a propósito del acto; tomé el nombre de guerra o simbólico, y acabada la tenida <<con los signos y baterías de costumbre, nos retiramos los Obreros contentos y satisfechos>>… por fin Ya soy masón…
        Las logias que existían en Granada en el tiempo que yo me inicié eran: Lux in excelsis, nº 7; Alianza, nº 159; Hijos de la lugi, y Numancia, nº 202, del Oriente llamado de España; la Alianza de 1817, nº 112 y Beni-Gar-nata, nº 170 del Orden Nacional de España. Yo fui iniciado en la Alianza, número 159, y como decidido espiritista que era entonces, tomé por nombre simbólico Allan-Kardec…
        Todavía, cuando yo ingresé, se hacía sentir en mi logia el efecto de la travesura de los 14.000 reales de que ya hice mención, y sobre esto vino un nuevo incidente del mimo linaje a empeorar la situación. Recibíamos con mucha frecuencia grandes cantidades de dinero, que logias de otros puntos remitían con destino a socorrer los habitantes de los pueblos destruidos por los terremotos; la mayor parte de las sumas se invirtió justamente en este objeto; mas no se sabe por qué mágicas artes algunas de ellas desaparecieron, o mejor dicho, no llegaron a poder del encargado de administrarlas, se trataba de una cantidad crecida que las logias de Brasil enviaban, y causó honda impresión su extravío…. ésta es la fecha en que se ignora a punto fijo quién fue el autor… y cuál el paradero de las pesetas.
        …la logia Alianza realizó en aquellos mismos días un acto de importancia… en él se estableció la logia de adopción; logias de adopción se llaman las constituidas por mujeres, o en las que hay afiliados como hijos adoptivos de la logia, individuos menores de 18 años… En esta celebración entró en la logia el hermano de José Huertas, llamado Juan. …Se preparó la Unida para el Viernes Santo de aquel año, el 85, y se llevó a efecto con gran lujo y esplendor; invitándose a las demás logias; asistieron muchas señoras, bastantes sujetos que no eran masones, pues la sesión fue pública, y algunos extranjeros que, sabedores del caso, quisieron presenciarlo; eran masones todos ellos de nuestro rito.
Descripción de las logias granadinas:
        José Huertas, al tomar el grado 3, se cambió el nombre por Hermano Universo; en mayo de 1886 se machó a Madrid y, según narra, su logia fue disuelta tres meses más tarde.
        La Logia Lux excelsis, la más antigua que en Granada cuenta el Oriente de España, tuvo, siendo de ella Venerable el Sr. Vázquez Baños, su periodo de florecimiento, y llegó a contar entre sus miembros lo más alto de la sociedad granadina en Ciencias, Artes, Literatura, Foro, Comercio, etc; muerto el Sr. Vázquez, le sustituyó el Sr. García Álvarez, catedrático de Historia Natural del Instituto de la provincia, darwinista acérrimo; mas debido sin duda a su falta de salud, y sobre todo de la vista, y unido esto al desencanto de muchos, actualmente esta logia lleva una vida miserable.
        La de los llamados Hijos de la Luz, constituida en su mayor parte por el elemento militar, bajo la dirección de Fernando Manzano, nunca ha tenido, ni ahora tiene, importancia alguna.
        La Numantia estuvo formada casi en totalidad por artesanos y obreros, singularmente en sus primeros periodos. Tuvo en una de sus mejores épocas por Venerable al Magistrado don Marcelino Martino, y después a don José Rubio Linares, médico. Más adelante han formado parte de ella individuos de todas las clases sociales… a esta logia se afilió mi hermano, y yo también cuando volví de Madrid a Granada el año 88… De todas las del Oriente de España, es la única que trabaja realmente por los intereses de la Masonería; en el último periodo de mis trabajos en ella la dirigía el Sr. Gómez Cano, que tenía por primer Vigilante a D. Gonzalo Fernández de Córdoba, jefe del Cuerpo de Estado Mayor; yo era Orador del cuadro, y entre casi doscientos individuos que asistían a sus trabajos, había, como dije, algunos personajes de peso.
        En la Alianza, donde fui iniciado, he conocido por Venerables a D. Antonio Ocete, médico, hoy jefe del partido o fracción salmeroniana en Granada; a J.T. Barthroli, músico, y a M. Pareja, actual notario de Tahal, en la provincia de Almería. La disolución de la logia tuvo lugar cuando la dirigía D. Andrés Árroquia, subjefe de la estación telegráfica central de la provincia de Granada.
        Respecto a las logias del Oriente Nacional, la Alianza de 1811, número 112, merece especial mención, tanto por ser la más antigua, como por haber sido objeto de gran persecución en los primeros años de su establecimiento: fue sorprendida en la que hoy es casa número 9 de la calle de Aguado, por delación de la mujer de uno de los que la componían, y de resultas de esto, nueve individuos fueron ahorcados el año 1819, lo que supone que no les hallarían con las manos vacías. …esta logia la forman actualmente bastantes sujetos: de una parte, bajo la dirección de D. Jorge Lombarte, exjefe de la Administración General de Contribuciones y Rentas de la Provincia, está casi todo el personal de las oficinas de Hacienda Pública; de otra, hay gran número de obreros… La situación de este grupo, aunque valiosa, no alcanza ni con mucho a ser lo que fue en épocas anteriores.
        Por último, la Beni-Garnata pudiéramos decir que es una logia aristocrática; la dirige Manuel Lacasa, médico bastante reputado, y en su mayoría está formada por médicos, abogados, individuos del Cuerpo de Obras públicas, militares, y así los demás.
        D.M. Menéndez y Pelayo, en su obra Historia de los Heterodoxos, tomo III, pag. 526, nota 2., dice: <<En 1825 fue descubierta una logia en Granada que se reunía en un Carmen no lejano de la Alhambra. El jardinero los delató, y fueron sorprendidos por el juez Pedresa en ocasión en que recibían a un adepto. Sin darles tiempo ni para quitarse los mandiles, fueron conducidos a la cárcel en medio de la rechifla popular, y ahorcados a los pocos días>>.
        Yo calculo que en Granada, cuya población apenas llegará a 85.000 ó 90.000 habitantes, entre los masones que hay en trabajos activos y durmientes o retirados, su número ascenderá a unos 3.000 ó 4.000.
       
La masonería y el masón según José Huertas Lozano:
       
        Si alguien desea saber qué es la Masonería, busque en la política revoluciones, atentados; hombres notables hoy, que nada eran ayer; leyes absurdas; proyectos insensatos; tratados de comercio ruinosos…
        Busque en los negocios agentes sin fondos conocidos; bancarrotas como las de 1887 y 1888; Sociedades anónimas; traspasos incomprensibles; contratos absurdos…
        Busque en los tribunales sentencias inesperadas, condenas criminales, litigios donde se juega con las partes…
        Busque, finalmente, en todo lo injusto, lo irracional, lo que no se entiende…
        Y allí hallará la verdadera Masonería; allí encontrará siempre la fuerza oculta, el poder escondido, que sólo se revelan por sus funestos resultados…
        José Huertas Lozano explicará que, en muchas ocasiones, delincuentes, asesinos, etc… son acusados de masones, siendo esto falso; ni son masones ni lo han sido; sigue el relato:
        Ahora bien: ¿es la Masonería inocente? No. El espíritu del masonismo mueve todas las ruedas de la vida en muchas naciones europeas, de casi todas las de América. Desde el más humilde Ateneo que un grupo de jóvenes forma con objeto, a su entender, de distraer sus socios, hasta el cuerpo político, administrativo, militar o financiero de la nación, todo, todo va envenenado por el soplo de la Masonería. Veis aquí un comerciante que quiebra; allí un telegrama mal traducido, que ocasiona una perturbación… El comerciante, y el traductor del telegrama, y el incendiario, y el cochero… son instrumentos de la masonería las más de las veces, mas pueden no ser masones.
        El espíritu masónico, repito, vive hoy en todo…. porque la masonería se aprovecha de todo para conseguir sus dos fines: acabar con el Trono o con el Altar.
        …Mas sabe la masonería que sus esfuerzos serían inútiles si se diese a las violencias. Cauta y precavida, marcha con seguros pasos, sin que las contrariedades la amilanen.
        En una población es disuelta una logia, y sus miembros acusados y vituperados… ¿Qué importa eso a la masonería?
        Sale mal un proyecto o aquel individuo activo, trabajador y declara sus fines horribles y espantosos. ¿Qué importa cosa tan pequeña a la masonería?
        … ¡Cuántas logias disueltas, cuántos trabajos perdidos y cuántos masones arrepentidos desde que se trató de arrojar del trono a D. Pedro en el Brasil!... ¿Qué ha importado eso a la Masonería? Ella. Sobre escombros de logias, sobre restos de trabajos inutilizados, sobre la memoria de masones que fueron, ha caminado con paso firme hasta llegar junto al Emperador para decirle:
        -Señor: la opinión pública es hoy muy otra de la que era cuando V.M: subió al trono…
        Y no es que, en particular, tenga siempre sus órganos en todo lugar; no hace falta tanto. Pero hay, pongo por ejemplo, en tal población un sujeto que estorba para la realización de tal o cual proyecto…; se inutiliza ¿Cómo? Si es empleado se le traslada, y en este concepto caben los individuos de la magistratura y del orden jurídico en todas sus formas, de los cuerpos militares, o de los cuerpos facultativos, y otros. ¿Es comerciante? Pronto lo arruinará un agente de la Administración pública, que se encargue de ello. Y, por el contrario, allí donde haga falta un sujeto de determinadas condiciones se le envía….
        Por otra parte, la Masonería se ayuda extraordinariamente de un elemento que desde hace algún tiempo se desarrolla con inusitada fuerza: la enseñanza laica. Mirad que género de enseñanza existe hoy en España; el laicismo en el sillón de cuero del maestro de escuela; el laicismo bajo el birrete del doctor universitario; el laicismo debajo de la mantilla de la remilgada directora del colegio de señoritas…

Último periodo masónico de José Huertas Lozano.
        Mi último periodo de vida masónica activa terminó en Abril de 1889…
        A finales de diciembre de 1887, mi hermano Juan fue enviado a Madrid en representación del Comité Provincial Republicano Progresista de Granada, del cual era secretario… Para entonces ya me había hecho yo un lugar en el partido…
        Por este tiempo, Juan era Orador de la logia Numancia dentro de la Masonería; su ocupación en la sociedad civil, secretario particular del Excmo. Sr. D. Luis de Rute y Giner, diputado a Cortes por Vélez Málaga e ingeniero Jefe de Obras Públicas de la provincia de Granada.
Luis de Rute
        El 7 de mayo murió del mismo año 88 murió mi hermano.
        Al punto que llegué (a Granada) me afilié a la referida logia Numancia, tomando el cargo de Orador, que mi hermano dejó vacante; desde entonces me sentí dominado como nunca por las ideas liberales; era un torrente desbordado que todo lo arrolla; era el último grado de demencia.
        Se realizó el 30 de diciembre del indicado año 88 el banquete oficial que en esta época celebraba la masonería. Un número crecidísimo de individuos nos reunimos a comer en el hotel de los Siete Suelos, en la Alhambra, aquel día; las dos presidencias o cabeceras de la mesa principal, pues no fue posible colocarnos en una todos, las ocupaban D. Rafael García Álvarez, Venerable de la logia Luz in excelsis, y el secretario del Gobierno Civil de la provincia, Juan Flores; allí se habló en todos los tonos no obstante la presencia de esta autoridad, que en su discurso se manifestó más decidido que todos, y, por último, el bouquet que ocupaba el centro de la mesa fue llevado, por una Comisión nombrada al efecto, a la señora del Gobernador, D. Eugenio Sellés, que lo recibió en su palco del teatro aquella misma noche.
        Ninguna prueba más evidente puede darse de lo que el masonismo hace e influye en aquellas regiones; ningún orden de autoridad se halla fuera de su acción; la gubernativa; la municipal, puesto que, si no el alcalde, los concejales en buen número, forman en las logias; la judicial; la administrativa y la militar, todas, en suma, son miembros de la Masonería. Bastante digo con esto para que se entiendan hasta donde alcanza su poder.
La conversión de José Huertas Lozano
        Al caer la tarde del 6 de abril de 1889 moría el Excmo: Sr. D. Luis de Rute en Granada… En mayo torné a marchar a Madrid con el fin de hacer oposiciones que se abrieron para cubrir vacantes en el Cuerpo de Sanidad de la Armada; como era natural, acudí en demanda de auxilio a mis cohermanos de la Masonería, y de ellos recibí un cruel desengaño; se me dijo que, a pesar de todos mis esfuerzos, nunca obtendría una plaza a la que aspiraba; que eso sería arrancarme de donde estaba haciendo falta, y que debía sacrificar mi propio gusto a la conveniencia general… hube de bajar la cabeza y callar; la razón es obvia: callando y obedeciendo, viviría a mi antojo con medios sobrados y con esperanzas de conseguir un lugar en la política; de desobedecer, todo lo perdía. No dejé por eso de hacer las referidas oposiciones; pero estaba muy desanimado… se me aprueban los ejercicios ventajosamente, pero se me coloca en una sección que teniendo derecho a ocupar vacantes cuando las haya, está al arbitrio del Ministerio resolver si ha de ser así o no; por una parte, los jueces no pueden menos de reconocer la aptitud; por otra, la fuerza masónica obra sigilosa, como siempre… Renuncié a todo derecho y di un adiós a mi esperanza. La vida civil me absorbió ya, pero era muy otro mi estado: el derecho y el desengaño me afligían.
        Vivía yo en Madrid, entonces, en casa de la viuda del teniente Ventura, fusilado por revolucionario en Barcelona en el 66, poco antes de los sucesos políticos de julio, y esto agravaba mi tristeza… en aquella casa se conspiraba sin límites; de aquella casa, en fin, han salido muchos de los horrores que han asolado estos últimos tiempos a la nación.
        Tras entrar en diálogo con el jesuita Pedroso en Madrid, José Huertas se marchó a Talavera de la Reina para hacer los Ejercicios de San Ignacio; de ahí saldrá católico.

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